AGUINALDO BARRANQUILLERO
AGUINALDO BARRANQUILLERO
Del libro "La Hora del Sosiego"
“Llegó, llegó diciembre
con su ventolera”
y entre nostálgico y contento me voy de la ciudad. De Barranquilla, "Puerta
de Oro", "Curramba la Bella"; que sabe bailar, reír, cantar y gozar; entre el
río, la brisa, sus arroyos y el mar.
Lo mejor de sus lindos
colores, deliciosos sabores y alegres sones he recogido. Empacados, como precioso regalo de navidad,
con el esplendoroso papel azul de su cielo, rojo vibrante de trinitarias y cayenas y ancha cinta, achocolatada, del río grande
de la Magdalena.
De su exuberante paisaje
tropical he tomado el refrescante celofán de la mañana decembrina, caluroso brillo
del soleado mediodía caribe y romántico claro oscuro de sus noches de luna
llena.
En verde servilleta, de hojas de “bijao”, envuelto el sabor matutino del bollo e` yuca, queso sabanero, la arepa e´ huevo, “calentao” y café con leche del desayuno.
La inigualable exquisitez del arroz con liza y ají,
el suculento pastel de gallina con cerdo, trifásico sancocho y bocachico en cabrito del ardiente
mediodía. La “cocá de guayaba o piña”, alegría con coco y anís de la negra palenquera
que con su canto ancestral anuncia la fresca vespertina. La sabrosura del
chicharrón con pelo, picante butifarra soledeña y “caribañolas de las noches de
farra, de la pachanga sabatina y la nochebuena.
Ay, cosita linda mamá,
merecumbe de Pacho Galán, la pollera colorá y la piragua, cumbias insignia de
la tierra son sones que junto a las “Cuatro fiestas y Te olvidé” seleccioné, emblemas
de la guapachosa parranda, ajá… pa´ recordá la guacherna.
En lo recóndito de mi “currambero”
corazón, apretujado fuertemente a mis quereres, transporto inacabable afecto de
los parientes de aquí y de allá, inmenso aprecio de los compinches de hoy y de ayer,
generoso cariño de los amigos de siempre,
Es mi amor, mi vida y mi
todo que gustoso llevo para entregarlo gozoso a mis hijos como remesa preciada
de la bendita comarca que los vio nacer. De la noble gente que dejaron y no han
vuelto a ver que se resisten a tenerlos tan lejos, en el país del norte y
esperan oírlos exclamar, muy pronto, igual a Esthercita, la eterna novia de
nuestra ciudad: “Barranquilla qué bonito es volver otra vez… que bonito, que
bonito, que bonito es volver”.
Barranquilla diciembre
21 de 2009.
Teobaldo Coronado Hurtado
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