DE MÉDICO A PACIENTE. Día Panamericano del Médico 2023.
DE MÉDICO A PACIENTE
Día
Panamericano del Médico 2023.
Introducción
En
pleno esplendor de la juventud, sucede en la inmensa mayoría de las personas,
no queda tiempo para pensar en que si Dios nos da una buena salud llegaremos a viejos. Mucho
menos en que, de cualquier forma, tenemos que morir, ocupados en los vaivenes
de una existencia consagrada al mundo del trabajo y los placeres de la vida.
En
pleno esplendor de la senectud, agobiados por achaques que traen consigo el
peso de los años y ante la inminencia cada vez cercana de la muerte, toca conformarnos
con el recuerdo nostálgico del joven que fuimos, de los días “deliciosos” que disfrutamos, de la juventud “Divino tesoro” que se fue, sin darnos cuenta, para no
volver. Complacernos, apenas, con la satisfacción de ver los sueños, de entonces,
felizmente cumplidos.
No
pasó por mi mente fantasiosa de los años nuevos, inmerso en la mágica fascinación
del “Arte de los Dioses”, en que enfrentaba diligente la enfermedad, el dolor y sufrimiento
de la gente, quedar convertido en el quejumbroso paciente que de consultorio en
consultorio y de clínica en clínica, ahora, anda con su pesada carga de
medicamentos para todos los males.
Doctor Manuel Puello García. Fundador Sociedad de Anestesiología del Atlántico |
El
médico como paciente
En
este Dia Panamericano del Médico 2023 me veo, por lo tanto, tentado a
reflexionar no ya
sobre el abnegado trabajador que carga sobre sus hombros la
prestación oportuna y eficaz del servicio de salud sino sobre el frágil médico,
convertido ahora en paciente, que padece, igual que todo el mundo, las peripecias
de este servicio.
Ingenuo
soy cuando, cada vez corresponde acudir a las dependencias de atención sanitaria,
abrigo la esperanza de recibir un trato especial, similar al que yo, amable y generoso,
brindaba a mis pacientes.
La
burocracia imperante, los mandos medios que subordinan al prestador del
servicio de salud con sus deshumanizadas reglamentaciones impiden, al colega
que te atiende, reconocerte como uno de sus pares, lo que tú eres, para un trato reciproco
y fraterno.
Triste
realidad es que el médico, en condición de enfermo, tiene que soportar las
mismas largas esperas para tratamientos y procedimientos, interminables y
desesperantes filas para acceder a la consulta o ser atendido en la urgencia y,
lo peor, ser tratado muchas veces como un indigente por despiadados
funcionarios de EPS e IPS.
Ingrato
trance padece, entonces, el profesional de la salud cuando se invierten los
papeles y pasa de consagrado médico sanador a indefenso e incomprendido
enfermo; como otro cualquiera: incapacitado y minusválido. No, como otro
cualquiera no, porque este tiene escasa o ninguna idea de los intríngulis de su
padecimiento y de alguna manera, contra viento y marea, acepta su condición de
paciente, haciendo honor al sentido semántico de este vocablo.
En
cambio, al médico se le agota la indispensable paciencia ante el escenario que
conoce bastante bien de la dolencia que lo aqueja con su fisiopatología,
diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
He
experimentado, en ocasiones, ingrata sensación discriminatoria por personal
subalterno, administrativo en particular, cuando te identificas como
profesional de la medicina. Como si el ostentar esta condición fuera un lastre
que te hace merecedor de un tratamiento displicente. Prefiero, entonces, pasar
desapercibido para alcanzar un recibo semejante al de cualquier usuario.
La
suerte me acompaña si tengo la escasa fortuna de tropezar con uno de mis
antiguos alumnos que emocionado y solícito, ante la presencia de su maestro, se complace
en brindarme sus mejores atenciones en cumplimiento de una solidaria reciprocidad
profesional. “La lealtad y la consideración mutuas constituyen el fundamento
esencial de las relaciones entre los médicos”, artículo 29 de la Ley 23 de
Ética Médica.
