BARRANQUILLA. MEMORIAL HOSPITAL
BARRANQUILLA
“MEMORIAL HOSPITAL”
Próximo a finalizar el año rural, enero de 1971, en el ribereño municipio de Remolino (Magdalena), estuve merodeando por el Hospital General de Barranquilla en busca de trabajo.
Colegas amigos que tropecé, solícitos, me informaron que lo más seguro era una vacante como residente de anestesia, por lo poco apetecida de esta posición. Para las demás especialidades aplicaban demasiados aspirantes.
No
estaba entre mis planes esta disciplina, nunca había pensado en ella. Desde la
época de estudiante mi objetivo lo tenía puesto en pediatría.
Anécdota
con el Dr. José Ignacio Casas. En
fecha posterior, concluida la medicatura social, volví al Hospital y me
dirigí, de inmediato, a la Dirección. Me recibió, amable, el Dr. José Ignacio
Casas Santamaría (director científico) quien después de explicarle las razones
de mi visita en forma tajante me ordena:
- “Sube
a cirugía, te le presentas al Dr. Guillermo Ariza, jefe de los Anestesiólogos;
le informas que yo te mando, que tú eres el nuevo residente del Servicio de
Anestesia. Para que comiences a trabajar enseguida”. Quedé estupefacto.
Cuando
me presento al Dr. Ariza, esta arruga la cara y en tono displicente me dice:
- “Tengo primero que consultar con el Dr.
Miche, (Miguel Navarra) presidente de la Sociedad de Anestesiología del
Atlántico, para aceptarte. Todo depende de su visto bueno. El decide aquí en la
ciudad lo relacionado con la especialidad”. Quedé frío.
Retorno
a la oficina del Señor director y le comunico lo sucedido con el Doctor jefe de
Anestesia.
- ¡Qué vaina! Exclamó algo molesto. “Mañana a las 7.30 a.m. te espero en quirófanos y cuidado fallas”, me
advirtió. “Aquí en este hospital el que
mando soy yo”, agregó. Y no le fallé.
El
10 y 11 de febrero, del año en curso, se cumplieron 40 de este episodio. De mi
ingreso al viejo “Hospital de Caridad”
como lo llamaron en sus inicios, hasta no hace mucho tiempo, nuestros ancestros
barranquilleros.
“Memorial Hospital” le pusimos con cariño los jóvenes médicos de entonces. Ahora tiene el horroroso nombre de Caprecom. ¡Qué vaina! diría el Dr. Casas. Gajes de la politiquería, de los que han hecho de la salud un vil negocio.
“Memorial Hospital” le pusimos con cariño los jóvenes médicos de entonces. Ahora tiene el horroroso nombre de Caprecom. ¡Qué vaina! diría el Dr. Casas. Gajes de la politiquería, de los que han hecho de la salud un vil negocio.
Cuando
ingreso al Hospital General “la flor y
nata” de la medicina barranquillera estaba allí concentrada con la lógica
explicación de ser único centro hospitalario público de la ciudad y el mayor
de la Costa Atlántica.
El Hospital de los Andes o Unidad Programática Institucional UPI del ISS, desaparecido, fue inaugurado en 1975. El Hospital Universitario, actualmente CARI abrió sus puertas en 1979.
El Hospital de los Andes o Unidad Programática Institucional UPI del ISS, desaparecido, fue inaugurado en 1975. El Hospital Universitario, actualmente CARI abrió sus puertas en 1979.
PROFESIONALES
DE LA SALUD
Capilla del Hospital de Barranquilla Doctores, de izquierda a derecha: Hugo Medina, Teobaldo Coronado, Julio M. llinás, Efraín Kihg Rocha, Nazario Hanni. |
Trataré
de recordar la pléyade de profesionales de la salud, colegas y amigos, algunos
durmiendo ya el sueño de los justos, que constituían la lujosa nómina de la
centenaria institución, en ese momento, febrero de 1971, tan especial de mi vida, a quienes rindo
sincero homenaje de gratitud y aprecio en esta apacible evocación, así:
Director
científico: José Ignacio Casas Santamaría
Secretaria
del director: Gala Cuao Burgos
Director
administrativo: Carlos Peña Torres
Director
del Laboratorio y Banco de Sangre. Alfonso Atehortúa Gerleín.
