EL EQUIPO QUIRÚRGICO. DÍA DEL INSTRUMENTADOR QUIRÚRGICO
Más |
EL EQUIPO QUIRÚRGICO
DÍA DEL INSTRUMENTADOR QUIRÚRGICO
Introducción
Al
celebrarse el próximo 25 de octubre el día del INSTRUMENTADOR QUIRÚRGICO he
querido reflexionar, en esta ocasión, sobre la labor primordial que cumple el
grupo de profesionales que constituyen el “Equipo Quirúrgico” al tiempo que destacar
el rol que cumplen los instrumentadores en el buen desenlace de cada una de
las cirugías a realizar en el área de operaciones de un hospital.
No obstante
que en otros países el DÍA DEL INSTRUMENTADOR QUIRÚRGICO está agendado para el 19 de septiembre en Colombia se celebra el 25
de octubre para conmemorar el egreso en 1954 de la primera promoción de estos trabajadores
de la salud de la Escuela de Instrumentación Quirúrgica del Hospital San Juan
de Dios en Bogotá.[i]
La ley 784
de diciembre 23 de 2002 reglamentó el ejercicio de la Instrumentación
Quirúrgica, otorgándole a los instrumentadores la coordinación de las salas de
cirugía, manejo de centrales de esterilización y de equipos de alta tecnología
como máquinas de perfusión, láser y endoscopias de todas las entidades de salud
del país.
Los que
ejercen este oficio están agremiados en la Asociación Colombiana de
Instrumentadores Quirúrgicos Profesionales ACITEQ.
EL EQUIPO QUIRÚRGICO
¡Qué reunión
tan esplendida! Anestesiólogos, cirujanos, instrumentadoras y la presencia
tierna, callada, siempre abnegada de las enfermeras. Aunados, en un haz de
voluntades, para consolidar solidarios, una cuadrilla de valerosos gladiadores
en el ruedo turbulento y ensangrentado de los quirófanos. Aferrados, con
fervor, del amor al oficio para ofrendar lo más excelso de si, en cada cirugía,
para cada paciente, que busca ansioso una vida mejor o prolongar, al menos, su
precaria existencia.
Por algo,
desde la edad medioeval, en la Escuela de Salerno se definía a la cirugía como
“Esa destreza que la muerte no ama”.[ii]
Es el
personal quirúrgico suma expresión de cómo aglutinados, en distintas
disciplinas, podemos hacer lo mejor y más conveniente por nuestros enfermos
dentro del esquema ideal de “Trabajo en Equipo”, característica básica de un
hospital, en verdad, humanizado.
No existe en
la actividad médica hospitalaria aglutinación de servidores de la salud tan
sincrónica, tan afín, tan entrañablemente unida como la del equipo quirúrgico.
Al arte y la ciencia de la cirugía, que los congrega en comunión prodigiosa de
inquietudes, conocimientos y sinsabores, se suma una ligazón de afectos que
permiten blandir con coraje el temple de su carácter en momentos críticos y
difíciles en donde la salud y la vida corren inminente riesgo. Es una entrega
sin límites, dada por la vocación de servicio a la gente; arma noble con la que
estamos dispuestos a luchar contra la fiereza desesperante de la angustia, la
enfermedad y el sufrimiento.
Es un
trabajo, en todo momento, dispendioso y arduo, motivado por el constante deseo
de ofrecer alivio, mucho valor, vencer la soledad, irradiar optimismo,
comunicar fe y consuelo. Animados de estas vivencias buscan la manera de
contrarrestar el frío y rigidez de la técnica, el alejamiento de los seres
queridos y, con frecuencia, la esperanza perdida por la incertidumbre que trae
consigo el humano saber médico y la misma fragilidad de la persona enferma.
Sobre las
bases de un profundo humanismo, se mueve, debe moverse la acción a cumplir en
el paciente que, confiado y deslumbrado por la brillantez de las cielíticas,
llega confuso al extraño ambiente del cuarto de operaciones.
El anestesiólogo. Mientras el anestesiólogo cumple la “obra divina de aliviar el
dolor”, Divinum opus sedare dolorem est, y en silencioso, sereno,
quehacer clínico monitorea el trance vital del paciente, el cirujano opera.
El
cirujano. Toca al audaz hombre del bisturí
cumplir el mandato señalado por Ambrosio Paré, padre de la cirugía de:
“Eliminar lo superfluo,
Restaurar lo que se ha dislocado,
Separar lo que se ha unido,
Reunir lo que se ha dividido
Reparar los defectos de la naturaleza”.[iii]
No es
posible entender esta misión en forma dispersa, cada uno por su lado, como en
ocasiones la hemos llevado a la práctica, divorciando responsabilidades, dentro
de un falso profesionalismo, de una “especialitis” egoísta, desleal, escasa de
colegaje; de que cada uno se defienda como pueda.
Somos
bastante insensibles si asumimos que la ternura, la compasión, el cariño, la
empatía con el paciente: oír sus suplicas, atender sus quejas, comprenderlo,
aceptarlo, tolerarlo son actitudes o funciones que solo competen a enfermeras y
monjas, asunto exclusivo de mujeres.
No
permitamos que lleguen a ser más importante el instrumental quirúrgico, los
equipos médicos por muy sofisticados y costosos que sean, mucho menos el
televisor y el delicioso tinto que en el “vestier” nos espera.
