EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA I

EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA I
EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA.
Conversatorio realizado el pasado 30 de noviembre de 2017. Auditorio Benjamin Herrera de la Universidad Libre Seccional Barranquilla
Conmemoración del Día Panamericano del Médico

De izquierda a derecha profesores: Arturo Barros, Teobaldo Coronado, Carlos Barrera, Agustín Guerrero

En la elucidación del pasado de la medicina con su presente no tienen cabida el consabido estribillo: “Las comparaciones son odiosas”. Diría, que, en este tema, son saludables, provechosas.

Conocer la evolución de la medicina precisa indagar su pasado, confrontarlo con el presente, para avizorar el futuro que nos depara. Implica, de acuerdo con las distintas acepciones del vocablo evolución, hacer,  a mi modo de ver,  una revisión de:

Dentro de riguroso marco académico revisar el recorrido, a través del tiempo, de estos cinco capítulos. Desde el antiquísimo ámbito de la paleopatología hasta nuestros días, “siglo de la biotecnología”[i], le llama Jeremy Rifkin. Desde el hombre primitivo de las cavernas hasta el hombre cibernético de hoy.
¿Por qué es importante el estudio de la historia de la medicina?
El Doctor Ronald Merrel Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Houston, USA, da cinco sabias razones:
Primero. Aquellos que no aprendan las lecciones de la historia están condenados a repetir sus errores. Santayana.
Segundo. La necesidad de encontrar héroes y fuentes de inspiración en los que se base nuestra lucha contra la enfermedad y el sufrimiento.
Tercero. Es necesario predecir el cambio y el rumbo a seguir por la medicina. Conectar los puntos de nuestra historia con nuestro presente y proyectar de alguna manera esta línea hacia el futuro.
La geometría nos dice que son necesarios dos puntos para definir una línea y uno de esos puntos es el pasado.
Cuarto.  El estudio de la historia es una lección de humildad. Debemos con humildad y compromiso seguir haciendo de la profesión médica lo mejor que podamos.
Las lecciones de hoy pronto se considerarán erróneas y deberán aprenderse de nuevo; y recordaremos a los pacientes que fueron pobremente servidos por nuestro defectuoso conocimiento.
Estos héroes heredaron herramientas, creencias y actitudes que les permitieron hacer magnificas contribuciones personales para el progreso de la medicina.
Quinto. El estudio de la historia reafirma principios fundamentales de la medicina que simplemente no cambian a pesar de la ciencia, la tecnología, el cambio social y la política. A saber:
·        El servicio y preocupación por los demás
·        La curiosidad científica, que ha sostenido su progreso, disculpando nuestras fallas y guiando nuestros objetivos al bien de la humanidad.[ii]
·         
En su origen etimológico la palabra evolución, del latín evolvere, evolucio, designa la acción de desenvolver, desarrollarse algo. El concepto de evolución se entiende en su acepción más amplia como un proceso que involucra unas etapas siempre hacia adelante, - hacia atrás es entendible como involución – por las que hay que pasar en forma gradual y ordenado. La revolución por el contrario es súbita y violenta.[iii] En el tema que nos ocupa se trataría del desarrollo o desenvolvimiento del arte global de la medicina como tecno- ciencia,  como arte y como profesión.
Veamos en un primer capitulo lo concerniente a:
1.              Crecimiento y progreso de la ciencia y tecnología médicas.
A la ciencia y tecnología médicas, digamos que, les ha ido muy bien en su decurso histórico. El alto nivel de desarrollo e investigativo alcanzado en los últimos 150 años es hazaña que supera el cúmulo de logros reportados en cinco milenios, si partimos de los primeros registros escritos de que se tenga noticia. Se estima que la grafía jeroglífica comenzó a utilizarse, de forma habitual, hacia 5300 a. C., cuando aparecía la escritura cuneiforme en Mesopotamia.

La sorprendente evolución científica y tecnológica de los dos últimos siglos ha tenido su soporte más reciente en:
Primero. La maravilla de las comunicaciones, a través de la informática.  La noticia médica ha mostrado un despliegue informativo tal, que su selecto saber, circunscrito, otrora, a los círculos cerrados de la academia, trascendió al público en general, convirtiendo la medicina en ciencia universal. Mundo fantástico al que tienen acceso todos los hombres.

Segundo. La espectacular herramienta cibernética hizo posible la consolidación del Proyecto Genoma Humano que ha permitido la síntesis artificial del cromosoma humano y la completa identificación del genoma humano, el mapa genético; con sus incalculables repercusiones, más allá de sus aplicaciones en el área de la medicina.

Orgullosos debemos sentirnos si, en fortuna, testigos de nuestro tiempo, somos actores vivos, también, de este acontecimiento. Ejecutantes de una práctica profesional con equipamiento computarizado, que supera, con creces, lo rudimentario de los obsoletos equipos manuales y mecanizados de antes y el obvio beneficio de un mejoramiento en la calidad de la prestación del servicio de salud en: prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades. Beneficiarios privilegiados de la tecnología de punta, cibermedicina, que se ha dado en la atención médica en las últimos 5 décadas en:

·       Cirugía microscópica, videolaparascópica, by pass coronario, trasplantes, cirugía ortopédica de reemplazos articulares.

·       A partir de la década de los 70 el auge de la imagenología: tomografías computadas, scanners, angiografías, resonancia magnética nuclear, ecografías por ultrasonido, dopplers, etc.