CONSULTA
EXTERNA. Carlos
Hernández Sáenz. Jefe.
Luis Carrasquilla, Manuel Antonio Pérez Hernández, Diógenes Algarín, Daniel Rebolledo, Luis Chicre, José Freyle, Emmanuel Marthe.
Luis Carrasquilla, Manuel Antonio Pérez Hernández, Diógenes Algarín, Daniel Rebolledo, Luis Chicre, José Freyle, Emmanuel Marthe.
MEDICINA
INTERNA. Marcos
H Camargo. Jefe.
Blas Retamozo, Manuel Urina Daza, Moisés Levy, Efraín King Rocha, Fuad Muvdi, Elías Sales
Blas Retamozo, Manuel Urina Daza, Moisés Levy, Efraín King Rocha, Fuad Muvdi, Elías Sales
Residentes:
Yolanda Corzo, Carolina Samper Vásquez, Eduardo Persand Barnes, Gloria Rodado
CIRUGÍA. Humberto
Espinoza Taboada, jefe.
Nazario Fraija Larios (Jefe de urgencias), Luis Francisco
Ovalle, Fermín Zurbarán Barraza, Marcos Mendoza Romero, Nadim Said Hachem, Francisco Pérez Sánchez, Carlos Hugo Palacio, Alejandro Rosales Ucrós.
Nazario Fraija Larios (Jefe de urgencias), Luis Francisco
Ovalle, Fermín Zurbarán Barraza, Marcos Mendoza Romero, Nadim Said Hachem, Francisco Pérez Sánchez, Carlos Hugo Palacio, Alejandro Rosales Ucrós.
Residentes.
Heriberto Vargas Viloria, Alberto Saumeth Peña, Efraín Gaines Acuña, Max Peña
Ponzón.
GINECOLOGÍA
Y OBSTETRICIA. Francisco Sales Sales. Jefe de ginecología,
Rafael Algarín Mendoza, Jefe de Obstetricia,
Néstor Vásquez Macías, Julio Duva Palacio, Remberto Racedo, Julio Mario Llinás Ardila, Antonio Beltrán Galindo, Carlos Peñaranda Patiño, Luis De la Hoz Pacheco, José Rosillo Gallardo, Francisco Nieto Navia, Orlando Peinado Quintero, Leonello Marte
Néstor Vásquez Macías, Julio Duva Palacio, Remberto Racedo, Julio Mario Llinás Ardila, Antonio Beltrán Galindo, Carlos Peñaranda Patiño, Luis De la Hoz Pacheco, José Rosillo Gallardo, Francisco Nieto Navia, Orlando Peinado Quintero, Leonello Marte
Residentes:
Francisco Edna Ahumedo, Francisco Bernal Consuegra, Betty Vimos Cucalón, José
Murillo
Pediatra, Sala de maternidad. Mario Mendoza Álvarez Correa.
PATOLOGÍA.
Arturo Álvarez Hernández. Jefe,
Alfonso Chinchilla Gómez, Carmen de Zurbarán.
Alfonso Chinchilla Gómez, Carmen de Zurbarán.
ORTOPEDIA:
Pedro Muskus, jefe
Luis Felipe Marín, Miguel Rosales Martínez, Alfonso Cervantes Villarreal, Cesar Campo, Alberto Castellanos.
Luis Felipe Marín, Miguel Rosales Martínez, Alfonso Cervantes Villarreal, Cesar Campo, Alberto Castellanos.
Residente:
Francisco Albor Albor.
NEURO
CIRUGÍA: Jorge Malkun. Jefe,
David Dancur Baldovino, Carlos López Pinto.
David Dancur Baldovino, Carlos López Pinto.
