POR EL SENDERO DE LA ÉTICA CUARENTA AÑOS
POR EL SENDERO DE LA ÉTICA
CUARENTA AÑOS
Teobaldo Coronado. Expresidente, Julio Mario LLinás. Expresidente, Rodolfo Cano. Actual Presidente COLEGIO MÉDICO DEL ATLÁNTICO |
Hace cuarenta años, marzo de 1979, fui elegido presidente del Colegio Médico del Atlántico. Desde entonces he trasegado el camino luminoso de la ética en forma paralela a mi cincuentenaria actividad médico asistencial y docente. Fue así, cómo en razón de este cargo, formé parte de las mesas de trabajo y estudio, organizadas y dirigidas por la Federación Médica Colombiana, que dieron origen en 1981 a la ley 23 de Ética Médica aún vigente en el país. En 1982 fui reelegido y por razones personales y familiares no pude terminar este periodo.
En 1981, a solicitud de los estudiantes, primera promoción de médicos de
la Universidad Libre, seccional Barranquilla, se dio la coyuntura de iniciarme
en la cátedra de ética médica y más adelante Bioética hasta el año pasado, 2018.
37 años continuos en esta asignatura. Ejercicio
docente que tuve oportunidad, además, de proyectarlo a las Universidades Norte,
San Martín y Simón Bolívar.
Uno de los objetivos de la cátedra de ética médica propugna por la
“Humanización” de la profesión y de la institución (Hospital). Digamos que el
empeño por la humanización de la profesión comienza desde los bancos de la
Universidad, por no decir que, desde la misma casa, por el conjunto de virtudes
irradiado por los padres.
Un modelo de médico, la imagen de un médico paradigmático, dechado de
valores y principios, es objetivo también, que busca sembrar esta asignatura en
el estudiante de medicina. Los egresados de una escuela médica deben ser o son
reflejo de los profesores que les enseñaron el arte hipocrático; verdaderos
maestros, que por sus calidades humanas y excelencia profesional, son dignos de
imitar, imagen fiel del profesional médico con el que sueñan ser sus alumnos.
Desde la perspectiva de la praxis médico asistencial un modelo de padres
complementado con un prototipo de médico, acordes con un indispensable comportamiento
moral, se hacen necesarios para el logro de un médico en verdad humanizado,
promotor activo de una iniciativa de humanización que repercuta en los
diferentes estamentos de la comunidad hospitalaria. En realidad, los
profesionales de la medicina hemos sido apáticos a este compromiso de
humanización y asumido que es papel, competencia exclusiva, de enfermeras y
monjas.
A través de la Pastoral de Salud de la Arquidiócesis de Barranquilla me involucré,
décadas de los 70, 80, y 90, en los Comités de Humanización de diferentes
instituciones de la ciudad. En compañía de las Hermanas Carmenza Tobón (Clínica
La Asunción) y Miriam Arenas (Directora Escuela Auxiliar de Enfermería, Secretaria
de Salud del Atlántico), del médico Rubén Darío Camargo y bajo la coordinación
a nivel local del Padre Atilio González y a nivel nacional por el sacerdote
Adriano Tarrarán (Centro Camiliano, Bogotá). No hubo Hospital ni clínica de
Barranquilla y de los municipios del Departamento del Atlántico a donde no
hubiéramos llegado con nuestro entusiasta proselitismo, con nuestro mensaje
humanizador de la atención de salud. En pro de la defensa de la dignidad del paciente,
de su consideración como persona.
En la actualidad los Comités de Humanización tienen carácter laico en
cuanto están reglamentados por la Resolución 13437 de 1991, Ministerio de Salud,
que establece el “Decálogo de los
derechos del paciente”, en procura de la humanización en la prestación del
servicio de salud tanto en instituciones públicas como privadas.
Gran satisfacción debo expreser por el interés puesto en lo relacionado con
la Ética profesional y humanización en la prestación del servicio de salud, en
reciente evento organizado por la Sociedad de Anestesiología y Reanimación del Atlántico;
6º Congreso Regional Caribe, realizado durante los días 8, 9 y 10 de febrero en
curso sobre “Ecografía Perioperatoria:
Presente y Futuro”.
La iniciativa del Dr. Carlos León, presidente y demás miembros de la junta
directiva, de incluir esta temática en la programación, toda una tarde, es
muestra fehaciente de su preocupación porque no solo los aspectos científicos sean
motivo de inquietud gremial, sino también el conocimiento de las implicaciones jurídicas
y éticas del ejercicio profesional.
No es de común ocurrencia, por lo menos en nuestro medio, que se dé trato
igual, en congresos y simposios de otras especialidades, al discurso ético, a
la humanización de la profesión.
La insatisfacción de mayor parte de la gente que acude a los centros de salud no es tanto por la incompetencia profesional, sino por la incompetencia ética, a la falta de humanidad de los agentes sanitarios.
Barranquilla febrero 11 de 2019
Teobaldo Coronado Hurtado
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