TECNOLOGÍA ZOO - HOMINI
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TECNOLOGÍA ZOO -
HOMINI
INTRODUCCIÓN
Generar órganos humanos para
trasplantes es considerada por la Revista Time, edición de junio de 2021, una
de las 10 investigaciones en salud más importante llevada a cabo en el mundo
ese año. Para ello, los científicos han intentado juntar partes de humanos con partes
de no humanos lo que conlleva a la creación de alófenes o quimeras zoo –
homini.
Ignaro, mi idea de quimera llegaba, solo,
a la romántica y poética de una “ilusión inalcanzable”, tal vez, la soñada
quimera del amor a la que han cantado tantos poetas como el bardo de Usiacurí –
Atlántico Julio Flórez; dicen que uno es del sitio en donde muere.
¿Eres un imposible? ¿una quimera?
¿un sueño hecho carne, hermosa y viva?
¿una explosión de luz? responde esquiva
maga en quien encarnó la primavera.
Quimera en el diccionario de la RAE
es «aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no
siéndolo»
La existencia de la quimera como
animal fabuloso circunscrito, a través del tiempo, a lo mitológico es
acontecimiento que habla del poder asombroso de la ciencia que al juntar lo
humano con lo no humano hace que lo contra natura de esta fusión tenga
apariencia cuasi natural.
La imaginación me lleva a pensar que
la osadía científica no se limitará, únicamente, a juntar células madre humanas
con embriones de primates sino, también, a acoplar células de seres vivos
diferentes para la creación de un animal prototipo, es decir, de un monstruo
que, igual, podría ser combinado con una y otra aberración parecida a fin de
conseguir órganos y tejidos sin importar, cualesquiera sean, los medios para
lograrlo. El jueguito de la ciencia
puede dar para todo, crear lo inimaginable. Con este objetivo intentos fallidos
se han dado desde hace 50 años cuando se produjo el primer híbrido humano –
ratón.
Esta revolucionaria tecnología ha sido base investigativa de la adelantada “Medicina Regenerativa” con células madre, Stem Cell, que pretende mediante quimeras Inter especie, con células madre pluripotentes humanas, evaluar la capacidad de estas células para la generación de órganos y tejidos con el supuesto, “altruista”, fin de resolver la carencia de donantes para trasplantes de órganos.
QUIMERA MONO – HUMANA
Doctores Juan Carlos Ispizua y Weizhi Ji, |
En abril del año pasado medios de
comunicación internacional hicieron publica la creación exitosa de quimeras
mono – humanas. Dirigidas estas investigaciones por el español Juan Carlos Ispizua
del Instituto Salk, de la Jolla, en Estados Unidos con colaboración del Dr. Weizhi Ji, de
la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming en Yunnan (China). En 2016
el Dr. Ispizua ya había adelantado estudios similares con cerdos sin resultados
satisfactorios. Por razones legales que impiden su ejecución en los Estados
Unidos los trabajos tienen como epicentro el país asiático.
Los investigadores inyectaron 25 células
madre pluripotenciales humanas a blastocistos de primates de seis días de creados. Al cabo
de 24 horas, se detectaron 132 embriones con células humanas en su interior. Al
llegar al día 19 seguían vivas tres quimeras y se interrumpió el estudio para
evitar la formación de sistema nervioso central humano. Comprobaron que las
líneas celulares humanas se habían integrado en el tejido y certificaron que el
desarrollo se mantenía pese a la diversidad genética.
Objetivo de la investigación, anota
Ispizua, no es la creación de una nueva especie híbrida. De hecho, los embriones
no se han implantado en ningún organismo y su desarrollo se ha detenido sin que
se cumplieran las tres semanas de gestación.
El científico considera que la
generación de “quimeras humano-animal” puede servir de plataforma para el
estudio de la embriogénesis humana temprana, modelado de enfermedades y cribado
de fármacos, proporcionando lecturas in vivo del inicio y progresión de la
enfermedad, eficacia y toxicidad del fármaco con un valor clínico relevante; además,
allana el camino hacia el xenotrasplante.[i]
LA BIOÉTICA Y SU ENCRUCIJADA
La bióloga Christine Mummery, presidenta de la Sociedad Internacional
para la Investigación con Células Madre, pone en tela de juicio las palabras de
Ispizua cuando plantea que: “El resultado de
los experimentos es interesante, pero justificar su realización en el contexto
de la medicina regenerativa para generar órganos humanos en animales para
trasplantes me parece un objetivo muy lejano”, existiendo, según su criterio
otras alternativas “éticamente más aceptables” que el uso de embriones de mono,
tan próximos evolutivamente a nosotros.[ii]
Gran encrucijada para la bioética y los bioeticistas
tiene que ver con el zoo – homini, con al animal humanado de Ispizua y Weizhi Ji. Llama la atención que al día 19 suspendieron
el curso exitoso del experimento sobre las tres quimeras vivas que quedaron,
según la información publicada, ante el temor de que el embrión de mono pudiera
formar sistema nervioso central humano. Para deducir, a manera de especulación,
que del mismo modo si la intrepidez de los investigadores persiste, más allá de
los limites regulatorios de la investigación, esta los llevaría al desarrollo
completo de quimeras con origen en Chimpancés, ovejas, cerdos, pollos, ratas,
conejos, etc., con atributos de personas, con capacidad de pensar y sentir, de
tener conciencia.
