NORMALIDAD ANORMAL


NORMALIDAD ANORMAL
 Cada individuo debe llevar su vida de tal forma que los demás puedan respetarla y admirarla.
M. Foucault

Delfines vistos en el mar de Dibulla, Guajira, durante la cuarentena

Introducción
 Existe viva inquietud en diferentes ámbitos de la actividad humana sobre lo que sigue después que salgamos de la coyuntura histórica provocada por el COVID 19. Hay un interrogante general con relación a si vamos a continuar la misma “normalidad” en que estábamos antes de la pandemia o si cambiamos, una vez salgamos de esta encrucijada, a una “nueva normalidad”.  Pienso que, en su mayoría, la gente considera, con bastante optimismo, que caminamos hacia un mundo distinto en donde seremos mejores personas y con mayor conciencia social de nuestros dirigentes y clase gobernante. A lo mejor, un grupo minoritario es pesimista al respecto, entre los cuales me incluyo por mi franco desanimo ante la situación actual del país.

Según el diccionario de la Real Academia de la lengua “Normalidad” es la cualidad o condición de normal (que se ajusta a las normas o que se halla en su estado natural). En sentido general, la normalidad hace referencia a aquel o aquello que se ajusta a valores medios. De una cosa se dice que es normal cuando por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano”. En oposición, lo anormal es aquello “que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherentes”. [i]

“Nueva normalidad es expresión en boga actualmente. Google tiene 128 millones de resultados. Inaugurada por los periodistas estadounidenses Rich Miller y Matthew Benjamín, para designar el rumbo distinto, a seguir, en lo económico y en el comportamiento social después de la crisis financiera y consiguiente recesión económica del año 2008. [ii]

Campaña de la UNESCO.


La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha invitado, desde junio pasado, a medios de comunicación y líderes de opinión a compartir la campaña "La nueva normalidad de la UNESCO”[iii] Esta iniciativa cuestiona la percepción que podríamos tener sobre lo que significa volver a la normalidad en la era post-COVID-19.

Normalidad
Arroyo en una calle de Barranquilla

Mediante
 video, arriba adjunto, señala, la UNESCO, ciertos hechos que estima “normales” dentro de la grave anormalidad a la que estamos, ya, acostumbrados, como que:

 - La contaminación del aire causa casi nueve millones de muertes cada año. 

- Cada treinta segundos muere un niño de neumonía; no obstante existir vacuna para esta enfermedad desde hace 43 años. 

- Uno de cada cinco niños no va a la escuela.

 - En los últimos veinte años la guerra ha destruido treinta sitios del patrimonio mundial.

 - Doscientas especies de animales y plantas se extinguen cada día. -

Un influencer importante gana más de un millón de dólares por una publicación en redes sociales.

Anormalidad
Gorriones, Visalia, CA, USA
El video, documento, de la UNESCO, recoge, además, algunos eventos que acuña como “anormales” en cuanto no corresponden al patrón de normalidad que hemos aceptado o coexistido hasta ahora. Signos positivos que la pandemia ha dejado captar, en verdad esperanzadores para la supervivencia humana y conservación del planeta tierra así:

-     - Durante la pandemia los picos del Himalaya fueron visibles por primera vez en treinta años.

  - El pasado mes de marzo, Mónica Falocchi, enfermera jefa de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Civil de Brescia, Italia, fue portada de la Revista del New York Time.

 -      Durante el mes de marzo pasado, por primera vez en 18 años, no hubo tiroteos en las escuelas de los EE. UU.

 -      Dos ballenas de unos veinte metros de largo fueron vistas en el Parque Nacional de Calanques, cerca de Marsella, Francia.

  -      Por colaboración científica entre países se logró la secuenciación del genoma del coronavirus en tres días.

 -      Cese al fuego han decretado once países con conflictos de larga duración.


En general la propuesta del organismo multinacional invita a recapacitar sobre:
Medio ambiente, economía, salud pública y sociedad, contaminación del aire, emisiones, cambio climático, pobreza y falta de educación básica en países subdesarrollados, desgaste de los océanos, extinción de múltiples especies, crisis social, solidaridad y cooperación durante la emergencia sanitaria del #COVID19, conflictos bélicos y alto al fuego en zonas de guerra.

La anormalidad, un mal común

Árbol caído. Parque Eugenio Macías, Barranquilla

La «nueva normalidad» que propone la Unesco nos recuerda que lo que antes parecía normal ya no debería serlo en el futuro.

Según indicadores que muestra la propuesta el mundo presenta una situación anormal que justifican su campaña por una “Nueva normalidad”.

La preocupación de la UNESCO refiere a la percepción equivocada de la idea de normalidad prepandemia del covid 19, a una anterior o “antigua normalidad” que hay necesidad de modificar por una nueva para la pospandemia que pretende corregir  estándares incorrectos de normalidad, es decir,  de anormalidad que la actual peste ha permitido visualizar,  en modo de urgencia,  en tanto que lo anormal, incorrecto o malo se ha tornado en un mal común, un mal crónico que compromete al Estado,  sociedad en general  y  ciudadanos en particular, con repercusiones en el medio ambiente.

El instinto de conservación de la naturaleza ecológica y de la misma naturaleza humana han puesto el grito de alarma ante la inminencia de un desenlace fatal, de una catástrofe cósmica y humana debido a un comportamiento anormal; a signos patológicos que muestran estos agentes.


Normalidad colombiana

Dolor hipocrático

 Signos patognomónicos de la normalidad colombiana son el miedo, la incertidumbre y el odio.

