DENDE- TEO Y SILVANA


DENDE- TEO Y SILVANA

Escrito por Silvana Ruiz Arana

Edición. Teobaldo Coronado Hurtado

Dendé, Silvana y Teo

Soy una de las muy pocas afortunadas personas en decir que tiene 6 abuelas; Una, del lado de mi papá y cinco, del lado de mamá (incluyendo a Mami Tule).

¿Cómo es posible tener 5 abuelas de un lado?

Simple, todas siempre me quisieron (y quieren) como su nieta. Con la gran ventaja de ser la primera bisnieta; Tuli, Ive, Ceno, Dende y Mami Tule me han apechichado hasta el cansancio, y hoy en día puedo seguir diciendo lo mismo.

Silvana Ruiz Arana

Al ser yo, la primera “nieta” de Dende y Teo, éramos los 3 para todo lado. Tengo el vívido recuerdo de regar con Dende las flores de su jardín, de sentarme en el cuarto amarillo a coser con ella, en el cuarto rosado me regalaba todos los borradores que coleccionaba Reggie, en el cuarto de Juan me acostaba con ella a ver las estrellas, en el cuarto de Dende y Teo siempre me colocaba sus pulseras, en el jardín interior la ayudaba a darle la comida a Jambo(el perro dálmata), en las tardes sacábamos a los pajaritos, y mientras ella estaba en la cocina consintiéndome con su deliciosa comida, al llamarme a comer, siempre me encontraba con Teo en su biblioteca, bailando, leyendo, escribiendo o simplemente el Teo y yo con mis ocurrencias, a lo cual ella siempre se sumaba y terminábamos los tres en risas interminables. 

 

II

 

Me acuerdo cuándo en las tardes íbamos a la Casa Rosada y demás lugares que frecuentaba, y siempre me presentó como su nieta. Llevaban a visitar a Silvana Helena en su tumba, en los Jardines de la Eternidad, y rezar con Dende. Si bien, me gusta mi nombre, pues no conozco a nadie con el mismo, encanta más su historia, mi mamá me lo puso en honor a Silvana Helena, pues mi mamá la muñequeo bastante. Es en estos momentos en que me parece tan increíble tener el mismo primer nombre que su hija menor, el ángel de la guarda de Dende y Teo. 

Los meses en los que Juan visitaba eran bailes y coreografías en la sala, Teo a cargo de la música, Juan y yo bailando, y Dende en la mecedora admirando.

Otra ventaja es que fui creciendo y mis papás decidieron mudarse a Barranquilla, gracias a esto, ella iba cada vez que podía a mis presentaciones en el colegio, me compraba los disfraces de carnaval y acompañaba a los shows de navidad, todas mis amigas y profesoras ya la reconocían.

Tenía 7 años cuando nació mi hermana Catalina, la segunda de los bisnietos. Con esa personalidad y gustos tan arrolladores de Cata, Dende siempre le tenía pulseras, pintalabios, collares, anillos, tacones; pero cuando no tenía, Cata iba al closet de Dende y salía por el pasillo vestida como Dende.

 

III

 

Fueron casi 11 años, en los que los tuve a ellos para mí. Pues, tengo que ser sincera, al enterarme de que venía Diego en camino, la felicidad fue inmensa porque venían más primos a engrosar la familia, y mi orgullo ha sido ese, decir que tengo una familia muy grande y unida, ya que ese siempre fue lo que yo veía en la generación de mi mamá. Sin embargo, pensé que todo cambiaría, pues ya nacía su primer nieto oficial y se fueron a Estados Unidos a conocerlo. Pero yo estaba completamente equivocada. Tan equivocada estaba que en el 2013 me llevaron con Ive a Estados Unidos a conocer a Diego (quién terminó siendo mi ahijado). Fueron las mejores vacaciones, recorrimos todos los rincones de California con Dende, Teo, Reggie, Waldo, Diegui, Ive, Juan y yo. Tanto recordamos esas vacaciones, que semanas antes de ella fallecer, me mandó esas fotos. Que bendición tener esos momentos inmortalizados.

Años después, Dende y Teo se mudaron al Novu y los Ruiz Arana nos mudamos a 2 cuadras de ellos, en el Brizzo. Si antes pasábamos juntos, ahora mucho más. Todos los domingos sin falta, después de misa era frozomalt y cerveza obligatoria, no terminábamos de pasar la puerta cuando Teo decía “¿Chago qué, una cervecita?” Y Dende se sentaba en la mecedora con su frozomalt y nos echaba los cuentos que siempre finalizaban con:  “Silvanita, niña, es que yo soy hija y tu bisnieta de Juan Arana Rumie”. 

Dende era una apasionada de la cultura y su árbol genealógico. Mis papás dicen que me parezco mucho a ella en ese sentido. Estoy segura que Dende me pasó esa fascinación, ya que, durábamos horas hablando de la llegada de abuelo Juan a Colombia, de su abuela francesa Yamile, de Isa y su gran amor hacia nosotras dos, de Mami Tule, se enorgullecía de su cabello negro abundante y piel blanca de porcelana, pues decía que era el mismo cabello de abuelo Juan y el color de piel de su abuela Yamile, también me contaba de los viajes que ella pudo hacer por todo el mundo. Tanto era el interés de Dende por conocer sus orígenes, que ella es la que atesora la cédula de extranjería de abuelo Juan (una joya) y gracias a que ella me la mostró, esa fue mi inspiración para mi tesis de la Universidad (se puede decir que en parte, me gradué gracias a ella y el Teo, pues el Teo, fue en un momento mi asesor de tesis de grado). Es ahí donde vuelvo a mencionar que estaba tremendamente equivocada en pensar que las cosas iban a cambiar.

