DE UN BARRANQUILLERO PARA CHUCHO. CARTA. No. 136.
Señor de los Milagros. Iglesia del Perpetuo Socorro, Barranquilla - Colombia |
Hola, viejo Chucho
Huy, No me lo vas a creer; he estado tirándole bastante coco a la
vuelta, acojonao como estoy, para parlar contigo.
¡Eche loco! te escribo, ajá, con el cucharón en la mano,
aculillao. ¡Cógetela! la necesidad tiene
“cara e perro”. La gente anda caída de voltaje, yo también, tengo una
pingarria con el tal rollo de la pandemia.
Imagino, tú que te las sabes toditas, estás al tanto de la jugada.
Nojoda tronco e huesera la que estamos mamando, “El Niágara en bicicleta”,
diría Marcos Pérez Caicedo, con la enterrada “barro” de la cuarentena,
aislamiento o distanciamiento social. “Averígüelo Vargas” cuando carajo
finiquitará.
¡Erda cuadro! perdona, te coja a cuello corto, pero, tienes que
hacer alguna vaina, por el turulato coge coge que hay, en el globo terráqueo,
con el vergajo despiporre de nuestra mater naturaleza. Nadie se salva de lo esgualetá
en que se encuentran las mamonúas maravillas, que, de chévere, nos regalaste:
cielos, océanos, ríos, selvas, montañas, fauna, flora y la misma vida nuestra.
Mandriles que mandan la parada, en toda la bolita el mundo, los
gobernantes, la han embarrado, con sus tumbes, hasta decir no más. No aguanta,
se pasaron de piña, llevándose a la people y cuanto nos rodea, por delante, pa
ellos estaa en la ricura, bailando guaracha, con el billo que tienen encaletáo;
a costilla del pobre pueblo que ¡nojoda! ni pa los tres golpes tiene.
Vaina barro que el homo sapiens, por ti creado, desde hace
rato se creyó, sobrao, papito Dios. Pasado de maracas, fapto y charúa, se ganó full
trofeo, pa que respete. De chanfle se le vino el cara garabato del coronavirus
que, pareciera no matara un mosquito y, sin agüero, le ha caminao, a Raimundo y
todo el mundo.
¡Erda Compa! tú, único dueño de la batuta terrenal, toca el mango
pasmao de la jailai, de los que tienen la tula llena. ¡Eche! que se bajen del bus, maduren, ablanden y
resuelvan, sí resuelvan él te vi llegar de los que están en la olla. ¡Ombe! que
les den un buen camello pa conseguí el billullo del bitute diario y quien quita
¿porque no? su “media agüita” y su
carcachita.
Te pido chuchito, my brother, de legal, pares bola a la
patota de médicos, enfermeras, camilleros, y toda la gallada saniteycer que,
rompiéndose el cuero en hospitales y clínicas, miran a ver cómo dan viaje,
sacan del paseo a la pichurrita esa, al machucho covid 19, que no las tiene
aentro…máaas. Ilumínales el tarro, evita se la embarren y el boleo madre que
les ha tocao resulte monocuco. No bajen la guardia, le metan perrenque y manden
a la porra al pesado virus ese, que nos tiene jodidos.
Seguro, esta joda, la encaná
en las cuatro paredes de la house, , zafa contigo, tú, nada que ver. Mete, de bacán, la manopla, muñeca e burro,
que te mandas y dale materire, ya, a ese chicharrón pelúo. ¡Que enyarde!
¡Fresco viejo men! de ahora
pa alante el mundo, coleto como está, tiene que ponerse pilas; fuera de
guachafita y perrateo ¡marica el ultimo!
susto mamonuo nos estamos llevando. La garnatá, el mamonazo coronaviral,
tiene que poner a tu llavería y a los que no lo son, en la onda cheverísima de “ámense
los unos a los otros como yo os he amado”. El que no coja la lección, eprie…
que se lo lleve pindanga.
Cuando voy a tu sacrosanto templo me he pillao cantidad de jevas
vicarionas, en trance, enchufadas, en voz baja, decirte: “Jesús y Dios mío,
tú eres mi fortaleza, contigo nadie podrá contra mí, librános de las acechanzas
del mal, sácanos adelante”. Nojuegue, me han dejado, bartolo, pensando en
ti; con ganas, de mandarte la misma carretilla. ¡Apue! recíbemela, yo nunca he tenido un cruce
barriento contigo, siempre firme, llave que somos.
Has sido mi pana y, nojoooda cuadro, ahora te volteo a ve como
nunca. ¡Hey sabes una vaina! la moñona de gracias que sueltes, de una, caerá
como un alivio del carajo en curramba la bella, Colombia, mi patria querida, y
la pelotica entera del cosmos.
Espero, oculi mondi veri, con los binóculos mirando bien a
lo alto, en donde tú la coges con suavena y su pitillo, nos saques, de rapidez,
de esta penitencia tramojua.
Choca esos cinco. De arrancada mándate tu santa bendición. ¡Tú
sabes! Ahí te la dejo viejo chucho. Nos pillamos.
PD. VOCABULARIO EN:
El nuevo Diccionario Costeño
Teobaldo Coronado Hurtado
Barranquilla abril 10 de 2020
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