CIRUGÍA
PLÁSTICA: Rafael Caballero Marín, jefe.
Carlos Julio Jaraba, Reinaldo Gómez Ahumada.
Carlos Julio Jaraba, Reinaldo Gómez Ahumada.
OFTALMOLOGÍA:
Víctor Cabarcas Puello. Jefe
Milcíades Osorio, Edilberto De la Cruz.
Milcíades Osorio, Edilberto De la Cruz.
ESTOMATOLOGÍA: Oswaldo
Sánchez, jefe,
Enrique Llanos Munive, Antonio Casale Sierra, Coltón Rosales
Llanos.
ANESTESIÓLOGIA. Guillermo
Ariza Donado (jefe),
Enrique Asmar Orozco, Rodolfo Ortiz Páez, Francisco
Miranda Arroyo, Eduardo Carballo Ghisays.
Residente.
Teobaldo Coronado Hurtado.
RADIOLOGÍA. Amiro
Tamara Merlano, jefe,
Efraín Coronado Barraza, David Salazar.
ONCOLOGÍA.
Marco
Lujan, Marco González.
NEUMOLOGÍA.
Armando Castro Matallana.
UROLOGÍA.
Luis Abuchaibe Abuchaibe, Marcos Molinares, Ernesto Latorre.
Residente:
Roque Salas Palmera.
PSIQUIATRÍA.
Antonio Reales Orozco.
OTORRINOLARINGOLOGÍA:
Filadelfo Carreño.
CITOLOGÍA.
Gloria Jubiz.
MÉDICOS
INTERNOS
José
Cervantes Fonseca, Ricardo Figueroa, Humberto Rosanía Vitola, Santiago De la
Hoz Cantillo, Nelson Zúñiga Ruales, Iveth Kessie, Julio Lora, Miguel Gómez,
Orlando Navarro, Benjamín Pérez, Abimael Pérez, Jorge Gómez, Ángel Ceballos,
Enrique Hannaberg, Camilo Uribe, Jaime Mercado, Fernando Castrillón, Tulio
Juárez, Delfín Peñaloza
Médicos
residentes (así fueron nombrados) con título, ya, de especialistas: Francisco
Edna, Betty Vimos, Efraín Gaines y José Murillo.
Años
después al carecer el Hospital de Barranquilla reconocimiento académico
universitario a los residentes se les consideraba "médicos de planta".
La
idea de una facultad de medicina. Es bueno anotar que estudiantes
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena realizaban prácticas
hospitalarias en convenio que el Dr. Marcos H Camargo coordinaba en compañía
del Dr. Manuel Urina. Al respecto el Dr. Julio Mario Llinás afirma que: “A fines de la década de los 60, en el siglo
XX, se hizo un convenio con la Universidad de Cartagena para desarrollar en el
hospital las cátedras de medicina Interna, cirugía y el Internado rotatorio.
Tuve la oportunidad de participar como docente (Instructor 1) en el
departamento de ginecología y obstetricia a nivel del internado durante 3 años.
Lamentablemente el convenio con la Universidad de Cartagena se suspendió cuando
en la ciudad se fundó la Facultad de Medicina de la Universidad Libre que
empezó a funcionar en las instalaciones del centro hospitalario”. [1]
Existía inquietud en la ciudad de crear una facultad de medicina de iniciativa estatal,
dependiente de la Universidad del Atlántico; ante la desidia de los gobernantes
de la ciudad y del departamento esta idea logro cristalizar gracias al apoyo
proporcionado por las directivas de la Universidad Libre, al grupo de médicos
comprometidos en este empeño, en su mayoría vinculados al Hospital General en
la parte asistencial y a la Universidad de Cartagena por el convenio docente
existente. “Un conjunto de médicos
reunidos en enero de 1973 consolidan un equipo que conforma la Comisión Máxima
organizadora de la Universidad Libre Seccional Atlántico, compuesta por los
doctores Arturo Álvarez, Francisco Sales, Antonio Lozada, Manuel Urina, Julio
Mario Llinás y otros cristaliza en Julio
de 1974, con la fundación de la primera facultad de medicina de Barranquilla
…En el mismo año de 1974 surge el Programa de Medicina de la División Ciencias
de la Salud de la Universidad del Norte, creado el 14 de Septiembre de 1974”[2].
