DE LA ALEGRÍA DE LEER Y ESCRIBIR. En el día del idioma
Casa en donde nació Miguel Cervantes Saavedra. Alcalá de Henares, España Photo by Dr. Teo |
DE LA ALEGRÍA DE LEER Y ESCRIBIR
En el día del idioma
INTRODUCIÓN
“Escribir es un acto de amor”. Juan Carlos Onetti
Todo el mundo tiene aficiones aparte sus profesiones u
oficios. Con ellas se divierten y buscan la forma de liberarse de la rutina
diaria en especial de las ocupaciones mediante la cual consiguen el sustento
necesario para la subsistencia. Es una manera de gastar el tiempo libre fuera
de compromisos u obligaciones laborales.
Es así como unos se divierten con juegos en sus diferentes
modalidades. Otros se entretienen en la práctica de un deporte. A muchos le
gusta el cine, bailar, la rumba, salir de paseo, ir a la playa o sentarse en un
parque, en la tienda de la esquina, un café o plaza de comidas de un
supermercado para “hablar paja” con amigos.
Nomofobia.
Es inmensa la audiencia que, increíblemente, “nada hacen”. Apoltronados en un
sofá o arrecostados a una mecedora pasan horas y horas viendo televisión o mirando el celular como zombis. Devotos de telenovelas, noticieros y cuanto
partido de futbol, local, nacional o internacional trasmiten, los primeros y
los segundos sumisos cautivos de las redes sociales. Son personas que, en su mayoría,
alternan sin control un dispositivo u otro en una especie de adición señalada,
medicamente, como “tecnopatía”; entre las que se encuentra la “NOMOFOBIA” o miedo
irracional a permanecer un intervalo de tiempo sin un teléfono celular.
La nomofobia se desarrolla igual que cualquier
adicción a las drogas. Es un trastorno siquiátrico que puede generar malestares
en articulaciones, ojos, huesos y oídos; insomnio, depresión y ansiedad. Alejamiento de las
personas, amigos, familiares, compañeros de trabajo y hasta de la pareja
emocional.[i]
ES BONITO ESCRIBIR
Reconozco el derecho que tiene cada uno de distraerse
con lo que le venga en gana; no todo puede ser trabajar, trabajar y trabajar. A mí, por ejemplo, me gusta bailar, soy viejo
socio del “Club Bordillo” y practico, ahora, el tenis después de ser un afiebrado
jugador de bola e’ trapo.
Si uno organiza bien el tiempo tiene espacios para laborar,
divertirse, leer e incluso escribir si posee la disposición y ganas para
hacerlo. Cierto es, para aferrarse a la pluma no basta con tener las ganas. Es imprescindible
cultivar el amor a los libros y en la magia de sus páginas adquirir
herramientas para enfrentarse al desafío de embadurnar una hoja en blanco,
ávida de bellas palabras que engendren prosa y poesía.
“Nada aprende
mejor el hombre que lo que aprende por sí mismo, lo que le exige un esfuerzo
personal de búsqueda y de asimilación; y si los maestros sirven de guía y orientación,
las fuentes perennes del conocimiento están en los libros” [ii].
De lo que se trata es de arriesgarse a escribir, de complacerse en lo "Bonito que es escribir" como muy
bien lo subraya mi dilecto amigo, el abogado, filósofo y periodista Gaspar Hernández
Caamaño en su habitual columna periodística en Soloproposiciones.com “Es bonito
escribir porque reúne dos alegrías: Hablar solo y hablarle a la multitud” [iii]
¿Cómo escribo?
En mi caso personal me considero un aficionado en el arte de escribir, no tengo
ínfulas de un escritor de oficio. En
este sentido digamos que, casi siempre, es bastante temprano, cuatro o cinco de
la mañana, cuando en la cabeza revolotean pensamientos, en lo que algunos
llaman inspiración, que llevan a levantarme, buscar papel de reciclaje, un bolígrafo y ponerme a garrapatear, a mano,
el primer borrador de lo que pasa por mi mente. Es el arranque de lo que con más argumentos va surgiendo, después, apoyado en la correspondiente indagación bibliográfica sobre el tema en desarrollo que,
luego, paso al computador para perfeccionar. Es ejercicio, para mí,
reconfortante, grato, que engendra, finalizado, un gran contento y más aún si
recibo el piropo de alguno de mis lectores que me dice: “Teo, escribes bonito,
leí tu artículo”.
La alegría de leer. Lo que deseo recalcar en estos
apuntes es la escasa, escasísima, audiencia que tiene la “alegría de leer” y de
escribir en las preferencias del público.
Alegría de Leer se llamaba el texto, autoría del abogado de Cartago - Valle Evangelista Quintana, en que los escolares de mi generación
adquirimos el hábito de la lectura y escritura que la inmediatez de la era
cibernética ha relegado al cuarto del olvido. Era un libro hermoso que
arrancaba con la Alegría de leer No1 en primero hasta llegar a la Alegría de
leer No 4, en cuarto elemental, después de haber pasado por los números dos y
tres. “Ya el niño sabe leer y escribir bien”, exclamaban orgullosos los padres,
al completar el ciclo de los cuatro textos.
