ACTIVISTAS Y CRISIS DE LA SALUD

 

Crisis de salud FOTO: EL TIEMPO

ACTIVISTAS Y CRISIS DE LA SALUD

Introducción

En reunión de la Academia Nacional de Medicina, el pasado 11 de abril, a la que asistí, virtualmente, el doctor Francisco Augusto Giuseppe Rossi, director del Invima, disertó sobre el “Invima y la Prescripción Médica”.  Aparte el sesgo ideológico de su intervención, poco objetiva, por lo tanto, me llamó la atención el énfasis que puso en proclamar su condición de “Activista”. Una y otra vez se vanagloriaba de este perfil suyo y hasta llegó a amenazar, ante alguna observación que alguien hiciera a sus palabras, que diera gracias de que el activista que había en él no lo mostrara con suma vehemencia.  Una asistente, al término de la reunión, pidió la palabra para agradecer a la Academia la invaluable presencia del Dr. Rossi y recalcar, entusiasmada, su “activista” trayectoria profesional.

Así como el director del Invima, del presidente de la República para abajo, todos los militantes o partidarios de su ideario político, gozando ahora los gajes del poder, se autodefinen, arrogantes, como “activistas”.

Activista o revolucionario

Monumento a los Castellers (Torre Humana) Tarragona España.
Photo by Dr. Teo

Se me ocurre pensar que militantes de la, antiguamente, denominada “izquierda revolucionaria”, comunistas para más señales, han abandonado el calificativo de “revolucionarios” que, ostentosos, proclamaban a los cuatro vientos, desde la revolución bolchevique de octubre de 1917 cuando el plan económico de Lenin era abolir la economía de mercado y poner todas las empresas bajo control del Estado; más o menos lo que pretende el actual presidente de los colombianos.

En noviembre de 1948 Mao Tse tung, al termino de la segunda guerra mundial  lanzo un grito de combate ¡Fuerzas revolucionarias del mundo, uníos. Luchad contra la agresión imperialista!

El acontecimiento, sin embargo, que incentivó el fervor  revolucionario y contagio a la juventud de los países hispanoamericanos, de este sentimiento, década del 50 del siglo pasado, fue la toma del poder en Cuba por Fidel Castro, por la revolución cubana, a través del movimiento 26 de julio que se orientó por la línea marxista – leninista del partido comunista. Afianzado este fervor, luego, por las revueltas de Paris de 1968, para asolaparse, en el presente que vivimos -  tras la caída del muro de Berlín,1989, y derrumbe de la Unión Soviética, 1991 - con el sutil calificativo que disimula, ahora, su origen dogmático.

 

El comunismo

El comunismo, históricamente, ha sido un fracaso, político y económico. Los viejos, nostálgicos de esta filosofía, que se nutrieron, entre otros textos, en la lectura del Capital Y Manifiesto Comunista de Karl Marx - Engels, El Estado y la Revolución de Lenin, Libro Rojo de Mao Tse Tung, se les hace imposible olvidarlos.  Sin pregonarlo, como antaño vanidosos lo hacían, se cuidan en la actualidad de llamarse revolucionarios y prefieren autodenominarse “Activistas”.

Los jóvenes activistas de hoy en día, fanáticos a ciegas del obsoleto modelo, poco dados a la lectura, alérgicos a los libros, imagino, escasa idea, tienen de estos personajes y su pensamiento. ¿A quién siguen?

Hago la aclaración de que no todos los izquierdistas son socialistas o comunistas por criticar el capitalismo. Incluso, algunos son anticomunistas, conscientes de los regímenes totalitarios que se dan en los países regidos por esta ideología. De allí, que para señalar a los que simpatizan con las tesis marxistas se les denomine izquierdistas radicales o de extrema izquierda.

Primera y tercera línea. Extrema derecha


Los que, en la actualidad, se denominan “Activistas de Primera Línea” en realidad son “Activistas de Tercera Línea”. Delante de la turbulenta organización de avanzada juvenil, tira piedras, incendiaria y violenta están, apoltronados, aburguesados, los verdaderos “Primera Línea” de ideólogos, cerebros y financiadores que los estimulan, patrocinan y utilizan como carne de cañón. Señorones que paradójicamente, muchos de ellos, ostentan mansiones y yates en Miami, USA, en el imperio Yanqui, en donde viven  de lo mas “sabroso”.