DEPARTAMENTO
DE ENFERMERÍA
El
servicio de enfermería del Hospital General de Barranquilla estaba a cargo de
la comunidad religiosa de las Hermanas Dominicas de la Presentación. Conformado
entre otras por:
Hermana
Rosa Luisa. Jefe Departamento de Enfermería
Hermana
María Benilda. Sala Pumarejo (Ginecología) y San Juan Bosco (Urología)
Hermana
Benilda de la Santísima Trinidad. (Quirófanos)
Hermana
Amalia. Sala Fátima (Ortopedia)
Hermana
Abel. Sala El Carmen (Hospitalización Medicina interna)
Hermana
Rita. Sala Putnam Tanco (mujeres) y Sala San Carlos (Hombres). Salas de
Hospitalización de los pacientes quirúrgicos
Hermana
Ana Ruby. Urgencias
Hermana
Rosa Antonia. Capilla
Enfermera
Gladys Vela de Morales. Sala Ponce y Sagrado Corazón (Pensionados o privados)
Enfermera Ana Yepes. Quirófanos
ÁREA
QUIRÚRGICA
Adelante: Carlos Barrera, Marcos Llinás, Teobaldo Coronado, Jose Leon, Antonio Mendoza Detrás: Jusús Godoy, Efraóin Gaines, Efraín King, Pedro Pallares, María Ortíz, Habib Santiago, Agustín Guerrero |
En
funcionamiento existían 6 quirófanos y la sala de recuperación con 4 camas. No
había UCI.
Quirófanos
Sala
1. Ginecología
Sala
2. Cirugía general y Urología
Sala
3. Cirugía general y cirugía plástica
Sala
4. Ortopedia y neurocirugía
Sala
5. Órganos de los sentidos.
Sala
6. Para pacientes sépticos
Por
la mañana se intervenían pacientes llamados “del servicio o de caridad”. En la tarde los privados o particulares
de las salas Ponce (Media pensión) y Sagrado Corazón (Pensión entera). Mayor parte de pacientes privados eran subsidiados por entidades del Estado:
Cajas de Previsión Nacional, Departamental y Municipal. Se atendían, además, enfermos de la Policía Nacional.
Práctica
anestesiológica. En el primer año de residencia me correspondía, de
turno, durante la noche y fines de semana, realizar autopsias de carácter
médico legal y pasar revista a las salas El Carmen y San Carlos de Medicina
Interna.
“El
Memorial Hospital” funcionaba más que todo como un Hospital de guerra. El
volumen de cirugías de urgencia superaba las programadas que con frecuencia se
suspendían por este motivo.
Un
tensiómetro y un fonendoscopio, casi siempre en mal estado, conformaban el
equipo de monitoreo. Observación clínica
a través de: toma de pulsos, auscultación de ruidos cardiácos y respiratorios
mediante un fonendoscopio de localización precordial o un fonendoscopio
esofágico que confeccionábamos en forma rudimentaria con un dedo de guante o un
tubo de drenaje Penrose, contracción o dilatación pupilar, coloración de la
sangre y de la piel, y eliminación urinaria constituían soporte clínico para
la vigilancia del paciente.
La
necesidad nos convirtió a los residentes en expertos haciendo
traqueostomías y veno disecciones de basílica, cefálica y safenas en pacientes
críticos o de difícil acceso venoso ante la no existencia de catéteres, sondas
y otros elementos hoy en moda. La larga manguera del equipo de venoclisis era
el catéter que introducíamos por las venas, en particular, a aquellos pacientes
con shock hipovolémico; que hacíamos llegar hasta la aurícula derecha para
medición de presión venosa central.
