PRÁCTICA MÉDICA. SITUACIONES ESPECIALES
PRÁCTICA MÉDICA. SITUACIONES ESPECIALES
introducción
En
reciente viaje que hice a los Estados Unidos una funcionaria de la aerolínea,
al momento de abordar el avión, check in, en Barranquilla, me realizó un interrogatorio
que ni en la embajada de ese país han hecho cuando he diligenciado la visa.
Físicamente agraciada, elegante mujer con la cara dura de un gendarme de
seguridad. Rostro que se ablandó, un poco, cuando al preguntarme a que dedicaba le contesté que era médico en uso de buen retiro.
- _ Imagino
que ya está pensionado, debió haber trabajado durante muchos años, comentó.
- Si,
claro, este año cumplo 54 de haber recibido el título de médico y laboré
durante 49 años, agregué.
- _ ¿Podría
contar alguna situación especial, anécdota o episodio, que haya vivido
durante su práctica profesional? me interrogó.
- Sorprendido
con la inesperada pregunta le dije que sería difícil, debido al tiempo, responderle su
inquietud. Espere un momento, que le voy a hacer un obsequio y saqué del
maletín un ejemplar de mi último libro “Del Arte de los Dioses”, allí encontrará apuntes de lo que usted quiera conocer sobre mi vida profesional, le anoté.
¡Milagro
de los dioses! se despidió de mí, dándome las gracias con el gesto cariñoso de
una vieja amiga, cuando era la primera vez que conversaba con ella.
- _ !Que
le vaya bonito doctor! cuídese, fueron sus palabras finales.
Después,
con calma, he llegado a pensar que el hecho de abordar el avión, sentado en
una silla de ruedas, pudo inducir a la inquisitiva dama a sospechar alguna trama
delictiva de este desprevenido pasajero. Casos se han visto.
El incidente en el aeropuerto de Barranquilla ha motivado a escribir estos "apuntes" sobre “situaciones especiales”, sin saber exactamente a que se refería mi interlocutora en el aeropuerto. Imagino su interés por circunstancias extrañas o llamativas para los profanos a la medicina que, a los médicos, a lo mejor, no llaman tanto la atención. Las hay agradables o desagradables; gratas o incómodas; tristes o
alegres. Común a todas es que son inolvidables, por lo menos, para mí. Limitaré
a narrar algunas, de muchísimas que
podría contar. Sin duda demandan del profesional de la salud temple, osadía, respeto y exquisita sensibilidad humana.
Cuerpos
extraños
El
paciente llegó, a la urgencia del Hospital de Barranquilla, con una estilla de
leña que le atravesaba el cuello, entraba por la región anterior a un costado
del esternocleidomastoideo, borde externo, y salía por la nuca, unos cinco centímetros. El doctor
Alberto Saumet, cirujano, tras minuciosa, delicada disección anatómica la extrajo sin complicación alguna. El extraño
madero, por fortuna, no alcanzo a lesionar ninguna de las intrincadas
estructuras anatómicas de esta región.
v
Tres
pasajeros de un antiguo bus de madera llegaron, después de un aparatoso
accidente de tránsito en la calle Murillo, en grave estado, unidos, atravesados en su región
abdominal por una viga metálica, al Hospital de Barranquilla.
Al
doctor Nazario Fraija, cirujano, correspondió atender esta insólita emergencia. Dos
pacientes fallecieron luego de ser intervenidos, el que menos lesiones tuvo
sobrevivió luego de ser operado.
v
Dr. Carlos Pernett Torres. Cirujano Plástico. |
Una madrugada de diciembre un joven alicorado, drogado, semiinconsciente, quedó incrustado, al estrellarse con su moto, en la punta de una varilla de la reja del antejardín de una casa del barrio el Silencio.
La varilla de hierro penetró por debajo del piso de la órbita del ojo izquierdo, además de graves lesiones en cara y resto del cuerpo. Al no poderlo desprender manualmente, para evitar más daños, sus familiares cortaron, aproximadamente, cincuenta centímetros cuadrados de la armazón de hierro y a la urgencia de la Clínica Cervantes fue llevado con la reja a la cara adherida e intervenido por el doctor Carlos Pernett, cirujano plástico. El doctor Pernett, deslumbrado, no supo cómo ni cuándo pude yo intubarlo. Después de larga evolución y posteriores procedimientos quirúrgicos, el joven se recuperó. Dato curioso, el consagrado galeno que lo intervino tan diligentemente fue demandado por lo desfigurado que le había quedado el rostro. La ingratitud humana es así.