Doctores Teobaldo Coronado Y Saul Charris Borelly |
Necesidad
de la reforma a la salud
En
simposio realizado el pasado 25 de noviembre sobre Derecho Medico, al que asistí
en la Universidad Autónoma del Caribe, organizado por el Tribunal de Ética Médica
del Atlántico, la doctora Alma Solano, secretario de salud del departamento, aseveraba
en su intervención que “Con reforma o sin reforma siempre habrá la prestación
de un servicio de salud”. Esta afirmación quedó dando vueltas en mi cabeza,
tratando de interpretar su sentido, su alcance. De seguro se presta para una
discusión interminable.
A
mi modo de ver es ligera por no decir que “apática” la idea de la doctora
Solano. Ojalá yo esté equivocado, pero, me deja la incómoda impresión de que da
lo mismo, a la alta funcionaria, que se produzca o no la reforma a las políticas
de salud en Colombia. Es obvio que siempre habrá la prestación de un servicio
de salud en cuanto que la salud es un derecho, consagrado en la constitución,
que debe ser garantizado por el Estado. Artículo 49. La atención de la salud
y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se
garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción,
protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado organizar, dirigir
y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de
saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y
solidaridad.
El
asunto trascendental de la reforma, contemplada en el Proyecto de Ley 339 de
2023, la conveniencia de que, si se haga, estriba en lograr una mejora sustancial
a la atención de salud que ahora recibimos. Tiene que ver con que los cambios
que se produzcan en la normatividad existente garanticen la calidad del
servicio de salud, de que se perfeccione lo conseguido, en este renglón, en los
últimos treinta años. “Que se construya sobre los construido” dicen los
críticos del gobierno.
En
la forma como está concebido el proyecto de ley, actualmente en discusión en la
Cámara de Representantes, los trabajadores de la salud, por ejemplo, quedarían
convertidos en empleados públicos, es decir, en empleados del gobierno de libre
remoción y nombramiento; expuestos a la situación de “postración” que se vivía
antes de la ley 100 de 1993. En aquellos tiempos para ser nombrado, en una
institución de salud, de nada servían los méritos académicos si no conseguías
el visto bueno del cacique político que ostentaba el poder local o regional,
tal cual sucedería si la reforma, como está concebida, es aprobada. Para
lograr, luego, el pago de los salarios caídos había que recurrir,
periódicamente, a la suspensión de actividades, a un paro.
Los
pacientes, por otro lado, para ser intervenidos quirúrgicamente tenían que
salir a buscar a las farmacias cercanas al hospital los insumos que se necesitaban
para la operación; mientras otros morían en el “paseo de la muerte”, porque
recorrían las urgencias de todos los hospitales, habidos y por haber, sin que
los atendieran.
Está
en juego, en la actual coyuntura, nada más y nada menos, que la salud y vida de
los colombianos. De igual manera la suerte de los practicantes de la medicina
encargados de hacer efectivos estos derechos fundamentales.
Doctores Teobaldo Coronado y Daniel Valiente Cabeza |
Conclusión
Concluyo
mi reflexión, en que prima la inquietud por el medico como paciente sobre la
del médico en ejercicio, haciendo un llamado a romper la indiferencia
manifiesta por la subsistencia de las asociaciones médicas que nos aglutinan
como fuerza gremial. Urge estar atentos, firmes en la defensa de un futuro
promisorio que a los jóvenes galenos pertenece, con el riesgo de perderlo ante
la posible “estatización de la salud” que se vislumbra en el proyecto de ley en discusión.
Es
bueno hacer un alto en esta fecha magna para congratularnos jubilosos en el
médico que somos, pero, también para meditar juiciosos en el médico que seremos
cuando llegue la hora inexorable del
retiro.
Concientizarnos,
además, de la necesidad de fortalecer el colectivo médico para poder alcanzar el bienestar de todos, de los viejos y nuevos médicos, de la profesión en general, de la que tan orgullosos nos sentimos.
Felicitaciones
reciba toda la comunidad médica de Barranquilla y el departamento del Atlántico
en este día.
Barranquilla diciembre 2 de 2023
Doctores Aníbal Suárez y Teobaldo Coronado. |
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