·       De las salas de cuidado intensivo, consideradas “Hospital Modelo” y cuidado postquirúrgico. Superadas las lecturas clínicas fundamentadas en el fonendoscopio de Laenec, el tensiómetro de Riva Rocci y el electrocardiograma de Eintoven la cardiología, por ejemplo, ha evolucionado a las angioplastias, by pass, stent, marcapasos, el desfibrilador etc.

·       En medicina reproductiva, manipulación genética de embriones. Medicina regenerativa, medicina paliativa, medicina forense y en la docencia e investigación biomédica.

·       Anterior a la cibernética grandes hitos de la medicina estuvieron marcados por la invención del microscopio (Leeuwenhoek) que permitió avances en el estudio de la célula y su metabolismo, la citología (Malphigi). Al mismo tiempo, con el estudio de esta, conocer los desórdenes origen de las enfermedades, la histopatología (Virchow).  Trascendental, en este campo, conocer la estructura del ADN (Watson y Crick) que sentaron las bases del Proyecto Genoma Humano.


·       Algunos, consideran el hecho más sobresaliente de la historia de la medicina el descubrimiento de la vacuna por Andrew Jenner en Inglaterra. Sostienen que, este recurso preventivo y terapéutico ha logrado salvar más vidas como ningún otro progreso del saber médico.

·       El quinteto constituido por: a. antibióticos, a partir del descubrimiento de la penicilina (Fleming), b. esterilización (Pasteur) c. transfusiones (Landsteiner), d. anestesia (Morton) e. rayos X (Curie), en suma, marcan el impulso y esplendor de la medicina, en las dos últimas centurias. Los sorprendentes adelantos en el campo de la cirugía.

En la década de los 60, cuando cursaba estudios universitarios, se consideraba que vivíamos una época luminosa de la medicina, dotados tan solo, de: fonendoscopio, tensiómetro, martillo de reflejos y un juego de órgano de los sentidos. “Tiempos donde parámetro valioso para medir la calidad de un cirujano, por ejemplo, se estimaba por el tamaño de la incisión “Cirujano grande incisión grande”. Muchas intervenciones programadas se tornaban interminables, por el criterio mutilante que predominaba en la práctica quirúrgica de la época. En contraposición al actual concepto de “Cirugía mínima invasiva”.  De otro lado, por la carencia del bisturí eléctrico, y de electrocoagulación la hemostasia se ejecutaba mediante dispendiosa ligadura de los vasos sanguíneos con catgut simple o seda”[iv].

EL FRACASO DE LA MEDICINA. Hace 2.500 años, Hipócrates consideraba la práctica de la cirugía como el fracaso de la medicina, lo mismo podríamos pensar en consecuencia, si en pleno siglo XXI el tratamiento fallido del dolor del cuerpo sigue siendo enorme frustración no solo de las especialidades médicas en relación con la algesiología, sino también de la erudición médica en general. A pesar de la ingente tarea cumplida por los prohombres de la ciencia médica; de la anestesiología, en particular, en la obtención de la máxima analgesia posible.

El respeto por la vida ha sido consigna ética primordial de la medicina en todos los tiempos; así, está señalado en el juramento hipocrático, desde hace 2500 años, cuando condena en forma taxativa el aborto y la eutanasia.

El gran desarrollo alcanzado por el arte médico ha consentido no solo la protección y defensa de la vida, sino también la producción de vida por técnicas de reproducción asistida y lo más extraordinario la creación de vida humana a partir del diseño de una célula artificial, in vitro. Hecho extraordinario del que la ciencia médica se ufana y canta victoria.

Sin embargo la mayor afrenta a lo largo de su evolución histórica es que paradójicamente, también, sus practicantes, sus investigadores en particular, a nombre y en un supuesto beneficio de la ciencia, que no de la humanidad, se haya prestado para destruir la vida misma: desde los tiempos más remotos, pasando por el genocidio médico-nazi, el Caso Tuskegge para mencionar, solo,  dos de los más sonados, hasta nuestros días,  cuando vivimos bajo el imperio macabro de la eutanasia, que  justifica esta destrucción.  Monstruosa ignominia pesa sobre la profesión médica que se ha prestado, en cumplimiento de leyes que vienen de afuera del mandato interno de su organización, de sus propios códigos éticos, para deshacer vidas, acabar la vida. mediante una formula terapéutica que suprime el dolor intratable con el remedio de la muerte.

No quisiera imaginarme en mis  clases de anestesiología y Bioética indicándoles a mis alumnos los últimos medicamentos, los más recientes adelantos científicos en el manejo del dolor crónico e intratable. Y en cumplimiento de un protocolo curricular, de una carta descriptiva, sujeta a las disposiciones del Ministerio de Protección Social, enseñarles teoría y práctica de una técnica eutanásica, es decir, teoría y práctica del sofisticado arte de quitar la vida para suprimirlo. 

TEOBALDO CORONADO HURTADO
Barranquilla noviembre 30 de 2017



[i] Rifkin Jeremy. El siglo de la Biotecnología, Crítica, Barcelona, 1998.
[ii] Merrell RC. Medicina: historia y ética. Revista de la Universidad del Azuay. 2005; 38:11-20.
[iii] J. Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, Editorial Ariel, Barcelona, 1994; p. 1158 – 1159,
[iv] Coronado hurtado T, La Hora del Sosiego, Uniediciones Bogotá, 2011, p. 46





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