 Miedo
 Miedo a perder la vida, a que te maten, a que te destruyan no solo física, también, social y afectivamente. No hay forma de que puedas tener tranquilidad y sosiego en los distintos entornos en que te mueves. Solo salir de casa produce pánico ante la inminencia de un atraco o tropezar con un sujeto violento al que no le caigas bien.

El miedo se acompaña de permanente zozobra ante los riesgos que corres en tus actividades, cualquiera que sea, bajo el imperio de la ley de la trampa, a que estás expuesto en forma permanente, por la audacia de los más vivos, como los bancos, por ejemplo, que hacen lo que les da la gana ante la impotencia de sus clientes.

Incertidumbre
Estrategias estatales son regresivas en cuanto no favorecen el desarrollo de la población con sus draconianas políticas impositivas. La realidad es que existe gran incertidumbre entre los colombianos cuando estamos gobernados por una calaña política corrupta que se apropia de los recursos del Estado sin acción efectiva de los organismos de control que, obvio, ellos mismos escogen y nombran. Esta violencia “de cuello blanco” de los que se roban el erario, con total descaro, es tan letal como la misma violencia producida por el uso criminal de las armas en manos de bandidos de todos los pelambres.

“El “incorregible”, una de las figuras que utiliza Michael Foucault en su discurso filosófico sobre la anormalidad, encuentra en nuestra época una expansión notable. "Podría incluirse en este ítem la práctica creciente de los ¨malos hábitos¨, incluyendo la drogodependencia, toxicomanías, y toda suerte de conductas adictivas, así como generalizadas formas de criminalidad (desde el hurto al robo a mano armada, la agresión inmotivada, el vandalismo, el asesinato impulsivo), y una variadísima panoplia de perversiones, abusos y violaciones, cuya enumeración resultaría imposible”. [iv]

Supuestamente, la nueva normalidad la habíamos avanzado con la paz lograda en el aplaudido, por muchos, no por todos, Acuerdo de la Habana, del cuatrienio anterior. Paz ficticia, sin lugar a duda, porque las masacres continúan; el alto al fuego que exhiben once países en conflicto, según el informe de la UNESCO, en el nuestro no se ha producido y el fermento propicio para la guerra, pobreza y narcotráfico, aumenta. Ahí están.


Odio
 Es evidente el odio que envenena el alma de sectores importantes de compatriotas expresado en la actitud agresiva, de palabra y hechos contra profesionales de la salud y miembros de la fuerza pública, virulencia extremista en columnas de opinión de diarios y medios informativos, resentimientos obsesivos de los grupos conformados en redes sociales (Facebook, WhatsApp, Twitter, etc.), comportamiento hostil de empleados públicos y privados, intrigantes relaciones  intrafamiliares, comunitarias e institucionales que reflejan una “normalidad” que desdice de una sociedad civilizada, respetuosa, comprometida con la paz y el progreso. La paz alcanzada, en Colombia, se vislumbra como una paz retórica sin verdadero sustento en el respeto a la vida y tolerancia con el otro en las diferencias.


Anormalidad colombiana

Muralla, Cartagena de Indias.

Orgullo patrio
 No obstante, los inmensos pesares que tiene la nación, del saqueo de sus riquezas, de la violencia sin fin que ronda por campos y ciudades persiste el orgullo patrio, aquí y allende los mares, para exclamar a los cuatro vientos con la canción del tolimense Rafael Godoy. [v]
“¡Ay! que orgulloso me siento de haber nacido en mi patria…
¡Ay! que orgulloso me siento de haber nacido en Colombia!...
¡Ay! que orgulloso me siento de ser un buen colombiano…”

La fe
 El colombiano no ha perdido la fe en su gente buena, en los que sacan la cara amable de nuestra nacionalidad: artistas, deportistas, profesionales, intelectuales, científicos y en el hombre del común que trabaja cada día para sacar este país adelante, pero sobre todo en su promisoria juventud.

Ser colombiano es un acto de fe según Jorge Luis Borges. La joven Ulrica le pregunta intrigada: “¿Qué es ser colombiano?”, y el profesor le responde: “No sé. Es un acto de fe”.

Un acto de fe es soñar con Carlos Castro Saavedra en “Camino de la Patria[vi], su hermoso poema:
“Cuando se  pueda andar por  las  aldeas 
y   los   pueblos sin ángel de la guarda.

Cuando sean más claros los caminos
y brillen más las vidas que las armas…

Cuando la espada que usa la justicia 
 aunque  desnuda  se  conserve casta.

Cuando reyes y siervos junto al fuego, 
 fuego sean de amor y de esperanza…”

Que el Dios de Colombia ilumine a su pueblo a tomar conciencia de su destino histórico y le ayude, en un futuro próximo, a sacudirse, a “Construir algo mejor que lo normal”.
Ha llegado el momento de una “Nueva normalidad”.

Barranquilla agosto 29 de 2020.
Teobaldo Coronado Hurtado

REFERENCIAS



[i] https://dle.rae.es/anormalmente
[ii] https://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_normalidad
[iii] https://es.unesco.org/campaign/nextnormal
[iv] Pujo Mario. Normalidad de la anormalidad, ImagoAgenda.com /LetraViva
[v] https://www.elcronista.co/aldea/soy-colombiano-el-segundo-himno-de-los-colombianos

Comentarios

  1. Acojo la nueva normalidad con un corazón contento, agradecida de mi vida y todo lo que tengo y me rodea. Para mi la “nueva normalidad” nos llama más mirar hacia dentro de nosotros mismos donde se encuentran todas las respuestas a nuestros interrogantes y miedos, porque es ahí adentro y solo ahí donde podemos unirnos a Dios. Gracias Papi por tu tan valioso aporte 💙

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