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ENFOQUE DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD DE HANSEN

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ENFERMEDAD DE HANSEN.   ENFOQUE DIAGNÓSTICO     Presentación  Los que, como yo, hemos culminado la agenda laboral y recorrido, ya, dos tercios de peregrinaje, por los caminos de la vida, podríamos decir que estamos en modo futuro. Sin embargo, retornar al pasado es, en ocasiones, placentero.   Volver sobre bellos recuerdos que nos acercaron a la tan esquiva y fugaz felicidad. Por ejemplo, revivir la inolvidable y romántica época de estudiantes universitarios. Recordar es vivir. Aclaro, en nada quiero validar el refrán aquel que proclama “Todo tiempo pasado fue mejor”. Los días que vivimos y los próximos que vendrán, superan maravillosos, no hay duda, los mejores momentos de la historia de la humanidad; a pesar de las inclemencias propias de estos tiempos y de voces fatídicas, que pregonan, catastróficas, el fin del mundo. El ahora, es temporada de oro que nos ha tocado, en suerte, para disfrutarlo. No tenemos otro.   La amabilidad del Doctor Jesús Pérez García, pa

EVOCANDO A BORGES

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EVOCANDO A BORGES En 1963 cursaba 2º año de medicina en la Universidad de Cartagena. Como un aire refrescante, a la tenaz faena que a diario librábamos en los henchidos terrenos de las ciencias básicas, anatomía, histología, embriología, bioquímica y biofísica, nos podíamos regodear placenteros en la cátedra de humanidades que regentaba, magistral, el profesor Roberto Burgos Ojeda, estudioso de Don Miguel de Unamuno el ilustre maestro de Salamanca y padre del escritor Roberto Burgos Cantor. Patroclo, fiel y virtuoso amigo de Aquiles en la guerra de Troya, colocamos de apodo a Burgos Ojeda, más por admiración que por irreverencia. Además de las clases regulares,  en donde volvimos a degustar, entre otros clásicos,  la Ilíada y la Divina Comedia, los viernes a las 5 de la tarde debíamos asistir a la conferencia, obligatoria para nosotros y abierta al público, que, invitados especiales del Departamento de Humanidades, dictaban en el paraninfo. El paraninfo de la Universida

No. 110. COSIFICACIÓN DE LA MEDICINA

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COSIFICACIÓN DE LA MEDICINA “Las consideraciones éticas deben preceder a las económicas si es que la medicina ha de permanecer como una empresa moral” . Edmund Pellegrino. Director Centro de Bioética.   U. de Georgetown Introducción. En Facebook se encuentra un grupo que se identifica “Anestesiologos Profecionales”. Profecionales, así, con “C” y anestesiólogo sin tilde. Me ha costado trabajo creer en la morbosa intención de rotular su perfil, de manera tan barbara; al computador tocó forzarlo a aceptar los términos de esa forma.   Una y otra vez los corregía automáticamente.   Mi suposición, en este sentido, no corresponde con la seriedad de una real y seria comunidad médica.   Es de mal gusto, escasa de profesionalismo. Si esta apreciación es equivocada, entonces, es evidente, por las elementales faltas de ortografía, la baja catadura intelectual de sus actores, virtualmente, especialistas en anestesiología. Indigna representación de una agremiación, practicantes de

No. 109. RECONOCIMIENTO MÉDICO

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RECONOCIMIENTO MÉDICO INTRODUCIÓN. Más que por gratitud el ser humano está urgido, una necesidad vital, de reconocimiento. Reconocimiento, entendido, como valoración de lo que es, de lo que representa, de lo que significa como individuo. La gratitud misma comprende, además, en una dimensión virtuosa, hacer reconocimiento reciproco a la generosidad del otro. Reconocimiento sobre lo que sabe y hace, lo que es y puede llegar a ser en condición de miembro activo de la sociedad. El reconocimiento es mecanismo de supervivencia dado por el hombre colectivo, como comunidad, para protección y desarrollo pleno del hombre individuo, en busca de una existencia que tenga sentido para los dos. Se procura la realización de una solidaridad en el hombre colectivo y el logro de la dignidad para el hombre en particular. “ Consciente de su dignidad y obligado a la solidaridad el ser humano adquiere una autoestima, experimenta un autorreconocimiento que lo impulsa a luchar y defender su vid

BARRANQUILLA. MEMORIAL HOSPITAL

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BARRANQUILLA “MEMORIAL HOSPITAL” Próximo a finalizar el año rural, enero de 1971, en el ribereño municipio de Remolino (Magdalena), estuve merodeando por el Hospital General de Barranquilla en busca de trabajo.  Colegas amigos que tropecé, solícitos, me informaron que lo más seguro era una vacante como residente de anestesia, por lo poco apetecida de esta posición. Para las demás especialidades aplicaban demasiados aspirantes. No estaba entre mis planes esta disciplina, nunca había pensado en ella. Desde la época de estudiante mi objetivo lo tenía puesto en pediatría. Anécdota con el Dr. José Ignacio Casas . En fecha posterior, concluida la medicatura social, volví al Hospital y me dirigí, de inmediato, a la Dirección. Me recibió, amable, el Dr. José Ignacio Casas Santamaría (director científico) quien después de explicarle las razones de mi visita en forma tajante me ordena: - “Sube a cirugía, te le presentas al Dr. Guillermo Ariza, jefe de los Anestesiólogos; l