VALIÓ LA PENA
VALIÓ LA PENA Iluso uno, cuando cree marca, con acierto, el paso inexorable del tiempo a través de la obtención de innumerables baratijas que la sociedad de consumo impone. Somos esclavos de la moda tecnológica, cuando con el cuento para tontos de la “última generación”, sucumbimos ante el más reciente aparato que ofrece la avasalladora industria cibernética - electrónica. Mientras las todopoderosas multinacionales que usufructúan el negocio capitalista compiten, por imponer sus productos, nosotros, " idiotas útiles", rivalizamos individualmente por quien tenga el último insumo salido al mercado: llámese automóvil, televisor, equipo de sonido, computador, celular, etc.; interminable lista en que a falta de una genuina identidad personal pretendemos disfrazarla ostentando, además, la mejor vestimenta, de marca; o el novísimo perfume que las cortesanas del celuloide y la farándula han ideado ahora para la explotación de la mujer por la mujer y,