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LA MADRE DEL DOCTOR

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LA MADRE DEL DOCTOR Me considero primer estudiante de medicina, por ende, médico graduado, en mi parentela tanto paterna como materna y en el amplio sector residencial en donde, joven aún, vivía: barrio San Felipe de Barranquilla. Ser estudiante de medicina y el único de la barriada daba en aquellos tiempos, comienzos década de los 60 del siglo pasado, una posición destacada que te convertía en personaje llamativo de sus moradores, digno de especial admiración, sobre todo, en la muchachada. 💢 -       El señor Ruiz, amigo de la casa, de los más acomodados de la parroquia se presentó, domingo al mediodía de mi partida para la universidad a iniciar el primer año de la carrera, con dote completa de aseo y cama para mi vivienda en Cartagena. M Milagro amoroso de Fidelina, agraciada hija menor del señor Ruiz, que tenía sus ojos puestos en mí y yo en ella p ropuso a mi papá, generoso, socorrerlo en caso de tener apuros económicos durante los estudios. Lo que obvio mi padre agradeció advi

TEOMEDICADAS. CINCO AÑOS

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TEOMEDICADAS. CINCO AÑOS INTRODUCIÓN Lo que uno escribe con convencimiento de una aceptable elaboración y presentación gramatical puede ser útil para quienes nos leen si, además, es constructivo y enseña. Vale la pena, entonces, hacerlo conocer, atreverse a publicarlo. Para los que no tenemos el “arte de escribir”, como oficio, primer escollo a superar es el miedo a divulgar lo que escribe por lo que conlleva desnudar sus sentimientos, mostrar lo más hondo de su alma, de sus pensamientos, algo de su intimidad. Si se quiere hay que olvidarse del que dirán, del llamado, eclesialmente, “respeto humano” para dar rienda suelta a algo que me complace, divierte y me gusta, en este caso escribir; a sabiendas de los riesgos que tiene y trae consigo. De allí que para hacer público lo que uno piensa, siente y desea, mediante la palabra escrita, se necesita tener mucho coraje, ser valiente.   En segundo lugar, enfrentar la dificultad de llegar a medios impresos, editoriales, periódicos y r

EXPERIENCIA INVERNAL

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  REMOLINO. PHOTO BY DOCTOR ARMANDO CAÑAS . EXPERIENCIA INVERNAL I Eran las dos de la mañana de un lluvioso día de octubre de 1970. Las campanas de la pequeña y hermosa iglesia de Remolino, municipio a orillas del Rio Magdalena, la única del lugar, repicaban insistentes, desesperadas, en el tétrico silencio de la noche; resonaban como el grito suplicante de un pueblo implorando el auxilio divino y, al tiempo, llamando a este a levantarse. Nunca las había escuchado tan alarmantes ni a esa inusual hora. A mí, también, incitaron a ponerme en pie para junto a sus pobladores encarar la avalancha de un Magdalena que, salido de cauce, arremetía violento contra sus viviendas y pertenencias. Allí estuve como un remolinero más. La furia del caudaloso rio había destrozado las trincheras del sector de la “Mochila “, Barrio Arriba, que lo protegían. El agua corría turbulenta, arrastrándolo todo por las arenosas calles de la plaza central y el Barrio Abajo, sectores más afectados de la poblaci

LUCHO CELIA

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  LUCHO CELIA Lucho Celia era un duro. El wiki diccionario de colombianismos da a "Duro" las acepciones de inteligente, capaz. En barranquillero equivaldría a los calificativos de "Teso" o "Firme",  este último término de mayor uso en jóvenes. Que Melanio es un DURO de las matemáticas expresa la idea de  bueno, inteligente para las matemáticas. Que Moisés es un TESO en las finanzas indica que sabe de economía y negocios. Que Eduardo es "FIRME" con el piano señala que lo toca muy bien.  “Duro Teo, duro” me gritaba, Lucho, cada vez hacia mi primer servicio. Si lograba producir el ACE lo festejaba como si hubiera sido ejecutado por él y claro no faltaba el “buena Teo” y el choque de raquetas. La pasión, alegría y ardor que le ponía al juego dibujaban su modo de ser. Ostentaba la estatura de un grandote, redondeaba los 1.90 metros, con la ternura de un niño inquieto y juguetón.  Sin duda, el comportamiento en la cancha habla de lo que tú eres como

SENTIRES DE LA CUARTA EDAD

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  Hotel Bellagio. Las Vegas, USA SENTIRES DE LA CUARTA EDAD Cuando se es joven, se es para toda la vida. Pablo Picasso   Introducción Luego de relajante partida de tenis, Eduardo Mejía mi partner, me dice: “ñerda viejo Teo y el primero ya está aquí. Cumples ochenta. ¿Cómo te sientes y que piensas al llegar a esa edad? Nojoda envidiable, ojalá yo pudiera alcanzar la tuya, así como tú estás: te veo bien”.   En estos días previos a mi onomástico, así como Eduardo, amigos y parientes cercanos me han hecho comentarios parecidos. En reunión familiar Natalia (sobrina) me piropea. “Teo, se acerca el día”. Con sonrisa pícara añade: “Vas a cumplir ochenta…. con cara de sesenta”. Los 80 son los nuevos 60, afirma la periodista y escritora Jane E. Brody. Antonia, nieta de seis años, sarcástica, echa en cara que ya soy viejo porque voy a cumplir ochenta y agrega “Teo tú estás viejo, eres el más viejo de la familia”. Viejo no, viejito le respondo, polémico. “Es lo mismo”, me confirma sa