Práctica
quirúrgica, En tiempos donde parámetro valioso para medir la
calidad de un cirujano se estimaba por el tamaño de la incisión “Cirujano
grande incisión grande”, muchas intervenciones programadas se tornaban
interminables con el ingrediente, por otra parte, del criterio mutilante que
predominaba en la práctica quirúrgica de la época. En contraposición al actual
concepto de “Cirugía mínima invasiva”.
De
otro lado por la carencia del bisturí eléctrico, y de electrocoagulación la
hemostasia se ejecutaba mediante dispendiosa ligadura de vasos sanguíneos con
catgut simple o seda.
Procedimientos
ya obsoletos para cirugía de cáncer, por ejemplo: Mastectomías radicales con
vaciamiento ganglionar de la cadena axilar. Laringectomía total acompañada da
vaciamiento ganglionar de la región del cuello, denominada “Operación
Comando”. Extirpación de tumores en
la lengua o en el paladar iban acompañadas de mandibulectomía con eliminación
ganglionar cervical bilateral. Pancreatoduodenoctomía (Operación de Wipple)
para el cáncer de páncreas. Whertheim se denominaba una técnica utilizada para
cáncer del útero con vaciamiento ganglionar de las hipogástricas son operaciones,
recuerdo, realizábamos en jornadas agotadoras de todo un día desde la 7 am hasta bien entrada la noche por la falta de UCI para recuperar
los pacientes.
FÁRMACOS
UTILIZADOS EN TÉCNICAS DE ANESTESIA
BARBITURICOS:
Secobarbital (seconal), Fenobarbital (gardenal), Tiopental sódico (pentotal).
FENOTIAZINAS:
prometazina (Fenergan), clorpromazina (Largactil), Trifluoperazina (Stelazine),
Triflupromazina (Siquil).
BENZODIACEPINAS:
Diazepam (Valium), Clordiazepoxido (Librium), Nitrazepam (Mogadon).
BUTIROFENONAS.
Droperidol, Dehidrobenzoperidol.
OTROS
TRANQUILIZANTES. Hidrato de cloral (Noctec), Hidroxicina (Hiderax).
ANALGESICOS
NARCOTICOS: Morfina, Dehidromorfinona (Dilaudid), Meperidina (Demerol),
Fentanyl, Talamonal (Fentanyl+Dehidrobenzoperidol).
ANTICOLINERGICOS:
Atropina,
ANESTÉSICOS
ENDOVENOSOS: Ketamina (Ketalar)
RELAJANTES
MUSCULARES. Tubocurare (Tucurin), Succinilcolina (Quelicin, Rubilexin).
ANESTÉSICOS
LOCALES. Lidocaína (Xilocaina) y
Prilocaina (Citanest).
MEDICAMENTOS
VASOACTIVOS: Adrenalina, Noretilepinefrina (Effortil), Efedrina, metaraminol
(Aramine), Noradrenalina (Levofed).
ANESTÉSICOS
INHALATORIOS. Éter, metoxifluorane, Ciclopropano, Óxido nitroso.
MÁQUINAS
DE ANESTESIA. Marcas Foregger,
Heidbruink, Mckesson (María Palito le decíamos por su forma) según el tipo de
fluxómetro.
SONDAS
BUCOTRAQUEALES; Las cánulas oro faríngeas (Guedel) y tubos endotraqueales
(según escala de Charriere) estaban fabricados con goma látex de color rojo
ladrillo los tubos y de color negro las cánulas. Reutilizables se lavaban y
esterilizaban para volverlos a usar.
ANESTESIA
GENERAL. En las técnicas de anestesia
general predominaba la inhalatoria siendo el éter y el ciclo propano los más
utilizados, ambos de carácter inflamable y grandes provocadores de
vómitos. El ciclo propano con reversión más rápida que el éter.