El asunto se complica cuando partidarios del polo opuesto a la izquierda radical, los de extrema derecha o fascistas que, también, tiene sus primera y tercera línea, responden con menos presencia, no tan extendida acción desestabilizadora, pero si, con la misma moneda brutal; muchas veces más intransigente y sanguinaria. Tal el deplorable y largo conflicto que nos ha tocado vivir en Colombia con guerrillas de izquierda y paramilitares de derecha como temibles protagonistas. Y en las que por acción u omisión se han alineado algunos movimientos partidistas, aparentemente no extremistas, que los apoyan y favorecen.

Por su accionar ladino, los de la primera línea e incendiario, los de la tercera línea, cualquiera sea el bando a que pertenezcan, guardan franca semejanza con las bárbaras líneas de los grupos terroristas caracterizados por producir destrucción, sufrimiento y muerte en la población.

Origen de los extremos ideológicos

El surgimiento de los extremos ideológicos se da, la evidencia lo demuestra, por la insensatez y corrupción de los tradicionales partidos políticos que han detentado el poder a lo largo de nuestra historia republicana. La gente cansada, los ciudadanos ajenos a la polarización, hartos de los mismos con las mismas, se deciden a buscar otro tipo de gobierno, una alternativa distinta que responda a sus aspiraciones y necesidades más sentidas. La experiencia vivida ha sido cruel, ninguno de los dos extremos ha contribuido al desarrollo armónico y a la “paz total” que anhela el pueblo colombiano. Trágicamente, el remedio buscado que,  por lo visto en otras latitudes, casi siempre concluye en una atroz dictadura de derecha o de izquierda, ha resultado peor que la enfermedad.

Activista y líder

El activismo   que caracteriza a un activista no refiere, por definición, a una destacada acción política en particular. Uno puede ser, activista social, sindical, cultural, religioso, gremial, deportivo, ambiental, etc.

Atrevo a homologar la concepción pragmática de un activista con la de un líder, con la de un soñador, preocupado por lograr un mundo mejor para él y los que le rodean. La solidaridad es principio fundamental que anima la acción de un activista. Todos debemos ser activistas, lideres de los sueños de cada uno, de los que esperan tanto de nosotros, por una mejor calidad de vida, por el logro de la felicidad. Cualquiera que sea el liderazgo, más aún si es político, debe estar encarnado en personas que sean unos activistas íntegros, transparentes que, con el ejemplo de su vida, no con la retórica de un discurso grandilocuente, susciten en los que le siguen la necesidad de un cambio, de renovación de las costumbres, de la búsqueda de nuevos y mejores rumbos para la sociedad.

 

Activista gremial

Angela Currea, Teobaldo Coronado. 1985

En mi paso por la universidad, década de los 60, un estudiante de verdad tenía que ser revolucionario, es decir, comunista. Era el imperativo de la época. Revolucionario era sinónimo de comunista; reaccionarios o retrógrados calificaban a los pocos activistas que no pertenecían a la nomenclatura del partido de Moscú: línea blanda o de China: Línea dura.

Sin considerarme revolucionario, mucho menos comunista, he sido un activista gremial, un líder que he levantado las banderas en defensa de la causa médica, de los derechos inculcados a los profesionales de la salud por los gobiernos, sin distingos de su orientación política. 

Por el comportamiento beligerante, por la actitud rebelde durante mi gestión, directivo de diferentes asociaciones médicas en el pasado, es posible que algunos compañeros o colegas hallan ubicado dentro de un movimiento de extrema izquierda. Incluso los que llegaron a tener puestos de mando me veían con recelo y tuve la sensación de que evitaban mi amistad, por considerarla peligrosa.

Crisis de la salud

Ante “la crisis explicita” del sistema de salud, provocada por el actual gobierno del presidente Gustavo Petro, confieso, con pesar, que me preocupa la pasividad, hasta ahora, de la organización médica, la ausencia de un agresivo liderazgo para enfrentar el grave peligro que acecha al futuro de la salud en Colombia y, por ende,  a los prestadores de este servicio.

Todavía, estamos a tiempo de hacernos oír, de levantar nuestra voz airada y es así como al momento de escribir estas líneas entero de la invitación a participar el domingo 21 de abril en la marcha silenciosa de batas blancas  para manifestar “nuestro desacuerdo con el actual manejo del sistema de salud por parte del Gobierno Nacional”, según comunicado de la Asociación Colombiana de Cirugía. Esta asociación considera, además, que las decisiones del Gobierno Petro han provocado un “cataclismo de nuestro sistema de salud". La marcha tiene el respaldo amplio de 70 asociaciones científicas del país.

La suerte está echada. Ni un paso atrás compañeros.

Barranquilla abril 15 de 2024

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