DE CAMPANAS Y MISAS
DE CAMPANAS Y MISAS
MISIÓN FRAY FRANCISCO SOLANO. SONOMA, CALIFORNIA, USA |
INTRODUCIÓN
Ninguna
persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro
unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las
campanas; doblan por ti.
John
Donne
Vivo,
tengo en mis recuerdos de la Barranquilla de antes, de la desaparecida y
aldeana “Arenosa”, el primero, segundo y tercer repique de campanas, con
intervalo de quince minutos cada uno, llamando a la misa mañanera de todos los
días y en especial a la del domingo. Llegaban a mis oídos de diferentes lugares
que, en una ciudad silenciosa, tranquila y menos populosa, podía distinguir a
lo lejos, por su variada tonalidad, de los campanarios de San Francisco, barrio
las Delicias, San Clemente, barrio Pumarejo, Las Mercedes, Barrio Lucero y
hasta la de Chiquinquirá en la calle murillo.
MISION SAN CARLOS BORROMEO DEL RIO CARMELO, CALIFORNIA, USA. |
San
Felipe. El de la iglesia de San Felipe, el más
sonoro y familiar por la cercanía con mi casa. No obstante pertenecer a esta parroquia -
consagrada también a San Antonio María Claret - mis padres, fervientes católicos,
de acuerdo con el cura que les cayera bien por su carisma, escogían el templo
para cumplir con esta devoción; de tal manera que no se matriculaban en ninguno.
Sin
embargo, fueron muy asiduos de la Iglesia de San Felipe durante la larga
permanencia del sacerdote boyacense Luis de J. Ballesteros del que fui su
monaguillo entre los once y catorce años. Ellos madrugaban a la misa de seis y a
nosotros, éramos seis hermanos, nos mandaban a la de nueve, religiosamente
todos los domingos.
MISIÓN DE SAN DIEGO. SAN DIEGO, CALIFORNIA, USA |
San
Roque. Calculo que, más o menos, de los cinco a
los nueve años, mi mamá me levantaba junto con mi hermana Julia, bien temprano
los 25 de cada mes, para asistir a la misa que a las siete de la mañana oficiaba
el Padre Sir Stanley Matutis, en la Iglesia de San Roque en honor al Niño Jesús
de Praga.
IGLESIA SANTO DOMINGO DE GUZMAN, USIACURÍ, ATLÁNTICO, COLOMBIA |
Las
Mercedes. A la iglesia de las Mercedes a cargo de
Monseñor Pedro María Revollo, nos llevaban los profesores en desfile desde la
Escuela pública No 11 del Barrio Nueva Granada, distante unas cinco cuadras -
vestidos todo de blanco y corbata negra, los domingos a la misa de siete. Década de los cincuenta del siglo pasado.
Firme en la fe. A estas alturas de la vida, ya de bajada, doy gracias a Dios por mantenerme, a pesar de todo, firme en la fe. Sin ser tan iglesiero como tocó en mis años mozos, me complazco, ahora, asistiendo con fervor a la santa eucaristía, a través de la TV, bien apoltronado en la grata soledad de mi apartamento. En un aislamiento social que desde mucho antes de la pandemia ya me había arrinconado a mi querencia como dicen los "taurófilos". En momento tan difícil, urgidos como estamos, del auxilio y protección divina.
CAPILLA BARRIO LA CANDELARIA, BOGOTÁ, COLOMBIA |
Misas
diurnas y matrimonios En aquellos tiempos el
rito eucarístico se podía celebrar, solo, desde las seis hasta las once o doce
del mediodía, en latín y con el sacerdote de espaldas a los feligreses. Se practicaba
hasta estas horas de la mañana en los templos encopetados de la ciudad:
Inmaculada Concepción y el Carmen (Barrio El Prado) y del Rosario (centro). Igualmente,
los matrimonios se celebraban con toda la pompa, en este horario, en parejas de
la alta sociedad.
En
las iglesias de los sectores populares el culto dominical no pasaba de las 10
am y las nupcias, por lo tanto, se realizaban en este lapso.
En
los casamientos de una u otra condición social los novios, al culminar la
ceremonia, acostumbraban a tirar las arras, monedas de uno o diez centavos, al
aire en señal de júbilo, a los niños que se amontonaban en el atrio de la
iglesia. Lo mismo sucedía por las tardes domingueras, una vez concluido los bautismos,
cuando los padrinos lanzaban monedas, ya de mayor valor, a los jovencitos
amontonados en las afueras del templo.
CAPILLA DE LA VIRGEN DE LAS AGUAS, BOGOTÁ, COLOMBIA. |
Campanas nocturnales. Campanazos nocturnales sonaban, para la única misa que se celebraba en horas de la noche en el calendario litúrgico. Se sentían antes de la medianoche para la “Misa de Gallo” del 24 de diciembre en la celebración, a las doce en punto, de la navidad. También, en el amanecer de los meses de mayo, mes de la virgen y diciembre, para la fiesta de la Inmaculada Concepción (velitas), en que los consabidos tres toques de campanas sonaban desde las cuatro de la mañana llamando a los devotos de la Virgen María al “Rosario de la Aurora” que se realizaba por las calles del barrio a las cinco, portando faroles con velas encendidas.