Con
el Doctor Eduardo Carballo me inicie en el uso de la anestesia intravenosa, hoy en boga, en especial, la técnica de neuro analgesia (Óxido nitroso, Talamonal, relajantes)
ANESTESIA
REGIONAL. La anestesia regional estaba circunscrita a la anestesia raquídea con
soluciones hiperbáricas de lidocaína 5% y prilocaina 5%.
La
aguja más fina que teníamos para su aplicación era la de Quincke calibre 22.
Con estupor recuerdo que llegue a utilizar hasta calibre 19 y 20. Es de suponer
la alta incidencia de cefalea postpunción espinal que manejábamos y que resolvíamos
con la aplicación del “parche sanguíneo”. También, teníamos que resolver cefaleas
provocadas por los radiólogos en estudios mielo gráficos utilizando la vía
espinal.
El
bloqueo del plexo braquial lo hacíamos por vía
supraclavicular e interescalénica, buscando zonas de parestesia; ni siquiera teníamos neuroestimulador.
Inconvenientes
que considero, entre muchos, superado durante estos cuarenta años de mi
experiencia anestésica son:
1. El vómito.
Me atrevería a afirmar que el 90% de los pacientes presentaban este peligroso
síntoma en el postoperatorio.
2. Las secreciones.
Por lo abundante los pacientes que recibían anestesia general, con éter en particular,
había que protegerlos de rutina con anticolinérgicos en la pre medicación para
disminuirlas.
3. Tiempo quirúrgico. La
electrocoagulación y el bisturí eléctrico
han mermado considerablemente el tiempo quirúrgico y el sangrado. Lo que
redunda en menos intoxicación anestésica tanto para el paciente como para el
equipo quirúrgico y reducción de los costos.
4. La recuperación
postoperatoria. Muestra una diferencia abismal si la comparamos con
la prontitud de la actual debida a las técnicas vigentes y nuevos fármacos endovenosos. Factor
definitivo en el auge sorprendente de la cirugía ambulatoria.
5. Control del dolor postoperatorio ha
superado con creces el malestar más temido de una intervención. Reducido en los
años 70 a la utilización de la meperidina y morfina con sus graves efectos colaterales;
entre otros el mismo vomito.
SINOPSIS
HISTÓRICA
Se
cumplen, en este año de gracia del 2011, el 140 aniversario de creación del Hospital General de
Barranquilla por virtud de ley del Estado soberano de Bolívar de Octubre 5 de
1871.
“Como
consecuencia de una epidemia llamada “El tabardillo” que azotó la ciudad por el
año de 1869 los barranquilleros de la Arenosa comenzaron a preocuparse por tener
un sitio donde atender adecuadamente a sus enfermos y fue así que una ordenanza
de la Asamblea del Estado soberano de Bolívar crea jurídicamente nuestro
hospital…solo hasta 1876 comenzó a funcionar con la llegada de la comunidad de
las hermanas de la Presentación”. [3]
Fue
el Dr. Julián Ponce, presidente de la primera Junta directiva y Director del Hospital el abanderado de hacer
realidad esta ordenanza. En 1872 consiguió una casa en la calle San Juan con
progreso (carrera), donde instaló inicialmente 4 camas, que la gente puso el
nombre de “La choza”. Su entusiasmo por la causa hospitalaria lo llevó a
comprar un lote de terreno, en el mismo sitio en donde hoy se encuentra, calle
33 entre carreras 33 y 34, por un valor de $400.
Cinco
años duró la construcción con un costo inicial de $4.000 dirigida por el
arquitecto Juan Vergara.
Para
su inauguración, 1876, el Dr. Ponce consiguió la colaboración de las Hermanas
Dominicas de La Presentación de la Santísima Virgen de Tours, procedentes de Francia,
que habían impulsado con éxito la organización del Hospital San Juan de Dios en
Bogotá.
