CIUDAD SOÑADA. VISALIA, USA. Edición No 74
CIUDAD SOÑADA
Imaginemos, en ejercicio de un delirio
paranoico, a Barranquilla una metrópolis modelo, lugar ideal para vivir.
Una ciudad soñada.
Imaginemos que en sus calles no
circulan buses - solo de Transmetro y escolares buses amarillos – taxis, los de
Uber y los azules del aeropuerto; ni motos, bicicletas de tiendas, carro mulas,
y carretilleros. Tampoco camiones recogedores de basuras, repartidores de
gaseosas y cervezas, de ninguna índole, obstruyendo la circulación a un lado de
la vía.
Imaginemos que son innecesarios reguladores
de tránsito y retenes platilleros, al igual que controles electrónicos de foto
multas
Imaginemos automotores circulando con
total respeto a señalizaciones. En intersecciones y cuatro esquinas, en
donde no hay semáforos, los conductores respetan el orden de llegada
para dar paso sin interrupciones. Semáforos funcionan, apenas, en grandes
avenidas.
Imaginemos calles y carreras amplias, bordeadas por gran arborización de matarratones, mangos, robles y almendros. Ni
asomo de: huecos, escombro de construcciones, basuras amontonadas, bordillos
destruidos, gamines, indigentes, vendedores ambulantes, limpiadores ni
cuidadores de carros.
En barrios y parques usted puede
salir a caminar, trotar y manejar bicicleta, por sus trayectos peatonales, sin
temor a excretas de mascotas o a caerse por un tropezón.
Imaginemos zonas habitacionales que en
vez de enormes edificaciones de apartamentos se enriquecen, dada la seguridad existente,
con la construcción de hermosos conjuntos residenciales, cómodas y lindas
casas, sin necesidad de enrejado, que conservan la tradición barranquillera de
floridos jardines y frescos patios por la sombre generosa de tupidos árboles
frutales.
Imaginemos a Barranquilla como la ciudad
tranquila y apacible en donde usted deambula por cualquier sector o rincón sin recelos.
La posibilidad de que le roben o atraquen es nula.
En terrazas y jardines, al aire libre
permanecen intocables muebles, adornos, lámparas y juguetes de los niños. El
automóvil puede permanecer en la entrada del garaje, día y noche, fuera de
la acción de vándalos.
Imaginemos que la amabilidad y buenas
costumbres del currambero brota a flor de piel. Respetuoso de la autoridad y
del orden vive feliz y alegre. Gusta, solidario, compartir con el vecindario.
Imaginémonos a las 8 de la mañana el
pito del tren, el Transcribe, que arranca de Riohacha y pasando por Valledupar,
Santa Marta, Barranquilla, Cartagena y Sincelejo termina en Montería.
Mas que un delirio, tal vez,
experimento un romántico sueño. Ver convertida
la tierra en que nací en algo parecido a la Ciudad de Visalia, en el centro de
California. Increíble pero cierto.
Después de todo: soñar no cuesta
nada.
Teobaldo Coronado Hurtado
Visalia CA, USA. Noviembre 19 de 2018
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