SIEMPRE MÉDICOS. No. 117.
SIEMPRE MÉDICOS
DOCTOR JOSÉ FELIX PATIÑO RESTREPO. 1927. SUMO SACERDOTE DE LA MEDICINA EN COLOMBIA |
La palabra EX. Definición. La
palabra ex puede ser un prefijo (normalmente unido a la palabra a la que
afecta) y un sustantivo con el significado de ‘excónyuge o expareja’, por
ejemplo.
El
prefijo ex del latín ex ("de, fuera de"). se antepone a sustantivos o
adjetivos referidos al cargo que ocupa una persona para denotar que ha dejado de ser lo que el sustantivo o el adjetivo indican. Que ha finalizado el estado al que hace referencia.
En su
sentido general latino, ex- es ‘salida del interior de un objeto’ (en oposición
a in-, que significa ‘entrada en alguna cosa’), ‘de’, ‘fuera de’, pudiendo ser punto de partida del movimiento hacia arriba o abajo, hacia adelante o
atrás, en la misma línea.[i]
Exmédico. “Felicidades
a los exanestesiólogos …Dr. Teo”. Fue
mensaje que recibí el pasado 16 de octubre, Día Mundial del Anestesiólogo.
Rebotó, por su ligereza, este cumplido contra mi vanidad, no tanto de
anestesiólogo, como de médico, de médico anestesiólogo. Condición inexpugnable
que aspiro ostentar, con decoro, así ha sido a lo largo de cincuenta años de ejercicio
profesional, hasta el último día de mi vida.
De
acuerdo con la Real Academia de la Lengua en actividades u oficios la aplicación del prefijo “Ex” señala o define
lo que una persona fue en el cargo que ocupó. Un médico, ingeniero, abogado,
arquitecto o economista, para señalar algunas disciplinas, no pierde su
investidura profesional, si por circunstancias obligantes deja de ejercerla,
es decir, practicarla. Ocurre a los pensionados. Seria, algo así, como si el alma de los
cultores de estas profesiones muriera para, entonces, signarlos con el
tremebundo apelativo de exmédicos, exingenieros, exabogados, exarquitectos o
execonomistas. Cosa distinta que, por una relación laboral o administrativa,
pasen a denominarse exfuncionario, extrabajador, exdocente, exdecano,
exdirector, exministro y hasta expresidente. Seguirán siendo lo que han sido
desde que fueron consagrados o se consagraron, como tales, por mandato de la ley,
al desempeño de una profesión.
En el campo de la medicina es irreverente con la
dignidad profesional tratarlos, al abandonar su actividad, llegada la hora
obligada del retiro de excirujano, expediatra, exortopedista, exginecólogo
etc.
Sacerdocio
médico. Los médicos, en particular, estamos modelados
con cierto carácter, con una personalidad que trasciende lo estricto biológico
de la naturaleza humana en el servicio de salud que prestamos. De allí la
designación de psicosomática a la relación médico paciente.
El
valor sagrado de la vida de los otros, en la que nos hemos comprometido a su
cuidado, bajo juramento, da al quehacer asistencial, dimensión,
igualmente, sagrada, es un sacerdocio. En los Consejos de Esculapio[ii]
a su hijo así lo hemos aprendido:
“No
cuentes con que este oficio penoso te haga rico. Te lo he dicho: Es un
sacerdocio y no sería decente que produjera ganancias como las que saca un
aceitero o el que vende lana”.
Digamos
que este carácter, a la postre sacerdotal, impreso en nuestro espíritu, que
llamamos vocación, es indeleble. La vocación cualifica, determina, nos
configura para ser médicos todos los benditos días de nuestra existencia.
La
vocación, entendida como un llamado al servicio de los enfermos, se nutre de la
caridad, en la entrega generosa por los que sufren.
Excepcional,
la figura del médico que llega a titularse, sin auténtica vocación hipocrática. En sus acciones puede llegar a distorsionar la real dimensión ética a que está llamado en el ejercicio profesional.
Casos se ven.
Competencia
profesional. Saber conocer, Saber hacer, Saber ser, Saber
convivir, son cuatro pilares que la pedagogía propone en ecuación denominada
“Aprendizaje por Desarrollo de Competencias”.[iii]
Que fundamenta el proceso formativo e instructivo en escuelas y
universidades.
El
profesional de la medicina, privado de sus habilidades y destrezas, “saber
hacer”, conserva, mientras tenga fuerzas y salud, los otros tres pilares
que alinearon su estructura académica y profesional, así:
a. Conocimientos,
saber conocer,
b. Virtuosidad
en el comportamiento, saber ser,
c. Animo
imperturbable (equanimitas) saber convivir.
Esta dinámica explica el porqué los especialistas clínicos tienen mayor supervivencia laboral que los especialistas quirúrgicos.
Esta dinámica explica el porqué los especialistas clínicos tienen mayor supervivencia laboral que los especialistas quirúrgicos.
Curtido,
de esta forma, por una sabiduría y una experiencia invaluables alcanza el
culmen de su carrera; no siempre aprovechada por instituciones y el Estado
mismo, en nuestro país. Lo que no sucede en otras latitudes donde la blanca testa del anciano maestro es en suma estimada.
Los
médicos que hemos culminado nuestra tarea, llegado a la edad del jubileo,
no tenemos por qué renunciar a seguir siendo inquietos estudiantes animados por
el mismo espíritu, de curiosidad científica, que alimentó nuestro entusiasta
recorrido por la medicina cuando estábamos activos. Siempre médicos.
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