TE QUIERO
Mujer soñada. Pintura al oleo de la arquitecta Mónica Coronado Arana |
TE QUIERO
Todos
somos miembros de un gran
cuerpo,
la
naturaleza nos hizo parientes,
nos
infundió el amor mutuo y nos hizo sociables. Séneca.
El amor y la amistad decidieron,
en un día lluvioso de septiembre, firmar un cordial acuerdo de simpatía. Dirimir,
cuál de los dos sentimientos primaba entre la gente, en la necesaria
sensibilidad individual y colectiva, en la simpatía que procura el cuidado y preocupación por el otro, por nuestros
congéneres.
Tiempo ha, venían inquietos por
saber quién tenía supremacía ante la cada vez menos presencia de ellos en la dinámica
comunitaria. Apesadumbrados estaban porque el amor parecía cosa obsoleta y la
amistad se hubiera transmutado en rabieta. En lenguaje aristotélico en una lamentable
decadencia “de la vida del alma”.
Intentos de reuniones, varias, con “incondicionales
componedores” naufragaron, en Isla Afrodisiaca, La Arcadia, Ciudad Romántica y
hasta en Tierra Prometida.
Centraban su apuro en que el
amor consideraba ser primero que la amistad en la motivación existencial del
humano proceder; en cuanto “el amor todo lo puede y todo lo alcanza” según el
pensamiento de Pablo de Tarso. En que la
amistad puede llegar a tener fin, en cambio el amor sabe perseverar.
De otra parte, la amistad
estimaba que estaba un escalafón encima del amor de acuerdo con Séneca el
filósofo ibérico. Pensaba que sin ella el amor vigencia perdía, quedaba sin
oficio. Que es a través del ágape solidario que el amor tiene cabida, subsidiario
que es de la amistad. "No es la ausencia del amor, sino la ausencia de la amistad lo que
hace infeliz a los matrimonios", advierte en la “Gaya Ciencia” Friedrich Nietzsche
Para este decisivo encuentro
acordaron nombrar cinco negociadores, por cada bando, de las más altas
cualidades conciliadoras.
A la mesa de negociación
instalada, para esta ocasión, en la Isla de las Flores, en representación del
amor, llegaron los doctores: cariño, entrega, desapego, intimidad y fidelidad.
Jefe de la delegación lo fue el
Doctor Te quiero.
Del lado de la amistad
concurrieron los doctores: fraternidad, solidaridad, servicio, lealtad y
sinceridad.
Jefe de la delegación el Doctor
Estimación.
Deliberaciones transcurrieron
sin muchos inconvenientes en cuanto no existían leyes, ni sentencias de ninguna
Corte que sancionaran por las conquistas maravillosas del amor o por las justas
pretensiones sociales de la amistad. Ser libres y autónomos es natural condición
a los dos.
Amor y amistad no están sujetos
a lo dispuesto en ninguna constitución, cumplen sus funciones sin acatamiento a
normas preconcebidas; obedecen, solo, los mandatos naturales del soberano
corazón, que de razones nada entiende.
Después de largas y armoniosas jornadas
en días de sol y lluvia con noches de luna llena, al murmullo de las olas del mar
y del alegre canto de los pájaros; embriagados por el dulce sabor de un coctel
de ternura y comprensión, con el aroma nato de su libre albedrio, los dos
bandos expidieron declaración final por medio de la cual firman un definitivo
acuerdo de amor y amistad, sin preámbulo alguno.
DECLARACIÓN FINAL
En vista de que son infinitas
las circunstancias que nos unen a las que nos separan, el amor y la amistad hemos
llegado a la siguiente declaración final:
1. El amor y la amistad se
complementan, mutuamente, en la solidaridad y el servicio. En la alegría de
darse y en el gozo de ser útil.
2. El cariño es afecto común a los
dos para fomentar una autentica hermandad. Mayor expresión de la estima que se
siente por personas con las que tenemos algún parecido y de tantas que esperan
nuestro favor y compañía.
“Ni se compra ni se vende
el cariño verdadero
ni se compra ni se vende
no hay en el mundo dinero
para comprar los quereres
que el cariño verdadero
que el cariño verdadero
ni se compra ni se vende”
Dice la conocida canción del español
Manolo Escobar y que popularizara la orquesta Churumbeles de España en la voz
de Juan Legido.
3. La amistad consiste más en amar
que en ser amado. El amor es elemento indispensable a una efectiva amistad.
Ambos deben ir de la mano para que las relaciones interpersonales sean sinceras
y profundas, de mutua confianza. Y los que se aman, ya sean amantes o amigos, sean
ardorosos socios en la lucha por la vida. En las buenas y en las malas.
4. El desapego es arma poderosa
contra todo lo que atente a la plenitud del amor y afianzamiento de la amistad,
entre iguales. La philia, entendida
como amor y amistad en la antigua Grecia, no puede depender de apegos
personales, a lo material, a comportamientos egoístas que inducen, sin duda, al
desamor y la enemistad.
5. La intimidad en su significado
más humano, de lo mío propio, en lo personal y en lo corporal, manifiesta la
entrega generosa a que están dispuestos los que se deben al amor, por un lado,
como los que tienen un pacto de amistad como amor extendido, como alteridad por
el otro. No existe intimidad cierta sin
fidelidad en el amor y lealtad en la amistad, virtuosas expresiones de una
relación honesta, de gente buena.
6. La sociedad tiene garantizada
una paz real y verdadera cuando cada ser humano se apropia de un nosotros. Si, por
el amor, logran ponerse en los zapatos del otro, en la aceptación de un tú. Y,
por la amistad, deciden admitir la diferencia, de los unos y los otros, en la tolerancia
por una diversidad biológica y cultural que conduzca a una sana convivencia.
7. Las partes acordaron decir “Te
quiero”, acompañado de caluroso abrazo, cada vez sea necesario, como sentida
manifestación de que el amor y la amistad siempre deben marchar unidos, en
tanto son virtudes que dignifican a las personas.
En vida hermano, en vida, un “Te
quiero” será siempre oportuno y gratificante. Son dos palabras que en su
sublime significado resumen el poema más lindo que pueden oír nuestros oídos.
Es el mejor de los reconocimientos que podemos recibir de las personas que nos
aman y que nosotros, recíprocos, también, amamos.
Feliz día del amor y la amistad.
Barranquilla septiembre 4 de 2021
Teobaldo Coronado Hurtado
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