BARRANQUILLA Y SU ACADEMIA DE MEDICINA

De izquierda a derecha, académicos doctores: Fernando Vásquez Ojeda, Carlos López Pinto, Teobaldo Coronado, Rafael Bermudez, Jose Maria Gari, Eduardo Acosta Bendek, Juan Pablo Llinás, Fuad Rumie, Jaime Castro, Carlos Barrera

 

              BARRANQUILLA Y SU ACADEMIA DE MEDICINA

Hicieron veinte años, el pasado 29 de junio, de mi ingreso, Miembro Correspondiente, al “Organismo consultor y asesor del Gobierno Nacional para todos los asuntos relacionados con la salud pública y la educación médica” (Ley 2 de 1979): La Academia Nacional de Medicina de Colombia; presidida la junta directiva, para la ocasión, por el Doctor José Félix Patiño Restrepo. El doctor Eduardo Acosta Bendeck oficiaba como presidente del Capítulo Atlántico.  Esto fue posible después del estudio de mi hoja de vida y de presentar el trabajo científico que exige su estatuto titulado: “Principio de Beneficencia. Fundamentos Aristotélicos. Ética Nicomáquea”.

En estas dos décadas, después de ocupar el puesto de secretario durante la presidencia del doctor Carlos Barrera Guarín en el periodo 2004- 2006, he desempeñado los cargos de presidente en los periodos 2012 - 2014, 2014 - 2016, además de vocal y actualmente, vicepresidente.

“Viaje por el Jardín de Akademus. Digresiones de un Académico”, es libro de mi autoría, editado por la Universidad Libre de Barranquilla, que recopila la historia de la academia y mi gestión como directivo y conferencista del Capítulo.
 

            CAPÍTULO DEL ATLÁNTICO

Junta Directiva, periodo 2018 - 2020. De izquierda a derecha Carlos Tache, secretario; Ana María Segura, vocal; Julio Mario Llinás, presidente; Carlos López Pinto, tesorero, Teobaldo Coronado, vicepresidente.


La insistencia en Bogotá del ilustre hijo de Baranoa – Atlántico, “Profesor” Cesar Augusto Pantoja (1904 – 1993), secretario perpetuo, durante la presidencia del doctor Guillermo Uribe Cualla, tuvo eco en el Dr. Aquileo Hernández Barreto para que en Barranquilla se dieran primeras gestiones tendientes a establecer en esta ciudad un Capítulo de la Academia Nacional de Medicina.

El doctor Fernando Lavalle narra, en sus memorias[i] que, al verse obligado venir a vivir a Barranquilla, finales de los años 70 del siglo pasado por cuestiones de salud, el doctor Guillermo Uribe Cualla, presidente de la Academia, le insinuó la idea de gestionar la fundación del Capítulo Atlántico. “En efecto el doctor Aquileo Hernández B. y yo fuimos comisionados por el doctor César Augusto Pantoja, Secretario Perpetuo, para enviarle una lista de prestigiosos médicos de la ciudad que reuniesen los requisitos del artículo 10 del estatuto” (reformado por artículo 19 del estatuto vigente (2019). [ii]

En Barranquilla ya residían dos miembros correspondientes los doctores Fernando Vásquez Ojeda y Eduardo Acosta Bendeck,

En 1981, fue enviada lista que, además de los dos antes mencionados, incluía a:

Gabriel Acosta Bendeck, José Ignacio Casas Santamaría, Hugo Flórez Moreno, José María Gari, Marcos González, Fuad Muvdi, Fuad Rumié, Amiro Támara Merlano, Mario Zurek Meza y Humberto Espinoza.

En 1982 los doctores Hernando Groot, presidente, y Alberto Albornoz Plata, secretario, respectivamente, de la Academia en Bogotá, estuvieron en la ciudad y prometieron estudiar la lista para la escogencia de los miembros. Por inconvenientes en Bucaramanga, esta ciudad y Barranquilla, tuvieron cierta resistencia por algunos académicos capitalinos. La persistencia de los médicos barranquilleros permitió conformar la primera junta directiva, del Capítulo Atlántico, en 1983.

En Discurso pronunciado por el doctor José María Gari el 30 de mayo de 1996 (Acta No. 44) al posesionarse como presidente del Capítulo anota que el 17 de noviembre de 1983 fue elegida la primera Junta Directiva, que solo vino a posesionarse el 22 de septiembre de 1986 integrada por:

Presidente. José Manuel Baena Lavalle

Vicepresidente. Eduardo Acosta Bendeck

Secretario-Tesorero. José María Gari

Vocal. Marcos González Bárcenas.

Estos académicos con fecha 17 de mayo de 1983 habían recibido el diploma como Miembros Correspondientes.