Inquietudes bioéticas, se me ocurren, surgen de esta atrevida tecnología
que promueve una “Frankeisteinana” camada de seres humanos refieren al estatus
jurídico de estas criaturas que siendo quimeras nada tienen de ficción.
¿Hasta dónde pueden llegar a considerarse una quimera, persona, sujeto
de derechos?
Me pregunto, además:
¿Cuál será la suerte del hombre: “Animal Simbólico” que describiera el
filósofo neokantiano Ernest Cassirir? en su obra Filosofía
de las Formas Simbólicas.[iii]
¿Cómo será esa cosa tan humana del amor entre quimeras?
Me viene a
la mente Marvin el agente de policía reconstruido después de un accidente automovilístico
con órganos de animales por el Dr. Wilder en “Estoy hecho un animal” comedia
estadounidense dirigida por Luke Greenfield en 2001.[iv]
MONSTRUOS CITADINOS
De otro lado, la presencia entre nosotros de un hombre animal, fácil es
de observar; no ha necesitado del complejo engranaje biomolecular de los
investigadores productores de quimeras.
Hombres más que animales, verdaderas bestias humanas, pululan por calles
y avenidas de la gran ciudad, en cualquier sitio concurrido de gente. A donde quiera
que uno vaya o se encuentre corre el riesgo, tener la mala suerte, de
tropezar con un espécimen de estos, enfrentar perplejo su agresividad y
violencia. Lo más lamentable de estos ogros citadinos es cuando habitan al
interior de las familias, bajo el mismo techo, maltratando y produciendo grave
daño a mujeres niños y ancianos indefensos.
Tenga usted mucho cuidado si, desprevenido, tropieza con ocupantes
de una lujosa camioneta cuatro puertas con vidrios oscuros porque, en una jaula
motorizada de estas, puede esconderse, asolapada, una fiera impredecible. Este tipo
de homo – zoo tiene en su evolución un trasfondo de orden cultural y socio
antropológico que trasciende el ADN de las células madre.
ZOO – DOCTORES
Después de todo, la magia caribeña, que no de la ciencia, me ha
permitido conocer y compartir excelentes zoos – doctores, amigos, colegas y
compañeros de mi mayor estima como: “El Burro”” Julio Pizarro, “El Tigre” José León, “El Camarón”
Uriel Flórez, “El Pato” Cristóbal Navarra, “El Chivo” Guillermo Rovira, “El Tiburón”
Isaías Bermúdez; entre los que logro recordar.
RECONFORTANTE NOTICIA
Al terminar de escribir estas líneas llega espectacular noticia,
suministrada por el Centro Médico de la Universidad de Maryland en Estados
Unidos, el lunes 10 de enero, que da sobrada razón a la doctora Mummery. David Bennett, un hombre de 57 años con enfermedad
cardíaca terminal, le fue practicado un xenotrasplante de corazón de cerdo
modificado genéticamente. Se eliminaron del cerdo donante tres genes
responsables del rechazo de los órganos porcinos por parte del sistema
inmunitario humano, y se extrajo un gen para evitar el crecimiento excesivo del
tejido cardíaco porcino. Se insertaron seis genes humanos responsables de la
aceptación inmunitaria.
Teobaldo Coronado Hurtado
Barranquilla enero 12 de 2022
[i] Sánchez Morales Hilde, QUIMERAS HUMANAS
¿ILUSIÓN O REALIDAD? Publicado | Abr 22, 2021
https://fundacionsistema.com/quimeras-humanas-ilusion-o-realidad/
[ii] Manuel Ansede, “Científicos españoles crean en
China 132 embriones con mezcla de mono y humano”, El País, 16 de abril de 2021.
[iii]
https://es.wikipedia.org/wiki/Animal_simbólico
[iv] https://www.youtube.com/watch?v=Chxy0iLzq9E
Al leer estas importantes apreciaciones relacionadas con el Zoo-Homini, la quimera y la diversidad de presentaciones que pueden tener me planteo si ese tipo de personas a futuro como Zoo-Homini se relacionaran más al animal irracional que al animal político de Aristóteles y la Quimera a ese relatado de Homero en la Ilíada de un ser con cabeza de león que expulsaba fuego por su boca y con su cuerpo de cabra y cola de reptil para otros de dragón. ¿Seran nuestros futuros "hombres no sabios"?
ResponderBorrarPienso en la quimerizacion que permite que un órgano donado por una persona con material genético diferente, no sea rechazado por las defensas naturales del receptor, término que se refiere en trasplantes a la humanización de un órgano donado por un receptor no HLA idéntico o a la no dependencia de inmunosupresión para evitar el rechazo. Será realmente la solución para la vida, cuando humanicemos un órgano donado por un animal. En un mundo trahumanista que quiere transformar la evolución de la conciencia, evitar el sufrimiento, la enfermedad y la muerte y se aferra a la ciencia y la tecnologia, no hay nada de extraño que éstas quimeras y Zoo-Homini, sean el futuro que hará que los derechos de los humanos conocidos se revaloren pues habrán seres que serán humanos o bio-humanos o híbridos-humanos.
Gracias Dr Teobaldo por sus reflexiones que hacen que se pueda navegar por el sendero de lo imaginario teniendo siempre bien claro que el futuro de la humanidad no es el presente que vive.