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REMINISCENCIA BEISBOLERA

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REMINISCENCIA BEISBOLERA MONUMENTO A TEDD WILLIAMS. FEN WAY PARK. BOSTON, USA Abrigaba la esperanza de celebrar este año, como en mi niñez lejana, el tradicional clásico entre Yankees de New York, liga americana, y Dodgers de los Ángeles, liga nacional. Rememorar los largos batazos de Mikey Mantle y Hank Aaron o los duelos serpentineros entre Whitey Ford (Yankees) y Sandy Koufax (Dodgers), por ejemplo.   La afición al béisbol me la inculcó mi padre a principios de la década de los 50. Lo acompañaba a los partidos que se celebraban en el Estadio Tomas Arrieta, correspondientes al campeonato profesional que, en aquellos tiempos, se celebraba con participación de peloteros provenientes de EE.UU. y países de la cuenca del caribe. Eran cuatro los equipos en competencia, por Barranquilla: Billard y Filta; en representación de Cartagena: Indios y Torices.  En 1.956 Filta paso a llamarse Vanytor y Torices tomó el nombre de Kola Román. Esta fue, época gloriosa, pionera, del béisb

DÍA DEL ANESTESIÓLOGO

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"ALGO QUE DARÁ LA VUELTA AL MUNDO En el día mundial de la anestesia Aspiración mía, una vez, concluido el año rural era especializarme en pediatría. La oportunidad que se me dio fue en anestesiología y reanimación, en donde no había aspirantes, por la poca atracción que producía en los jóvenes facultativos de la época.  Un colega me advirtió de la escasez de anestesiólogos, en las instituciones hospitalarias de la ciudad y del país, que hizo cambiar mis planes y embarcarme en una maravillosa aventura que, en este 2017, completa 46 años de gozosa y gratificante travesía. A comienzos de la década de los 70, del siglo pasado, el anestesiólogo no tenía la posición destacada que, hoy en día, ostenta en el ranking médico.  Era calificado un profesional de tercera categoría. Incluso, entre la gente del común, se llegaba a pensar que el “anestesista”, así nos trataban, no poseía título de médico. Algún compañero de trabajo de mi padre, llegó a increparle: “