Capítulo atlántico. Fundadores. El acta No. 1, con fecha 22 de septiembre de 1986, confirma lo expresado por el doctor José María Gari, y marcaría el inicio formal de actividades del Capítulo por cuanto en su registro recoge el acto de posesión de la primera Junta Directiva elegida, tres años antes, el 17 de noviembre de 1983, y según la cual los socios fundadores del Capítulo Atlántico de la Academia Nacional de Medicina con la categoría de Miembros Correspondientes son:

José M. Baena Lavalle

Aquileo Hernández Barreto

Fernando Vásquez Ojeda

Eduardo Acosta Bendeck

Gabriel Acosta Bendeck

José M. Gari del Castillo

José Ignacio Casas Santamaría

Humberto Espinoza Taboada

Hugo Flórez Moreno

Marco González Bárcenas

Fuad Muvdi Chaín

Fuad Rumié Fakini

Antonio Reales Orozco

Amiro Támara Merlano

Mario Zurek Meza


EXPRESIDENTES DEL CAPÍTULO

José Manuel Baena Lavalle

1983 – 1986/ 1986 - 1988

Fernando Vásquez Ojeda

1988 – 1991/1991 - 1993

José María Gari,

1993 - 1996

Eduardo Acosta Bendeck,

1996 – 1998/ 1998 - 2000

Jaime Castro Blanco,

2000 – 2002

Carlos Barrera Guarín

2002 - 2004/ 2004 – 2006

Rubén Darío Camargo,

2006 – 2008/ 2008 – 2010/ 2010 - 2012

Teobaldo Coronado Hurtado,

2012 – 2014/ 2014 - 2016

Ana María Segura Rosero

2016 - 2018

 

De izquierda a derecha, académicos doctores: Alvaro Peinado, Libardo Diago, Juan Mendoza Vega, Teobaldo Coronado, Carlos Tache


ACADÉMICOS DEL CAPÍTULO

 AÑO DE INGRESO

1. José M. Baena Lavalle† 1968

2. Aquileo Hernández Barreto† 1968

3. Eduardo Acosta Bendeck† 1968

4. Fernando Vásquez Ojeda† 1968

5. David Castro Senior† 1983

6. José I. Casas Santamaría 1983

7. Hugo Flórez Moreno† 1983

8. Marco Antonio González† 1983

9. Fuad José Rumié 1983

10. Mario Zurek Meza† 1983

11. Antonio Reales Orozco † 1983

12. Amiro Támara Merlano† 1983

13. Gabriel Acosta Bendeck† 1983

14. Humberto Espinoza Taboada† 1983

15. José M. Gari del Castillo† 1983

16. Fuad Muvdi Chahin 1983

17. Carlos Barrera Guarín 1988

18. Jaime Caballero Corbacho† 1988

19. Luis José Escaff 1988

20. Jaime Castro Blanco 1988

21. Joaquín Pablo Cueto† 1988

22. Carlos A. López Pinto 1988

23. Carlos Hernández Cassís 1991

24. Guillermo Acosta Osío 1992

25. Ramiro Parias Burgos† 1992.

26. Rafael Bermúdez Bolaños† 1993

27. Nayib Narváez Utria† 1995.

28. Daniel Valiente Cabeza† 1995

29. Julio Posada Moreno 1998.

30. Juan P. Llinás Cuentas† 1999.

 31.Teobaldo Coronado H. 2000

32. Ana María Segura R. 2002

33. Rubén Darío Camargo 2002

34. Jorge Daza Barriga† 2004

35. Jesús Pérez García 2004

36. Álvaro Villanueva 2005

37. César Esmeral Barros. † 2006

38. Armando De Hart García † 2006

39. Libardo Diago Guerrero 2012

40. Óscar Páez Rodríguez 2012

41. Carlos Tache Zambrano 2012

42. Álvaro Peinado Vila 2012

43. Julio Mario Llinás 2013.

 

PAPEL DE LA ACADEMIA


Nivel nacional. La Academia a nivel nacional, en Bogotá en particular, ha tenido papel protagónico importante haciendo presencia en todo aquello relacionado con la medicina y las políticas de salud, educación e investigación que se han dado en el país mediante pronunciamientos, declaraciones y reuniones con ministros, parlamentarios, presidencia de la República y en distintos escenarios en donde se tratan estos temas.  Solicitado, en ocasiones con vehemencia, la urgencia de un cambio estructural del sistema de salud en Colombia.

Reiterativa, su posición, contra la proliferación de Facultades de Medicina, muchas de ellas sin recursos necesarios para ofrecer educación médica de calidad.

En la situación crítica que vivimos por la pandemia del Covid 19, por ejemplo, la Junta directiva presidida por el doctor Herman Esguerra ha desarrollado intensa actividad académica promoviendo un debate permanente y presentando propuestas al gobierno con respecto al enfoque, manejo y proyecciones de esta peste del siglo XXI.

En fecha reciente, septiembre 21, ha lanzado una “campaña de prevención y cuidado responsable” con el propósito de reforzar en la población las medidas de protección.

