19. CUANDO NIÑO FUI, ANESTESIA, MILAGRO
nostalgia".
CUANDO NIÑO FUI
Cuando los
ojos al mundo abrí
Rosas, capachos y cayenas
En el jardín
y el patio descubrí
De la casona
azul y blanco donde nací
Cuando los
primeros pasos pude dar
Sobre
arenosas calles me toco corretear
Una bola de
trapo, color carmesí
Un trompo
zarandete al paseo jugar
Multicolores
canicas a la sombre chocar
juguetes que infantil solía compartir
Canto de
chicharras escuché
Antes de la lluvia,
en mayo o en abril
Del alar de
los techos agua vi caer
A torrentes
sobre mi cuerpo juvenil
Cuando niño fui,
soné con ser un doctor
De los que
sirven sin mirar a quien
A los que sufren penurias y mucho dolor
Y al estudio
con mucha fe me consagré
Para llegar
a ser lo que hoy, Gracias a Dios, soy
Barranquilla
noviembre 30 de 2014.
ANESTESIA
A riesgosa expedición
etérea
Transportas
tu adolorido pasajero
De ida para
remediar su enfermedad
De vuelta
para celebrar placentero
El sueño
profundo de la travesía
Transcurre
por el camino de la nada
tan cerca
rondas la temida muerte
la enfrentas
inconsciente y ganas
Soberana
eres del arte de los dioses
y Sedarem dolorem est, tu consigna
para
aniquilar la ponzoñosa inquina
Que al alma
azota y el cuerpo arruina
Orgulloso,
súbdito soy, de tu reino
Complacido
cumplo tu saludable misión
Salvar a
todos los que en ti se fían
con
paciencia, ciencia y gran devoción.
Barranquilla enero 17 de 2009
MILAGRO
Era el mismo
rostro tierno y sonreído
Que a mi
madre su humanidad adornaba
Sobre la
viejecita a mis manos confiada
En súbita tormenta de estertores y latidos.
El agónico
corazón de la débil ancianita
Sobre
turbulentas aguas navegaba
Tan
abundantes que un naufragio presentía
Mi
pensamiento y mi acción su labor cumplían
Contra su
sufrimiento y agonía, dedicados
Tal su
sangre fuera la misma sangre mía.
Maravillado,
observé, que algo extraño sucedía
¡Era como un
milagro ¡
del aura
santa que protectora me envolvía
a socorrer
el cuerpo exhausto, ensombrecido
de la abuela
que la vida en mis manos acababa.
A mi mente,
hipocrática, inspiración llegó
Y mis ojos a
sus ojos enlazados
Y mis ánimos
a su recuerdo apegados
Contemplaron
gozosos, luces de esperanza
Ante el prodigio que mi madre buena realizaba.
Su
protección con celo amoroso volcaba
Sobre el
hijo y el médico de su entraña
Que tanta
abnegación a su deber imponía
Entre gases,
electrocardiogramas y lámparas.
Barranquilla Enero 18 de 1982
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