Superstición
científica. Hay que evitar la tentación
de caer en un excesivo y calculador profesionalismo que, a nivel de especialistas,
en particular, puede menoscabar lo amistoso de la relación interpersonal en el
equipo. Es necesario romper la chocante barrera de un
cientificismo paranoico que no permite ver más allá del último artículo
publicado en el “Journal” de la especialidad, en la teoría de moda, en un afán
exhibicionista, de saberlo todo, que Laín Entralgo califica de “Superstición
Científica”[iv]. Actitud perniciosa
que en vez de acercar crea distancias, interrumpe el colegaje amistoso,
desdibuja la realidad de nuestras condiciones laborales y por añadidura trae
como consecuencia perjuicios asistenciales. Al respecto son ilustrativas las
palabras de Gregorio Marañón, con relación a la vanidad científica. “Cada cosa
que los médicos sabemos, hemos de procurar saberla lo más exactamente que nos
sea dado; pero, a conciencia de su posible valor provisional. Y el vacío que
queda entre la imperfección de la verdad que poseemos y la perfección de la
verdad que deseamos hay que intentar rellenarlo con entusiasmo y buena fe y
sobre todo con una dosis copiosísima de modestia”. Grandioso mensaje del ilustre
sabio español. Resume toda una lección de la necesaria mística, del
indispensable entusiasmo que debe animar la complicada acción asistencial de
los quirófanos.
Hospital de los Andes. Barranquilla. |
La
enfermera. La enfermera profesional en
su papel con énfasis en lo administrativo y las auxiliares de enfermería en su
encomiable labor asistencial son vigilantes celosas del actuar de cada uno de
los integrantes del equipo. Atentas a sus requerimientos y necesidades cuidan,
como ninguno, con paciencia apostólica la integridad y comodidad del paciente.
Su presencia rectora, humanizante, es garantía del desarrollo exitoso en el
área de quirófanos.
El INSTRUMENTADOR QUIRÚRGICO
Para el
resultado exitoso de su gestión operatoria el cirujano cuenta con el soporte
listeriano del Instrumentador quirúrgico. Severo vigilante en el cumplimiento
de los protocolos de asepsia y antisepsia quirúrgica en base a su experticia en
los procesos de esterilización. Minucioso
estratega de la logística de las salas de cirugía para la bioseguridad y
saneamiento ambiental necesarios al bienestar del paciente y del personal
involucrado con las salas de operación.
Instrumentadoras
en Barranquilla. Primeras
instrumentadoras quirúrgicas, con título de técnicas, llegaron a Barranquilla
en 1975 para la apertura del Hospital de los Andes del Seguro Social. Habían
sido formadas en los hospitales San Juan de Dios y San José de la ciudad de Bogotá.
Recuerdo con cariño, en esta fecha especial del Dia de la Instrumentadora Quirúrgica,
a las compañeras de la UPI: María Teresa Pinzón (jefe) Clara Inés Martínez,
Nancy Montoya, Rosa Cecilia Vargas, María Helena Díaz, Edelmira González, Aura
María Rojas, María Cristina Ruiz, Nelly Marti, Carmen Martin, Celmira Bayona,
Alejandra Sánchez, María Consuelo Castro, Mariela Gómez Rúgeles.
Mas adelante,
comienzo de los 80, se fueron incorporando al Hospital del ISS técnicas instrumentadoras,
egresadas de la Facultad de Instrumentación Quirúrgica de la Universidad de Cartagena
creada en 1978, entre las que recuerdo a: Eljadys Acevedo, Martha Novoa, Martha
Sanabria, Jacqueline O’Brien, Janeth Pico, Janeth Arias, Lidia Simancas y
Piedad Camacho.
En 1993 este
grupo de instrumentadoras, tanto las de origen capitalino como las cartageneras,
son fundadoras de la Facultad de Instrumentación Quirúrgica de la Universidad Libre,
pionera en la capital del Atlántico, en condición de alumnas para la
convalidación de su título como profesionales. Bajo la coordinación de Rosa
Cecilia Vargas fui escogido por ellas mismas, con anuencia de la Universidad,
para dictarles las cátedras de Farmacología, Ética profesional, Anestesiología
y Reanimación.
En Barranquilla
además de la Facultad de la Universidad Libre funciona la Facultad de Instrumentación
de la Corporación Instituto de Artes y Ciencias CUC, que otorga el título de
Técnico Profesional en Instrumentación Quirúrgica.
Instrumentadoras Quirúrgicas egresadas de Universidad Libre. Barranquilla |
Conclusión
El objetivo es
laborar conscientes de constituir un fraternal y diligente equipo quirúrgico,
un colectivo responsable, encantado de servir con generosidad a alguien que
necesita, que espera nuestra ayuda: el paciente.
Cada uno en
su campo debe ser fiel exponente de lo que sabe y de lo que sabe hacer dentro
del mayor rigor profesional. Su trabajo enmarcarlo en el compromiso contraído
con el paciente y con la institución. Impregnado
de compasión y mucha humildad, dos virtudes sin las cuales no es dable superar
el egoísmo que en ocasiones obnubila nuestras mentes y, por otro lado, soportar
las ingratitudes, el escaso reconocimiento, que tantas veces recibimos en
recompensa por nuestra inapreciable labor asistencial.
Felicitaciones en este día a los nuevos y viejos instrumentadores quirúrgicos
con los que siempre, compañeros en los estresantes trajines de los quirófanos, he tenido cordial relación de amistad y mutuo respeto.
Barranquilla octubre 24 de 2021
[i] http://aciteq.org/historia-instrumentacion
[ii] Martí Ibáñez Félix, 1963, Epopeya del
Escalpelo, En Revista MD, New York, Vol. 1, No 8, P. 9
[iii] Laín Entralgo, P. (1963). Historia de la
medicina moderna y contemporánea. 2ª ed., Madrid, Editorial Científico-técnica,
´p. 134
[iv] Marañón
Gregorio Citado por: Laín Entralgo,1982, Diagnóstico Médico, Salvat Editores,
p. 175
Comentarios
Publicar un comentario