TE QUIERO
Mujer soñada. Pintura al oleo de la arquitecta Mónica Coronado Arana TE QUIERO Todos somos miembros de un gran cuerpo, la naturaleza nos hizo parientes, nos infundió el amor mutuo y nos hizo sociables. Séneca. El amor y la amistad decidieron, en un día lluvioso de septiembre, firmar un cordial acuerdo de simpatía. Dirimir, cuál de los dos sentimientos primaba entre la gente, en la necesaria sensibilidad individual y colectiva, en la simpatía que procura el cuidado y preocupación por el otro, por nuestros congéneres. Tiempo ha, venían inquietos por saber quién tenía supremacía ante la cada vez menos presencia de ellos en la dinámica comunitaria. Apesadumbrados estaban porque el amor parecía cosa obsoleta y la amistad se hubiera transmutado en rabieta. En lenguaje aristotélico en una lamentable decadencia “de la vida del alma”. Intentos de reuniones, varias, con “incondicionales componedores” naufragaron, en Isla Afrodisiaca, La Arcadia, Ciudad Romántica y