UNILIBRISTA “HASTA LA CACHA”


            UNILIBRISTA “HASTA LA CACHA”
                                   Coronado Hurtado T. La Hora del Sosiego. Digresiones de un médico jubilado, 2011, Uniediciones Bogotá, p. 25 -27



¡Qué vaina bacana! cuando uno tiene la bendita coyuntura de experimentar una segunda niñez. Totalmente distraído, ni siquiera, me había percatado que este año completo 30 temporadas jugando con la camiseta del honroso equipo de la Universidad Libre. Me entero por una tarjeta que recibo el martes 23 de mayo, a las 11 de la mañana.


Por la forma sorpresiva como llega la noticia me causó inusitada alegría. Algo emocionado se me antojó comunicarla a los estudiantes de anestesiología que en ese momento compartían conmigo en el Laboratorio de Simulación. “Dr. Teobaldo Coronado Hurtado. La Universidad Libre se complace en invitarlo al homenaje de reconocimiento y gratitud, por su labor y compromiso durante 30 años formando a la juventud unilibrista, en la Facultad de Ciencias de la Salud.” Dice la tarjeta.


En verdad son 34 años de trabajo continuo en este ilustre claustro; desde 1977 cuando al lado de los doctores Francisco Pérez Sánchez y José León Esmeral dimos inicio a la cátedra de Anestesiología y Reanimación en la Facultad de Medicina.


Con fecha junio 27 de 1978 el Dr. Luis Padilla Drago, coordinador de Ciencias clínicas,  contesta una solicitud que le había enviado el Dr. Pérez Sánchez, Coordinador de Anestesia, en los siguientes términos: “En relación a su comunicación de junio 12 del presente año donde solicita el nombramiento del Dr. Teobaldo Coronado Hurtado como Instructor de anestesiología, con carácter remunerativo a partir del 1º de mayo de 1978, el Consejo Directivo académico en su última sesión acordó que por efecto presupuestal dicha remuneración se hará a partir del próximo semestre académico.
El Dr. Coronado continuará como Instructor ad-honorem, cargo que tiene valor académico para su curriculum vitae.”


Sacando cuentas es fácil observar que trascurrieron 4 años de labor docente ad honorem en los quirófanos del Hospital General de Barranquilla para que se produjera finalmente mi nombramiento como Profesor de tiempo parcial el 11 de marzo de 1981; con un sueldo de $5.400.


En 1981 con el decidido apoyo del Dr. Fermín Zurbarán, Rector de la época, ante las exigencias del ICFES y ASCOFAME para graduar la primera promoción, soy fundador de la cátedra de Ética médica. “Desesperados los alumnos comenzaron a buscar un profesor de ética médica entre los mismos docentes de la Universidad Libre y de otras universidades. En sus idas y venidas se tropezaron con el Dr. Julio Mario Llinás a quien le hicieron la propuesta y no la acepto, insinuándoles al mismo tiempo mi nombre. El Dr. Llinás, creo yo, les recomendó mi designación porque juntos habíamos participado en las mesas de discusión y estudio organizadas por la Federación Médica Colombiana que dieron origen a la ley 23 de 1981 de ética médica, que todavía sigue vigente en el país”[1]. Mantenida esta cátedra en el tiempo con una dedicación y formalidad como ninguna otra institución de educación superior en la ciudad puede darse el lujo de mostrar.


En 1986, teniendo en cuenta la carga académica debida por las cátedras de Anestesiología, Ética Médica y Bioética fui promovido a Profesor de tiempo completo.


El 13 de septiembre de 1995 por resolución 001 de la Honorable Conciliatura y en atención a lo dispuesto en el artículo 71 del acuerdo 011 de noviembre 11 de 1994 que establece el escalafón docente de los profesores de la Universidad Libre fui asimilado a la condición de Profesor Titular de Carrera del programa de medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud.


