RECONOCIMIENTO TENÍSTICO

 

RECONOCIMIENTO TENÍSTICO



El pasado 3 de diciembre, Dia Panamericano del Médico, recibí de la comunidad médica barranquillera, de la Sociedad Médico Quirúrgica del Atlántico sentido reconocimiento a mi “alto profesionalismo, dedicación científica y sensibilidad humana” en el ejercicio de la profesión. En este 2022, 19 de diciembre, celebro 53 de mi grado como médico en la Universidad de Cartagena de los cuales dediqué cuarenta a la actividad asistencial y cuarenta y cinco a la docencia

Siete días después, 10 de diciembre, la comunidad tenística del Club de Tenis Recreativo Parque Eugenio Macias que, en buena hora Manuel Gálvez Miranda preside, exalta con un reconocimiento a mi “Perseverancia en la práctica del Tenis”.  Más de media vida consagrado a un deporte, el deporte blanco ha dispensado el privilegio de llegar a viejo, el joven octogenario que puede definir, todavía, una partida con un Ace o un Smash triunfador. Bendito sea Dios que da la oportunidad de recibir, casi al tiempo, estas dos bendiciones, la médica como la deportiva.


Inicios en la práctica del tenis se da con mi ingreso al antiguo Club Alemán de la ciudad de Barranquilla, década de los 70 del siglo pasado. Jugador de "bola e´ trapo" durante mi infancia y juventud, en calles y playones de la arenosa barriada de la Barranquilla de antes, cambié el balón de futbol por la raqueta después de un revolcón que me dieron, en un campeonato de microfutbol que se realizaba en el club y dejó mi escasa humanidad bastante aporreada.

En 1978 bajo la dirección del joven profesor Hugo Robayo comencé el aprendizaje de este juego que llevó, con el tiempo, a competir en torneos que realizaba el club y en los que se llevaban a cabo en los clubes Caujaral, Campestre, Country Club y Liga de Tenis del Atlántico. Llegando a coronar campeón en las categorías de novatos, tercera y segunda (dobles); fueron 16 trofeos en total que logré ganar. Pude participar, también, en intercambios que teníamos con el Club Campestre de Valledupar. Durante dos años estuvo bajo mi dirección el Comité de Tenis del Alemán por escogencia de su junta directiva.

Al tiempo, con el Club Alemán, incursionaba en las canchas del Parque Eugenio Macias en compañía de los doctores Basilio Henríquez, Santiago de la Hoz, Nicolás Asmar y otros más. Con el chino Carlos Wong me considero el más antiguo practicante de tenis en   este parque icono del barrio Porvenir de Barranquilla. 

 Al producirse el cierre definitivo del Club Alemán, en el 2003, quedé matriculado en las frondosas canchas del Macias. Aquí he permanecido por el ambiente amistoso y cordial que reina entre sus habituales deportistas y moradores vecinos que han acogido con inmenso cariño, haciéndome sentir como en casa.

El presidente del club, generoso conmigo ha estimado que yo sea “tenista insignia” del grupo, su emblema, su distintivo. Pienso que Mañe rinde tributo, en mi persona, a la nobleza de la comunidad deportiva que nos congrega y que él con tanto entusiasmo lidera.  Honor grande me hace y, al tiempo, compromete a ser digno exponente, modelo del tenista que debemos ser. Fieles seguidores del que se recuerda ejemplo deportivo de todos los tiempos el inmortal Arthur Ash único jugador afroamericano en haber ganado los campeonatos de Wimbledon, Abierto de Estados Unidos y Abierto de Australia en sencillos. Primer jugador negro seleccionado para integrar el equipo de Copa Davis de los Estados Unidos; siendo su capitán gano tres campeonatos entre 1980 – 1984.  

"Insignia en latín es el plural de insignus que significa insigne en español. Según el Diccionario Etimológico Insigne es un adjetivo que designa a aquel que puede servir de distintivo, al que se puede seguir por su nobleza, que es muy estimado". 

 Si, insignia soy - los honores no se rechazan - porque cada uno de los miembros del club es igualmente insigne. Insigne como deportista e insigne como persona, excelente ser humano. 

Yo soy, el Club de Tenis, soy todos sus miembros, que me han escogido su símbolo por mi perseverancia en una actividad atlética que permite celebrar la vida, gozar la vida, como lo hicimos al participar entusiastas en el campeonato que recién acaba de terminar.  Con la protección divina seguiremos jugando tenis hasta el último set que nos depare la existencia.  La vida es buena.


Miembros Club de Tenis y Recreación Parque Eugenio Macías

TENISTA

Con o sin rumbo fijo, va y viene

Una y muchas veces, la áurea pelota

Como incierta anda y rebota

La vida, cada día, en cada hora

 

A raquetazo limpio se juega una

Latigazos en el alma recibe la otra

Son los duros golpes de un encuentro

Donde rival a vencer es el destino

Y uno mismo en el blanco desafío.

 

Expongo en cualquier forma mi vida

A perder o ganar, resistir y gozar

Dar y recibir, callar o gritar

A subir y bajar, aguantar o empujar

pensar y calcular, defender o atacar,

 tranquilizar y conciliar, ser paciente, saber esperar

dar la batalla y por siempre luchar.

 

Ser tenista y ser humano, por igual

que sepa compartir y dispensar

al conocido y al desconocido

al compañero y también al adversario

a todos los que intervienen, sin reparo.

 

Aceptar en reconocerme

como un yo y como un tu

dispuesto a jugar, con el corazón en lo alto

en el servicio, el revés y en el drive

en el fondo o en la malla, hasta el set final.


Barranquilla diciembre 11 de 2022

Teobaldo Coronado Hurtado

 

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