Los libros.
Es de románticos, en los tiempos presentes, tomar un libro entre las manos y
escudriñarlo, de pasta a pasta, no solo por vocación literaria sino, también, como
recurso invaluable para adquirir conocimientos, para deleitarse asimilando la
sabiduría que brota de los grandes y buenos escritores que han iluminado con su
pensamiento la historia de la humanidad.
Los románticos,
lamentablemente, somos especie en vías de extinción.
Parece mentira, pero los libros ocupan lugar
secundario en personas que uno imagina amantes de las artes y de la cultura en
general. Que, a lo mejor, ostentan una biblioteca esplendida, solo de adorno,
en la colorida sala de su casa.
Plaza Cervantes, Alcalá de Henares. Photo by Dr. Teo |
Copia y pega.
Lo pragmático, en la actualidad, es recurrir sin rodeos al internet con la cómoda excusa de que el Dr. Google tiene todas las respuestas a las inquietudes por
resolver. Perdido el hábito y rigor de la lectura como recurso didáctico “Copia
y pega” es fórmula mágica, fácil, empleada por muchísimos estudiantes para
resolver tareas en colegios y escuelas; tesis o trabajos de investigación en el
ámbito universitario, ante la carencia de imaginación y creación. De esta forma
el plagio cunde campante hasta en funcionarios de las más encumbradas esferas
del Estado.
La escasez de lectores tiene implicaciones negativas
en el comportamiento de la gente, manifiesta en la agresividad que impera en el
entorno social. Es a través de las
páginas prodigiosas de un libro en donde absorbemos los vocablos imprescindibles
para expresarnos correctamente tanto en forma oral como escrita. En sus enseñanzas, además, encontramos rica
fuente de virtudes y valores que han de marcar, sin duda, el buen sentido de
nuestras vidas. El camino conveniente que nos aleja de la ignorancia y de la
soberbia de los que se creen, prepotentes, sabelotodo.
A menor lectura menos cultura. Y la falta de cultura
es terreno abonado para la indecencia. Inculto e indecente es el prototipo que
alcanzamos a observar se impone en las distintas esferas de la sociedad. Lo más
doloroso de este fenómeno es su enorme auge en individuos que por su alto nivel
académico debieran ser ejemplo para los no ilustrados, para los que no han
tenido oportunidad de pisar los claustros de una escuela o de una universidad. Máximos
exponentes de este prototipo encontramos en “profesionales” de los medios de
comunicación, especialmente en la radio, y en los políticos. En muchas radiodifusoras
la palabra culta, el lenguaje recatado se ha tornado en una perorata obscena,
con morboso doble sentido que ofende al idioma y promueve la vulgaridad en los
radioescuchas. Pareciera que ser vulgar y mal hablado es sinónimo de ser
moderno, de “estar en la onda”.
Obvio, en la calle y en cualquier lugar, entre el
común de la gente, hay que andar prevenido ante la presencia de un
guache, nunca ha de faltar, perfumado y bien vestido que grosero e irrespetuoso
agrede con verborrea soez y altanera a cuantos
En otrora me producía enorme placer intelectual,
escuchar las sesiones del congreso por la riqueza erudita que caracterizaba a
aquellos ilustres parlamentarios. Señalaría, entre otros, por su vibrante
oratoria y brillante inteligencia a Alfonso López Michelsen, Álvaro Gómez
Hurtado, Luis Carlos Galán y Roberto Gerleín. Hoy en día da grima asomarse al
televisor y encontrarse con un grotesco debate en el parlamento de la república.
CONCLUSIÓN
Monumento a Miguel Cervantes Saavedra, Alcalá de Henares, España Photo by Dr. Teo |
Leo y escribo porque me fascina, divierto y proporciona
inmenso gozo espiritual e intelectual. Mantengo el ánimo expectante, pasión encendida por el estudio y mis pensamientos y, sobre todo, los sentimientos entrego
generoso a cuantos me estiman, quieren y estimulan con su amable atención.
Escribo para mí y para ellos, para mis amigos. No me afana ningún honor y menos
la gloria.
Trazo borradores a mano para no perder la vieja costumbre,
por la catártica “alegría de leer” y sobre todo de escribir, tal cual aprendí
en los imborrables años de mi infancia llevado de la mano de mi madre y de la seño Eusebia Laguna, mi primera maestra.
Invitación respetuosa hago en esta fecha en que
conmemoramos el “Dia del Idioma” a desprendernos, un tantico, del computador y
el celular, buscar papel y lápiz y, por lo menos, escribir sentidas cartas a
nuestros seres queridos, cartas de amor manuscritas en pliegos olorosos a rosa
y heliotropo que expresen, sin medida, lo que brota de lo más hondo de nuestro
corazón.
Así comencé yo redactando papelitos furtivos a la
novia y hoy, entusiasmado, puedo brindarles el gusto de saborear esta crónica
en que me atrevo a comunicar lo que yo soy y lo que siento, como “Un acto de
amor”.
¡Feliz día del idioma!
Barranquilla abril 23 de 2022
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