 “Parece que fue ayer, cuando te vi aquella tarde en primavera” dice la romántica canción de Armando Manzanero. Parece que fue ayer cuando hicimos realidad el ambicioso y embarazoso proyecto de tener una Escuela de Medicina en la ciudad.


Gracias, al apoyo recibido por los directivos de la Universidad Libre la anhelada quimera de los médicos del viejo Hospital de Barranquilla que veníamos colaborando con la Universidad de Cartagena se hizo realidad el 10 de septiembre de 1974 capitaneada por Arturo Álvarez como Decano, Luis Padilla Drago ejerce de secretario y José Rago Rodríguez es el jefe de educación médica.

Fueron sus fundadores:

Arturo Álvarez Hernández, Luís Padilla Drago, Hernando Álvarez Bolaño, Calixto Manotas Pertuz, Lorenzo Solano Peláez, Darío Samper, Julio Mario Llinás Ardila, José Insignares Canedo, José Antonio Aldana, Manuel Urina Daza, Issa Abuchaibe Abuchaibe, Antonio Lozada Aduen, Fermín Zulbarán Barraza, Francisco Sales Sales, Luís Abuchaibe Abuchaibe, Arístides Charris Gallardo, Camilo Monroy Romero, Marcos Mendoza Romero, Alberto Jamis Muvdi, Remberto Racedo García, Carlos Hernández Sáenz, Alejandro Ariza Román, Moisés Levy, Francisco Bernal Consuegra, Antonio Beltrán Galindo.


Merecidos tributos merecen también quienes han tenido las riendas de nuestra benemérita Facultad de Medicina como decanos durante los 38 años de su fructífera existencia:

Arturo Álvarez Hernández, Fermín Zurbarán Barraza, Francisco Sales Sales, Remberto Racedo García, Odilio Méndez, Marcos Mendoza Romero, Arístides García Torres, Mariano Roca Rivas, Orlando Retamozo Rodríguez, Antonio Beltrán Galindo, Ana María Segura Rosero, Henry Trillos Nauza, José Luis Accini Mendoza, Betty de Blanco, Elsy Thomas, Álvaro Villanueva, Carlos Tache Zambrano, Gustavo de la Hoz Herrera, Diana Daza de Ramos y Romualdo Fonseca Arrieta.


 Hoy me siento orgullosamente unilibrista; “hasta la cacha” como solían expresar los barranquilleros de antaño.

Mi vinculación a la causa unilibrista rompe el record de participación en la dura y ardua competencia médica, si consideramos otros escenarios en los que me ha tocado actuar:

Hospital General de Barranquilla: 23 años

Hospital Central de los Andes del ISS: 22 años

Universidad del Norte: 16 años

Universidad Simón Bolívar: 11 años

Universidad San Martin: 5 años


En el espíritu del homenaje que me hace la Universidad Libre, de acuerdo al texto de la placa que me fue entregada el pasado 28 de mayo, en la tradicional celebración del día del maestro que brinda la universidad en asocio de ASPROUL, hay un sentimiento de “reconocimiento y gratitud” a mí “labor y compromiso” a lo largo de 6 lustros ininterrumpidos de servicio a su misión académica. “La universidad Libre Seccional Barranquilla rinde homenaje de reconocimiento y gratitud a Teobaldo Coronado Hurtado quien durante treinta (30) años con espíritu humanista, sentido de pertenencia, sensibilidad y compromiso social, identificado con nuestra misión viene formando una juventud responsable para el desarrollo de la patria, razón por la cual, se exalta y pone como ejemplo de las presentes y futuras generaciones unilibristas”.


Por entrañable gesto de reciprocidad, surge en mí el sentimiento profundamente agradecido hacia el alma mater que me ha dado la posibilidad de realizar junto a la intensa actividad medico asistencial como anestesiólogo mi innata, gratísima vocación docente.


