PERIPLO DOCENTE. EN EL DÍA DEL MAESTRO.

PERIPLO DOCENTE.  EN EL DÍA DEL MAESTRO

Introducción
Desde niño, con mis hermanos, en la casa paterna, nos divertíamos jugando a la escuela, entre tantas entretenciones infantiles, de una época,  en que los video - controles eran una ficción. Yo, el mayor, fungía ya, como severo maestro, regla en mano para imponer disciplina. Pensaría que, desde entonces, la naturaleza me otorgó, el don privilegiado de la enseñanza, vocación por la docencia.
Marcado, tal vez, por dos mujeres que me guiaron en el aprendizaje de la lectura y escritura de las letras del abecedario. La “Seño” Eusebia Laguna en el Instituto San Martín de Loba, la escuelita del barrio, en tiempos que no existían “garden ni kindergarden” y mi madre Esther Hurtado, asistente magistral, en la ejecución posterior de las tareas. Su hermosa letra, la de mi mama, calcada de la “caligrafía Palmer” la heredé y conservé, muy similar, hasta mi paso por la facultad de medicina. Vaya usted a saber por qué, la práctica médica transmuta la escritura en rasgos, la mayoría de las veces, indescifrables.

 Estudiante de bachillerato y maestro
Primera incursión docente formal se da en un curso de alfabetización que el cura párroco de la iglesia San Francisco de Asís, barrio Las delicias, organizó para personas adultas, pobres, del vecindario. Estudiantes de 6º año de bachillerato,1961, del colegio, regentado por los mismos frailes franciscanos, éramos encargados de dictar las clases, una vez concluida nuestra jornada, a partir de las cinco de la tarde. Guardo recuerdo grato de esta experiencia,  no obstante, la incomodidad de salir a las 8 de la noche y,  de a pie, dirigirme hacia mi residencia, algo distante del colegio.

Estudiante de medicina y maestro
Luego en Cartagena, década de los 60, estudiante de medicina, a partir del tercer año de carrera, forzado por la necesidad para solventar apuros económicos, tuve el chance de regentar las cátedras de biología y anatomía en los colegios León XIII, La Salle y Universidad Femenina o Liceo Soledad Acosta de Samper. Dictaba   conferencias magistrales que ilustraba dibujando sobre el tablero las gráficas correspondientes al tema tratado.
Imborrable,  para mi memoria, la mañana del 30 de octubre de 1965. Explotó el mercado público, ubicado donde hoy funciona el Centro Internacional de Convenciones de Cartagena, en momentos que hacia una exposición de zoología en el Colegio León XIII. El estruendo se oyó en toda la ciudad, como si la hubieran bombardeado. Presuroso corrí hacia el Hospital Santa Clara y algo dantesco me encontré en la puerta de entrada por la Calle del Torno: de camiones bajaban restos humanos irreconocibles, cuerpos desmembrados y, los que no, eran atendidos, en cualquier espacio disponible  de un Hospital desbordado en su capacidad, por todo el estamento médico incluido nosotros los estudiantes.
50 muertos y cerca de 200 heridos, dejó esta tragedia que no olvidan los viejos cartageneros.

Médico rural y maestro
Durante la medicatura rural, 1970, alternaba la actividad medico asistencial en el Hospital Local de Remolino, departamento del Magdalena, con la cátedra en el Colegio de Bachillerato, en las asignaturas de anotomía y biología.



Médico anestesiólogo y maestro
En el Hospital de Barranquilla, 1971 inauguré mi carrera docente universitaria con estudiantes de la Universidad de Cartagena que hacían, en este centro asistencial, rotaciones de medicina interna, cirugía, ginecología y obstetricia. Colaboraba con los doctores Francisco Pérez Sánchez y José León Esmeral, profesores titulares, en la cátedra de anestesiología, en la práctica en quirófanos y en la parte teórica.
El Hospital General de Barranquilla, en 1974, se convierte en hospital base para los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre y se suspende convenio con la universidad de Cartagena.

 Universidad libre. En 1977 en compañía de los doctores León Esmeral y Pérez Sánchez continúo mi ciclo docente, ad honorem, con alumnos fundadores de la Facultad de Medicina de la LIbre en la rotacion de anestesiología y reanimación que culmina,  en junio de 2018,  tras 41 años sin interrupción, enseñando el arte de los dioses en el Hospital general de Barranquilla, Hospital de los Andes, ISS, Clínica Cervantes y un ciclo final en el Laboratorio de Simulación.
En 1981 al inaugurar la asignatura de ética médica paso a formar parte de la nómina de la universidad como profesor de medio tiempo. El 13 de septiembre de 1995 por resolución 001 de la Honorable Conciliatura y en atención a lo dispuesto en el artículo 71 del acuerdo 011 de noviembre 11 de 1994, que establece el escalafón docente de los profesores de la Universidad Libre, fui ascendido a la condición de Profesor Titular de Carrera del programa de medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud.
La Universidad Libre me abrió sin límites sus puertas a la insigne tarea de la enseñanza médica, para pasearme a mis anchas en sus facultades del área de la salud, tanto en pregrado como en postgrado.



