SOLEDAD Y SILENCIO. . No. 134.
“Qué estás pensando” de entrada te interroga el Facebook cuando penetras en su multifacética página. Confieso que, en ocasiones, esta pregunta ha sido motivación efectiva para escribir sobre algo, que en su momento me llama la atención, para Teomedicadas. Hoy 28 de marzo, después de diez días de “tener casa por cárcel”, sin haber cometido ningún delito, la consabida pregunta ha sido quisquillosa desde que me levanté; porque, soy honesto, me cuesta bastante trabajo expresar lo que estoy sintiendo, resultado de este forzoso confinamiento. Tras el llamado “Respeto humano”, en que te da vergüenza comunicar lo tuyo. Cierto es, una tristeza íntima me embarga, romántico como soy y de los de antes. No se nota, no es aparente, por mi modo de ser extrovertido, jacarandoso. Mortificante la pesadumbre, a lo mejor todos, en una forma u otra, la padecemos, por el obligado encerramiento, de estos días que nos priva de gozarnos la sabrosura de vivir la vida. En mi rutina diari