 

Nivel local. La realidad es que en el ámbito local ha faltado la presencia institucional, del Capítulo, en organismos públicos y privados con la misión de prestar atención sanitaria; igual en las Facultades de Medicina y la universidad en general. Divorcio crónico ha existido con asociaciones científicas del área de la salud y agremiaciones médicas; enclaustrados en el círculo cerrado de una programación académica con escasa proyección en la solución a los problemas de la ciudad, en particular de salud pública y red hospitalaria. Cuando tenemos el mandato estatutario de: “Propiciar estudios, emitir conceptos y adelantar gestiones ante los organismos que se ocupan de la salud” [iii]. También es cierto que de tiempo atrás, pero en especial durante el mandato del actual presidente Dr. Julio Mario Llinás, se han realizado todas las diligencias para lograr un acercamiento posible con las autoridades locales de salud, ofreciendo nuestra colaboración, sin ser oídos ni tenidos en cuenta.

No hay quorum. La realidad nos muestra que tanto a nivel nacional como regional la academia padece, en parte, el mismo síndrome que afecta a la reunión médica en general: “no hay quorum”.

De izquierda a derecha, doctores: Luis Vidal, Teobaldo Coronado, Habib Santiago, Carlos Barrera, Jaime Castro, Nazario Hani, Pedro Gutiérrez, Jesús Pérez, María Ortiz, Álvaro Peinado, Libardo Diago, Juan Mendoza Vega, Carlos Tache, Julio Mario Llinás.

Los médicos jóvenes, en su búsqueda afanosa del sustento diario, carecen del entusiasmo conveniente, de la necesaria motivación gremial para que la representación médica tenga el peso necesario, respetable, en defensa de sus más caros intereses. Los viejos por razones de salud o por cansancio, retirados ya de la actividad laboral, no tienen las fuerzas suficientes para seguir en la lucha que años atrás libraron con gran pundonor. Otros más, ni tan jóvenes ni tan viejos, están demasiado ocupados para dedicarle un poco de tiempo a la causa de la profesión. 

Si la gran audiencia virtual, que reclama y protesta con con tanto fervor, a través de las redes sociales, por el trato deshonroso que reciben los profesionales de la salud, hiciera presencia real, física, en la asamblea médica de sindicatos, cooperativas y sociedades científicas; contribuirían así, al quorum necesario para las decisiones a tomar en busca de un mejor destino para el gremio. La suerte, sin duda, sería otra.

No quisiera pasar de pesimista, pero la profesión médica como colectivo anda a la deriva por la ausencia de un carismático líder, de unos auténticos guías.

Vivencia académica personal

La vivencia académica experimentada en estos cuatro lustros me ha proporcionado la grata satisfacción de aumentar mi fervor por el asombroso universo de la ciencia médica, en cada uno de sus ámbitos, dado el carácter interdisciplinario de esta institución. Retroalimentar, por lo tanto, la condición del perenne estudiante que he sido, consubstancial a la vocación de todo médico, que se aviva por el estímulo permanente en búsqueda de la novedad científica. Reconocer, además, que el trato cercano, fraterno, generoso y erudito brindado por los ilustres colegas del Capítulo han colmado mi ánimo de henchido regocijo y beneplácito.

Ideal platónico. Ha sido una experiencia intelectual que trasciende a lo espiritual en cuanto, además de lo científico estricto, mi alma se ha colmado de algo connatural a lo académico, del ideal platónico que proclama:  

El amor a la sabiduría,

La búsqueda del conocimiento,

La contemplación de la verdad,

La reverencia a la belleza,

El sentido común,

La tranquilidad del alma,

La paz y el amor. 

[iv]

Virtuosas cualidades, imprescindibles al buen suceso de la medicina: ciencia y arte a la que me he consagrado durante los cincuenta mejores años de mi existencia.

Septiembre 26 de 2020


Teobaldo Coronado Hurtado

Miembro Correspondiente

 

 



[i] Memorias del doctor José M. Baena Lavalle, junio 11 de 1990, que aparecen en el archivo del Capítulo.

[ii] Artículo 19°. - Para ser Miembro Correspondiente Nacional se requiere:

Tener nacionalidad colombiana y poseer el título de Médico o de profesional en cualquiera de las ciencias biomédicas, legalmente reconocido.

Ser presentado por dos o más Miembros de Número u Honorarios.

Presentar a la Junta Directiva la solicitud de ingreso acompañada de la hoja de vida y un trabajo de libre elección, escrito en español, que cumpla con la aprobación de la Comisión Permanente de Normas y Reglamento y tenga el concepto favorable de la mayoría de los miembros del jurado calificador.

Ser aceptado en votación secreta e individual por las dos terceras partes del quórum en sesión administrativa de la Academia.

[iii] Parágrafo C, artículo 1º de Estatuto y Reglamentos de la Academia Nacional de Medicina de Colombia.

[iv] Hirschberger Johanes,1994, Breve Historia de la Filosofía, Platón, Editorial Herder Barcelona, p.42

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