La Universidad Libre me abrió sin límites sus puertas a la insigne tarea de la enseñanza médica para pasearme a mis anchas en varias de sus facultades del área de la salud tanto en pregrado como en postgrado así:

Pregrado:

Medicina. Cátedras de Farmacología, Historia de la Medicina, Ética médica, Bioética, Anestesiología y Reanimación

Instrumentación Quirúrgica. Cátedras de Ética profesional, Farmacología, Anestesiología y Reanimación.

Microbiología. Ética Profesional.

En Posgrado como profesor de Ética Profesional en las especializaciones de: Medicina Ocupacional, Gerencia de Salud,  Auditoria de Servicios de Salud y especialidades clínicas.


Entre 2005 y 2008 tuve ocasión de alinear en el Comité de Ética de la Investigación por designación que me hiciera la Academia Nacional de Medicina, de la cual soy miembro correspondiente, para representarla en dicho comité en cumplimiento de lo dispuesto por la ley. Siendo distinguido por los integrantes del Comité, durante casi todo el tiempo de mi permanencia, como Presidente Ad Hoc. Fue muy gratificante y enriquecedor el ejercicio de supervisión de los trabajos presentados por los grupos de investigación de la universidad. Compartido con los profesores Jorge Sénior, Daniel Villanueva, Gilberto Ramírez. Arturo Barros, Elvira Crespo y Orlando Herrera.


El compromiso por mi asumido durante tantos años con la honorable Institución fundada en 1923 por el general Benjamín Herrera traspasa los linderos convencionales de un simple contrato laboral para trascender a una dimensión definitivamente intelectual, espiritual y moral. Estos, más que cualquier otro incentivo, me comunican un sentido de pertenencia tal a la Universidad Libre que en lo íntimo de mi alma he padecido con inmenso dolor sus períodos de incertidumbre y desazón como también sentir enorme regocijo cuando su nombre glorioso es exaltado por la hazaña magnifica de los hombre y mujeres que hacen posible su vigencia como establecimiento insignia del pensamiento libre en Colombia. “Los principios filosóficos, educativos, pedagógicos, políticos y éticos que orientan su misión se inspiran en los preceptos de democracia, justicia social, libertad de enseñanza, libertad de pensamiento, libertad de culto, autonomía universitaria, descentralización, pulcritud en el manejo de la cosa pública, tolerancia, convivencia civil, soberanía, proyección social, equidad, libertad, respeto al otro, civilidad y el rechazo a toda forma de monopolio”.[2]


A estas alturas de mi vida el refugio profesional que me queda, cumplidas las metas que la voluntad divina tenia deparada para mi existencia, lo encuentro en el calor, el cariño, la aceptación generosa que la Universidad Libre me ofrece. Permite con su cordial acogida que yo siga curioseando, filosofando como un niño, soñar por un futuro promisorio a semejanza de cualquier joven, a no perder las ganas de seguir aprendiendo más y más como el perenne e inquieto estudiante que siempre he sido; con la firme expectativa de que todavía me quedan muchos universos por descubrir. Razones suficientes para considerarme dichoso, muy afortunado de formar parte de esta augusta casa de estudios, que, con la mía, la de mi familia constituyen el entorno de mis mayores afectos.


Me valgo, de nuevo, de las emotivas palabras de Manzanero para manifestarle a la gente querida de la Universidad Libre que:

Soy tan feliz de haber vivido junto a Uds. por tantos años…Que Dios los guarde por hacerme tan feliz”.  Barranquilla mayo 28 de 2011.





[1] Coronado Hurtado T, Crónicas Ético Médicas, Autobiografía del aprendizaje, Antillas, Barranquilla p. 161-162, 2003
[2] Los orígenes históricos de la Universidad Libre están estrechamente ligados a las ideas liberales en Colombia. Dicho ideario se ha venido construyendo y cimentando desde el mismo inicio de la consolidación Republicana y a lo largo de 78 años de existencia; construyendo su Proyecto Educativo Institucional, guardando celosa y creativamente el ideario y los principios fundacionales que le han permitido forjar una identidad y una cultura institucional que ha evolucionado de acuerdo con las condiciones del contexto nacional e internacional.

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