Pregrado:
MEDICINA. Farmacología, Ética Médica, Bioética, Historia de la Medicina, Anestesiología y Reanimación
INSTRUMENTACIÓN QUIRÚRGICA. Ética profesional, Farmacología, Anestesiología y Reanimación.
MICROBIOLOGÍA. Ética Profesional.
Posgrado:
Profesor de Ética Profesional en las especializaciones de: Medicina Ocupacional, Gerencia de Salud Auditoria de Servicios de Salud y especialidades clínicas: medicina interna, cirugía, pediatría, ortopedia, ginecología y obstetricia.

Universidad del Norte. Me correspondió suceder al padre Eugenio Fenoy, médico – sacerdote del Opus Dei,  iniciador de la catedra de ética médica en la Universidad del Norte, en el periodo  1986  - 1995, para luego volver a regentar este catedra entre 1997 – 2003.
15 años, tuve la regencia de esta asignatura dependiente del Departamento de Humanidades dirigido por el filósofo José Joaquín Andrade. Bajo su dependencia estaban, también, los módulos que sobre ética dictaba en el postgrado de Gerencia de Salud y en la Facultad de Enfermería en las especializaciones de Cuidado Materno Infantil y Atención Neuroquirúrgica.
En época más reciente fui llamado a dictar la clase sobre Responsabilidad Médica en la especialización de Seguridad Social de la Facultad de Derecho.

Otras universidades. En las Facultades de Medicina de las Universidades San Martin y Simón Bolívar tuve ocasión de inaugurar la clase de ética médica en el periodo 1997 – 2000 en la primera y 2007 – 2011 en la segunda, en donde además dictaba Historia de la Medicina y Liderazgo médico. En esta universidad ya venía colaborando desde el año 2000 en las especializaciones de Gerencia de salud, Auditoria Médica y Rehabilitación Cardiovascular (Facultad de Fisioterapia)


Balance final
Balance final de mi periplo docente fue haber contribuido a la formación académica y humana de aproximadamente 18.000 profesionales de la salud que hoy sirven a la humanidad diseminados por todos los rincones del mundo. Con la íntima satisfacción de haber cumplido dignamente la tarea y el orgullo de hacer realidad mi vocación no solo médica sino del consagrado maestro que preparaba con rigor científico y encendido entusiasmo cada conferencia que dictaba.

Creo la mejor enseñanza que me ha dejado el oficio de maestro es el de saber reconocerme, alguien que nada sabe, ante la inmensidad del conocimiento por aprender, sin duda, inalcanzable para un simple mortal. He allí la razón de porque el profesor, sincero consigo mismo, se distingue por la humildad, no alardea de nada.  Habla con la elocuencia de sus silencios, en especial, cuando tiene enfrente de si un charlatán sabelotodo, que, en mala hora, no ha de faltar.

Teomedicadas
Este blog, “Teomedicadas”,  que ahora me honro en publicar es una página que me he ideado para seguir comunicando mi modesta experiencia.  Para no perder la costumbre de seguir iluminando a los que, esplendidos conmigo, me siguen considerando su maestro; cuando alejado, a estas alturas de mi vida, de los escenarios magníficos que me prodigaron aulas y quirófanos, no acaba en mi la vocación por la docencia.

Reconocimiento




En este día del maestro quiero rendir testimonio de profunda gratitud a quienes fueron impulsores iniciales, sostén y apoyo a todo lo largo de mi actividad docente. En Anestesiología, compañero de mil batallas hospitalarias y gremiales, el doctor José León Esmeral. Hace cinco años (2015) recibió la máxima condecoración que otorga la Sociedad Colombiana de Anestesiología, SCARE, El Ombredane de Oro, “Un premio a la excelencia, al profesionalismo y fecunda vida académica, brindando con el ejemplo, la más aleccionadora demostración de amor y entrega por «el arte de los dioses"[i]

En Ética Médica, actual presidente del Capitulo Atlántico de la Academia Nacional de Medicina, el ginecólogo y obstetra doctor Julio Mario Llinás Ardila. Un chispazo suyo, connatural a su gran visión académica y humana, me introdujo en el sendero maravilloso de la Ética médica, de la que  ha sido incansable pregonero desde su activa militancia en la Federación Medica Colombiana.

Los dos, cada uno en su campo, modelo de maestros, insignes exponentes de su especialidad, miembros ejemplares de la profesión y singulares personajes de nuestra región caribe.


Barranquilla mayo 15 de 2020
Teobaldo Coronado Hurtado






Comentarios

  1. Cortas palabras con gran corazón, para expresar mi reconocimiento sincero al colega y amigo de tantísimos años dr Teo por tan envidiable protagonismo en areas de especial significado para la sociedad, como son la medicina y la docencia. Que el disfrute por la misión brillantemente cumplida, te acompañe a lo largo de toda tu existencia futura. Felicitaciones

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