Su
venida a Barranquilla no fue algo fácil. Por su filiación al partido liberal el
Obispo de Cartagena Bernardo Medina colocó trabas al Dr. Ponce para la venida
de las monjas. El Dr. Ponce puso, entonces, en conocimiento del arzobispo de
Bogotá Monseñor Vicente Arbeláez la situación quien corto ni perezoso tiró la pelota a la Santa sede. El papa
reinante Pio XI con una jugada político religioso sagaz desligó a Barranquilla
de la Diócesis de Cartagena y la adhirió a la Diócesis de Santa Marta. El
obispo de la ciudad de Bastidas monseñor José Romero, sin vacilaciones,
solicitó a la Superiora general en Francia de las Hermanas de la Presentación
Madre Du Calveire él envió de su comunidad al Hospital de Barranquilla.
El
sueño del Dr. Ponce al fin se cumplió con la llegada a la ciudad, por el puerto
de Sabanilla, de la Madre superiora Marie Saint Víctor, el 19 de Febrero de
1876, con 4 religiosas más. El día
siguiente, 20 de febrero, el Hospital General abría sus puertas a la gente
después de una solemne ceremonia de inauguración.
“Este proceso se acentuó bajo el patriarcado del
reverendo padre Carlos Valiente, quien lo asistió con su santidad, su tenacidad
y capacidad administrativa…Sus primeras visitas eran a las casas de las
matronas de la ciudad para decirles que el Hospital se levantaba sin desayuno
para sus pobres. Y así obtenía lo necesario, aun con largueza, en especie y
recursos que traía al hospital de 7 a 8 de la mañana…Bueno es recordar que fue
hospital de sangre en la guerra de los mil días”.[4]
En
1879 Sor Laurence de la misma comunidad de las Hermanas Dominicas funda La
Escuela de La Presentación, ubicada en la calle 33 frente al Hospital General
de Barranquilla. Institución educativa para las niñas pobres del sector. En la
actualidad funciona con el nombre de INSTITUCIÓN EDUCATIVA DISTRITAL LA PRESENTACIÓN. La
comunidad religiosa ha facilitado el local en total gratuidad al Distrito de
Barranquilla.
Bajo
resolución No 11 del 2 de febrero de 1941, del Ministerio de Trabajo, Higiene y Previsión
Social, se oficializó el primer estatuto
del Hospital de Barranquilla y se conforma su Junta directiva integrada por: Un
representante de la junta de beneficencia, un representante del gobierno
nacional, un representante del gobierno departamental y un representante del
concejo municipal. Se nombra presidente al Doctor Arturo Ponce Rojas.
De
1964 hasta 1979 la junta estuvo integrada por un representante del gobernador
quien la preside, un representante del ministerio de salud, del alcalde de
Barranquilla, del jefe de los servicios de salud del Atlántico, de la
beneficencia, de la arquidiócesis; un representante de la comunidad, el
director y el administrador.
De
Hospital General a Hospital Regional. En 1979 con la inauguración del
Hospital Universitario, el Hospital de Barranquilla se convierte de general en
regional al integrarse al Sistema Nacional de Salud; esto trajo como
consecuencia, dos años después, la mayor crisis del Hospital General en su
historia. Al respecto en nota titulada “Salvemos el viejo Hospital” el diario
el Heraldo publicó con fecha marzo 10 de 1981 mis inquietudes al respecto:
“Con la apertura del Hospital Universitario
y dentro de las normas trazadas en el plan nacional de salud el Hospital
general quedó clasificado como regional con un nivel inferior al primero, en lo
que podríamos llamar un centro materno Infantil, agregándole el servicio de
Cirugía general.