¿Por quién doblan las campanas?
Las campanas también se
echaban a vuelo, aparte del llamado al santo sacrificio de la misa, para los
servicios religiosos de los fieles difuntos. Hoy en día no nos podemos hacer la
fatal pregunta que se hacía el escritor Ernest Hemingway por allá en 1940, a
raíz de la guerra civil española ¿Por quién doblan las campanas”? No
logra escucharse su tañer lastimero, anunciando el descanso eterno de un parroquiano,
en un momento como el que vivimos en donde ni siquiera podemos consolarnos acompañando
a los muertos nuestros que, cada día, caen en esta otra guerra contra un
enemigo que no vemos, pero que brutalmente nos está acabando.
Cierto
es que no se alcanza a percibir el doblar de las campanas en la cúpula de los templos,
pero, en nuestro corazón adolorido, si doblan nuestros latidos de pesar por
tanta gente buena y querida que se ha ido.
Y si es un médico el que muere entonces las luces de cielíticas en los quirófanos se niegan a la luz, fonendoscopios no auscultan los ruidos del corazón, el electrocardiograma se horizontaliza, las camillas se paralizan, los otros médicos, sus iguales, mueren también de sentimientos, su sabiduría se apaga. La medicina, la ciencia médica sucumbe frustrada ante tanta impotencia, ante semejante tragedia.
La inesperada partida de los doctores Wilfrido Armenta, Nadim Said, Carlos Salgado y Abel Palomino, los últimos cuatro que han sido vencidos por el mortal coronavirus, uno tras otro de una larga lista que no tiene fin por desgracia, nos tienen el alma abatida, con un dolor infinito en lo más profundo de nuestro ser.
DR. NADIM SAID |
DR. CARLOS SALGADO |
¡Paz en sus tumbas compañeros!
Actividad
religiosa. La actividad religiosa alrededor del despacho parroquial constituía, en aquellos tiempos, epicentro de la actividad
comunitaria, aglutinante, a la postre, de la relación amistosa y solidaria
entre los vecinos organizados en congregaciones de fieles como la Acción
Católica, Legión de María, Hijas de María y
otras denominaciones alusivas a los santos.
Desacralización.
Resultado de las decisiones del Concilio Vaticano II - reunido desde el 11 de
octubre de 1962 hasta el 8 de diciembre de 1965; convocado por Juan XXIII y
concluido en el pontificado de Pablo VI – se produce la libérrima renovación del
establecimiento católico que hoy en día conocemos.
Las transformaciones que se han dado en la iglesia romana a partir de este concilio, no sabe uno si han sido a favor o por el contrario, han llevado a la desacralización actual que muestra la sociedad.
Es evidente que “el ritual y la liturgia
sagrada se han convertido en fiesta pagana donde lo auténticamente religioso
ocupa importancia secundaria. La semana santa, por ejemplo, ya no es tiempo de
recogimiento y reflexión; ahora, es rumba y turismos santos. Los símbolos sacros
más que hierofanías son adornos. El párroco, el sacerdote, el obispo se miran
como un civil sin la veneración y consideración de antes. Hablar de Dios,
expresar convicciones religiosas, simpatizar con lo sagrado son manifestaciones
vistas como ridículas y obsoletas. A los elementos religiosos se les da, muchas
veces, en forma despectiva y burlona y en otras por ignorancia uso profano,
sacrílego y así: un sicario en nombre de la Virgen del Carmen o del Divino Niño
invoca puntería para matar; o, un negociante de la coca celebra sus grandes
éxitos económicos con procesiones, misas y limosnas a nombre de la fe cristiana….
Ha sucedido, en definitiva, que la religión ha perdido amplia injerencia en
diferentes aspectos de la organización social y le ha tocado enclaustrarse en
su misión piadosa, como tal”.[i]
MISIÓN SANTA CRUZ, SANTA CRUZ, CALIFORNAIA, USA. |
Firme
en la fe. A estas alturas de la vida, ya de
bajada, doy gracias a Dios por mantenerme, a pesar de todo, firme en la fe. Sin
ser tan iglesiero como tocó en mis años mozos, me complazco, ahora, asistiendo
con fervor a la santa eucaristía, a través de la TV, bien apoltronado en la
grata soledad de mi apartamento. En un aislamiento social que desde mucho antes de la pandemia ya me había arrinconado a mi querencia como dicen los "taurófilos". En momento tan difícil, urgidos como estamos,
del auxilio y protección divina.
Barranquilla
marzo 27 de 2021
Teobaldo
Coronado Hurtado
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