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La
lista de pacientes intervenidos con cuerpos extraños es numerosa. El estreno del primer amplificador de imagen que
tuvo el Hospital de los Andes, ISS, se dio para extraer la aguja de un pulmón
que había bronco aspirado una señora modista. En dicha intervención creo
metieron mano todos los cirujanos del Hospital de turno ese día. Después de cuatro o cinco horas en su búsqueda, fue el doctor Nelson Zúñiga quien encontró la misteriosa aguja.
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Una
niña hija de una colega pediatra en distintas ocasiones llegó con un grano de maíz,
frijol o una bolita de plástico dentro de la nariz o el oído. Así, es frecuente la llegada de niños, sobre todo, con monedas que se han tragado o la de un niño por ejemplo que mediante broncoscopia se le extrajo una ficha de parqué, de uno de sus bronquios. En adultos son frecuentes espinas de pescado en la garganta y prótesis dentales enganchadas en la garganta.
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Dr. Jaime Pombo Mackenzie. Cirujano pediatra. |
No
puedo dejar de mencionar la preescolar que tuvieron que hacerle una toracotomía los doctores Jaime Pombo y Mauricio Abello para extraerle un maní del pulmón al no localizarlo mediante broncoscopía. En
una fiesta familiar la niña de 3 o 4 años al momento de llevarse la nuez a la
boca fue increpada en forma brusca por su padre lo que provocó la
broncoaspiración. Por suerte sin nada que lamentar.
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Doctores Rosendo Altamar y Teobaldo Coronado. |
Pasan
de tres los señores o “señoritos” ya mayores, pasados de 60, que recuerdo di anestesia para
extraerle una botella de cerveza o un pene gigante elaborado con madera, yeso o
material de veladoras que, introducidos por el ano, se quedaban retenidos en la
cavidad abdominal. Hago memoria y recuerdo que con el doctor Rosendo Altamar en
el Hospital de Barranquilla, resolvimos dos casos de estos.
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Un
indigente, demente, muy conocido en Barranquilla, por los lados del barrio Olaya, acostumbraba a lucir aros
en las orejas, nariz, muñecas y tobillos lo tuvimos casi un día entero en
cirugía del Hospital General tratando de retirarle una balinera que se le quedo
trabada en el pene, hinchado y maltratado, al masturbarse. No pudo el doctor
Rafael Tatis liberar la balinera con los recursos que se tenían en la institución.
Finalmente, la dirección del Hospital consiguió que vinieran unos operarios de
las Empresas Públicas Municipales, hoy Triple A, y con sus equipos abrir la
balinera sin producir mayor trauma sobre el miembro viril.
Animales
Estudiante
de anatomía, segundo año, en la morgue del Hospital Santa Clara me impactó el
cadáver de un niño en el que rodaban, sobre su cuerpecito, lombrices a montones
que salían por boca, nariz y ano.
v
En
el mismo Hospital Santa Clara, estudiante de cirugía, los doctores Pareja Pizarro,
El Paqui, y Armando Pomares operaron a un muchacho de unos doce a catorce años con diagnóstico de
abdomen agudo por obstrucción intestinal. Hallazgo quirúrgico, al intervenirlo,
cantidad incontable de áscaris vivos apelotonados a lo largo y ancho de la luz
intestinal, Varias poncheras se llenaron con la extracción de este
nematodo.
v
Hacia
turno como interno cuando llegó un paciente, de aspecto campesino, bastante
ebrio, dando gritos, con el rostro enrojecido, desfigurado y el cuerpo todo
enronchado. Lo acostamos y al retirarle la ropa, dejarlo desnudo, veo salir de
entre sus genitales, por el pubis, un peludo gusano de colores amarillo y verde
de aproximadamente diez a doce centímetros.
v
Pescador de la Boquilla, Cartagena. |
Algunos
primitivos pescadores del corregimiento de la Boquilla en Cartagena tienen como
costumbre al pescar, tomar al animal con la mano y llevárselo a la boca para
desnucarlo antes de depositarlo en la canoa. Al Santa Clara vi llegar más de
uno, de estos hombres, con un pez atragantado, la cola del pez asomando entre los labios y obvia dificultad respiratoria.
v
En
el Hospital de los Andes, ISS, de Barranquilla me tocó darle anestesia al
doctor Abraham Cura para la enucleación de un ojo. Sobre la cara, cabeza y
cuello del paciente se movían, asquerosos, montones de gusanos que salían del
ojo afectado por una miasis nauseabunda. Un cuadro horripilante.
v
En
el Hospital de Barranquilla a un paciente de origen campesino, después de
administrar el anestésico Ketalar, al despertarse pedía a gritos a su novia
María Casquitos. “Quiero que me traigan una burra, necesito una burra,
tráiganme a María Casquito que estoy arrecho, repetía una y otra vez.
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