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57. MAMI TULE

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Hola Mami Tule ¿Te fuiste, para siempre? No. Llegaste, mandato providencial,  a donde tenías que llegar. Te me adelantaste. Desde allá, en donde estás c reo, firmemente, con la fuerza de tu espíritu, iluminando mi camino, seguirás. Lo sé. Me avisaste. “La próxima vez que vengas ya no me encuentras”. Me dijiste. Así eras tú. Todo lo sabías. Hasta el día que ibas a morir. Estabas hecha de mujer…   Mujer buena. De criatura hechura de Dios…. Mamá amorosa. De lo que más sabías, lo que más aprendí de ti, fue del amor.  Si, del amor. Desde el mismo día en que te conocí. Del amor desinteresado y fiel. Si. Del amor verdadero. Cuando todos me rechazaron, tú, me aceptaste. Cuando todos me ignoraron, pendiente, estuviste ahí. Cuando todos dudaban, creíste en mi. Me consentiste, después, tal los hijos que, tú, pariste. Experta en las cosas sublimes del amor,  madre excelsa al fin, brillabas con luz propia: bajo el silencio de tu imagen señera, imperturb

VALIÓ LA PENA

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VALIÓ LA PENA Iluso uno, cuando cree marca, con acierto, el paso inexorable del tiempo a través de la obtención de innumerables baratijas que la sociedad de consumo impone. Somos esclavos de la moda tecnológica, cuando con el cuento para tontos de la “última generación”, sucumbimos ante el más reciente aparato que ofrece la avasalladora industria cibernética - electrónica. Mientras las todopoderosas multinacionales que usufructúan el negocio capitalista compiten, por imponer sus productos,   nosotros,  " idiotas útiles", rivalizamos individualmente por quien tenga el último insumo salido al mercado: llámese automóvil, televisor, equipo de sonido, computador, celular, etc.; interminable lista en   que a falta de una genuina   identidad personal pretendemos disfrazarla   ostentando, además,  la mejor vestimenta,   de marca;   o el novísimo perfume que las cortesanas del celuloide y la farándula   han ideado ahora para la explotación de la mujer por la mujer y,

55. FUMAR PASÓ DE MODA

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FUMAR PASÓ DE MODA Tenía 14 años cuando a escondidas, en el colegio, acompañado del amiguito cómplice, llevé mi primer cigarrillo a la boca. Me produjo mareo, náuseas, escalofríos y una tos asfixiante. Lo aborrecí para siempre. De una. Como todos los muchachos del barrio coleccionaba el papel envolvente en que venían guardados y que le dábamos forma de billete -   todavía no venían en cajetillas -   con un valor monetario según la marca, así:   Pielroja: un peso; Lucky strike: 10 pesos, Marlboro: 20 pesos; Chesterfield: 50 pesos; Kool, 100 pesos. Moneda ficticia con la que pagábamos el costo, de perder en los juegos, en especial, el de la bola de uñita (canicas). Estando ya en la universidad los compañeros de estudio, en su mayoría, eran fumadores. En la pensión donde vivía por las noches, en una gran mesa, bien alumbrada, se reunían a estudiar armados de un termo repleto de café y el infaltable paquete de Pielroja. De mi parte tenía que salir huyendo a otro sitio, fuer

54. GUILLERMO ARIZA DONADO

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DOCTOR GUILLERMO ARIZA DONADO HOMENAJE DE LA SOCIEDAD DE ANESTESIOLOGÍA DEL ATLÁNTICO, SADAT. Discurso pronunciado en las instalacio­nes del Anglo American Club el 25 de mayo de 1984 De pies, de izquierda a derecha, Doctores: Rodolfo Ortiz, Jorge B orelly , Aníbal Suárez,  Orlando Navarro,  Manuel   P uello.  Sentados, Doctores : Pedro Prieto, T eobaldo C oronado, Guillermo Ariza, Francisco Pérez Sánchez Doctor Guillermo Ariza, Compañeros Anestesiólogos. Señoras y señores. Más por peregrino, que por méritos propios, el devenir existencial me ha deparado la feliz oportu­nidad de acercarme como humilde espectador a la ínti­ma satisfacción del en­cuentro con personajes que se constituyen en leyenda, leyenda viva, hombres ad­mirables de la profesión médica. Hace un lustro me correspondió el honor inmerecido, como presidente del Colegio Médico del Atlántico, de colocar sobre los hombros cansados del Dr. José de J. Navarra "El Tío Pepe”, como lo apo­damos

53. EL TURCO FARID

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EL TURCO FARID Para nada le gusta lo llamen el “Turco Farid”. Entra en cólera y en su jeringonza, árabe-español, una y otra vez, explica que turcos son los originarios de Turquía, país distinto a la republica Libanesa en donde nació. Refiere cómo los turcos otomanos, invadieron al Líbano, comienzos del siglo XX, trayendo a su país una era de decadencia. Por el empobrecimiento de la región: libaneses, sirios, palestinos, jordanos, armenios tuvieron que huir a otras naciones en búsqueda de libertad y una vida más halagüeña con pasaporte turco. Por ello, a donde llegaban, los bautizaban con este ingrato gentilicio, hasta el día de hoy. De la ciudad de Trípoli, a finales de la década del 40, llegó, muy joven, en barco, a Puerto Colombia para instalarse, inicialmente, en Magangué. Se mudó a Barranquilla a mediados de los 60. Aquí lo conocí y vi deambular, por sus arenosas calles, de entonces, ofreciendo, durante los días de semana, cortes de percal, popelina, tafetán,