Bailé con Juan la vía 40 en dos ocasiones pues Antonia, la segunda nieta oficial de Dende venía en camino. Cata, la niñera incondicional, se la pasaba en el Novu con Dende y Teo mientras Juan y yo estábamos alegrando a las personas en el Carnaval.


IV

 
Yo estaba estudiando mi Universidad en Bogotá y regresaba a Barranquilla casi que cada fin de semana. Pero por cosas de la vida, todos los Ruiz Arana se mudaron a Bogotá. Cada vez que hablaba con Dende y el Teo, lo primero que me decía era lo mucho que extrañaba los domingos de cerveza y frozomalt, y yo siempre le decía que era un sentimiento mutuo, le comentaba la falta que me hacían y lo mucho que los quería.

A el 27 de agosto de ese año, recibí la noticia de mi grado. Le mandé la invitación y hablé con ella, Tuli e Ive por teléfono; sin saber lo que vendría una semana después, lo único que me salió fue repetirle una y mil veces que la quería, y tuvimos que colgar. Sin yo imaginarme que esa sería la última vez que escucharía su voz.

El día antes de fallecer entré a verla, y le conté del sueño que tuve con Isa y se puso inmensamente feliz. Le dije que se encomendara a Silvanita, abuelo Juan, Isa, Papi Janne, Mami Tule y Fari. Y creo que lo hizo, los vio y decidió irse con ellos. Que felicidad me da saber que está juntica con ese combo que ella tanto quería y siempre recordaba.

El dolor es inmensurable, cuanto me hubiese gustado que esa última llamada durara más. Pero me queda la tranquilidad de que ahora la tengo más cerca, en el corazón, a un suspiro de su nombre, a un “ayúdame” a un “te amo tanto” y escucho su voz. Es una señal ininterrumpida para siempre. 

 

V

 


Atrás: Juan, Ivett, Tulita con Catalina, Natalia y Eliana
Adelante: Mami Tule, Regina, Helena, Karyme, Santiago Ruiz y Silvana

Dende pasó por muchas adversidades, pero siempre fue una mujer tan bondadosa, tan servicial con absolutamente todo el mundo. Que piensa uno que al estar ella con Dios y su combo, ya no nos ayudará. Pero, al contrario, es ahora donde ocurrirán muchos milagros gracias a ella. 

Me sorprende que sea yo la madrina de Diego, que Lucía y Antonia sean tan pegadas a Cata, Santy y a mí. Que Reggie sea mi madrina y Juan el padrino de Cata. Algo que a toda la familia siempre asombraba era el parecido entre Catalina y Lucía, la tercera nieta oficial de Dende. Tanto su personalidad como su físico era el mismo, tanto así que Reggie hacia collages con fotos de Lucía y Catalina; y Dende nos contaba lo que hacía Lucía y se acordaba de lo que también hacía Catalina. Ni Dende misma entendía el parecido en todo sentido. Yo creo que Dios y Dende tenían su entramado desde antes, y por eso estas cosas se dieron así.

 

Lo que más le gustaba a Dende era tener su casa llena, ahora que físicamente no está, nosotros nos encargaremos de seguir con ese gusto de ella. Le cumpliremos el deseo de hacer las navidades todos junticos, de imitar su sazón y tener su casa adornada. Estaremos siempre juntos, y ella y los que se fueron en el centro. Es ahora el momento en que la“Aranera” estará más junta que nunca. 

Que consuelo saber que Dende se fue con Dios y todos nosotros estuvimos a la llegada por ella de Silvanita, abuelo Juan, Isa, Papi Janne, Mami Tule, Fari, Dios y la virgen María. Cuánta felicidad da saber eso, que ella en vida le dijo a Dios que siempre nos quiso juntos, y así fue, y así será. 

Podría seguir y sería un libro con varios volúmenes. Gracias Dende y Teo por su amor a mí. Gracias por tu amor a los Ruiz Arana. Gracias por enseñarme a bailar, primero que gatear. Gracias por pechicharme. Gracias por enseñarme mis orígenes. Gracias por enseñarme sobre las cosas buenas. Gracias porque me dicen que en algunas cosas soy como tú. Gracias por tus comidas. Gracias a Abuelo Juan y Mami Tule por los abuelos que me quedan en vida y por los ángeles de la guarda. Gracias a Dios por hacerme nacer en esta familia. Gracias porque te tengo aquí al ladito mío mientras escribo esto.

Te amo. Silvana Ruiz Arana.

Cartagena septiembre 25 de 2025.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

CUARENTA ANOS DEL SEGURO SOCIAL - HOSPITAL DE LOS ANDES

TRIBUNAL DE ÉTICA MÉDICA, SANCIONA POR MAL PRAXIS

HOMENAJE AL AMOR . ELEGÍA