Las catalogadas como súper especialidades quedarían
localizadas en el nuevo hospital, de allí que: Órganos de los sentidos,
neurocirugía, cirugía plástica, ortopedia, urología y algunas ramas paramédicas
hayan sido canceladas en el claustro que impulsara el Padre Valiente…Se desmembra
el Hospital General cuando el Universitario por razones presupuestales no puede
cubrir su capacidad y mucho menos suplir las deficiencias de este. El hecho
real que debe llenarnos de alarma y profunda preocupación es que Barranquilla y
la costa necesitan con urgencia los dos hospitales y completos; el
universitario tal como ha sido proyectado y el ahora regional en la forma como
vino funcionando hasta hace dos años con las indispensables reformas que les
permitan acoplarse a los adelantos de la medicina actual. Se hace necesario
impulsar los dos centros de salud para cubrir el déficit de camas que tenemos
por un lado y de otra parte para abrir fuentes de ocupación a las generaciones
nuevas de médicos que se forman en las Facultades de Medicina locales”.[5]
Presidente
Cuerpo Médico del Hospital. En condición de presidente del Cuerpo Médico del
Hospital General, me tocó ser abanderado de esta lucha por la supervivencia del
Memorial Hospital que nos llevaría a un paro de actividades, a mediados de 1983,
en apoyo al movimiento que, en igual forma, se llevaba a cabo en el Hospital
Universitario y por cuya causa fue expulsado
de este centro el Doctor Oscar Páez, vicepresidente de Asmedas y otros colegas
más.
La
tarea reivindicatoria del Hospital iniciada en los comienzos de los 80 no fue
estéril y fue así como bajo el auspicio del gobernador Edgardo Sales y la
dirección de Carlos Hernández Sáenz se dio la gran transformación del viejo
hospital por uno nuevo que culminaría en 1990 con la remodelación de su
centenaria belleza arquitectónica. “Recorrer
los pasillos y pabellones del remodelado caserón me produce asombro, parece que
soñara bajo sus alerones, es algo increíble. Queda uno perplejo y admirado
acostumbrado a deambular durante tantos años entre el descuido y la miseria. No
sé si exagero, pero, con toda sinceridad puedo decir que en mi imaginación no
tenía cabida tanta maravilla…En realidad la reestructuración total no ha
terminado ni va a concluir en estos días próximos. A la reconstrucción de la
planta física debe seguir, como es de suponer, la adecuada dotación de sus
instalaciones. Condición imprescindible para que el esfuerzo realizado no vaya
a quedar como una obra inconclusa más”. [6]
Mi
salida del Hospital general. La constitución política de 1991 y después la ley 100 de 1993 provocaron mi salida del Viejo hospital, en el mes de Julio
de 1994, ante la alternativa de escoger entre este y el Hospital del ISS. Las
disposiciones legales señaladas no permitían la doble vinculación estatal y
opté por seguir en el Hospital de los Andes, después de una labor
ininterrumpida de 23 años: dos años como residente y 21 como anestesiólogo. En
1973 había sido nombrado como especialista por el Doctor Fermín Zurbarán
Barraza.
Al
celebrar 40 años de mi vinculación al Hospital General lo hago con la viva
emoción que me produce saber cómo allí, en este recinto, templo sagrado de la medicina barranquillera, se gestó, mi orgullosa carrera médica desde
las variadas perspectivas que es dable considerar. Me siento colmado,
muy engreído de la hoja de vida que hoy en día, al final de mi jornada profesional,
puedo mostrar. Gracias es justo reconocerlo a esta benemérita institución. Alabado sea Dios. Aleluya.
Barranquilla
abril 15 de 2011
Crónica tomada de mi libro "La Hora del Sosiego", 2011, p. 39-54.
[1] LlinÁs Julio Mario, Kamach,
Ediciones Prometeo, Barranquilla , 2010, p. 70
[2] Solano A Jairo, Notas para una historia de la educación
médica en Barranquilla y Cartagena.
www.unisimonbolivar.edu.co/revistas/aplicaciones/doc/80.doc
[3] Rodríguez M María, Crónicas
hospitalarias, año III, No 52, Barranquilla febrero Marzo de 1983.p. 4
[4] Sarta Benjamín, El Hospital de
Barranquilla. Tomado del HERALDO agosto11 de 1981, p. 3
[5] Coronado Hurtado T, Salvemos
el Viejo hospital. Tomado del Heraldo, Barranquilla marzo 10 de 1981, p.2
[6] Coronado Hurtado T, Salve oh viejo Hospital, Crónicas ético médicas,
Antillas, Barranquilla, 2003, p.41
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